sábado, 26 de julio de 2008

CURRICULUM VITAE

Ya debéis haber leído que estoy realizando un sesudo y científico experimento sociológico sobre los contactos a través de los distintos portales que hay por ahí. Bueno eso de científico... dejémoslo en que tan científico como cuando Mercedes Milá presentó el primer Gran Hermano. Si con ella no se metieron, conmigo menos, ya que he usado logaritmos neperianos y la tabla de Distribución Estadística “t de Student”, que según, “Gómez, Fernández y Salazar et altri” U.Pontificia 1995, es la que debemos usar siempre, siempre, en estos casos, intentando no salirnos de la raya para nada.

Como soy el ejemplo que tengo más a mano, y la verdad es que a las otras a quién he preguntado, no se han dejado, de hecho creo que me miraban con cierto espanto y estupefacción, decido que será un hombre de 46 años que buscará contacto para rehacer su maltrecha vida y peor tratado corazón.

Previamente, realizo estudios de mercado, cualitativos y cuantitativos, y el resultado de los diferentes “focus groups”, pre-test, post-test y lo que sale tabulado de las 20 preguntas cerradas y 2 abiertas, arroja el resultado qué, si quiero tener éxito, debo segmentar la población n-1, para refutar, con una significación estadística al nivel 0.01, la hipótesis. Resumiendo, creo 2 personalidades distintas.

La primera, objeto de este editorial, está basada en que curiosamente una de las cosas que más demandan las mujeres que buscan echar el lazo a un ton..., estooo, que quieren ser partícipes y colaborar en la felicidad de un hombre maravilloso que se lo merece todo y al que todo le darán, pero que no ha tenido la suerte en la vida que debería por culpa de una pérfida, que no debería pertenecer ni al género humano y mucho menos llamarse a sí misma mujer. Lo que más demandan las mujeres, queridos amigos, es: Sinceridad. Sí, como lo leéis, nada de un sueldo más que pasable, o que seas un Clooney o mejor, la envidia de todas sus amigas del alma, que es que se quieren mucho ellas, o resto de cosas ciertamente vacuas como ésas. Mayoritariamente lo que quieren ellas es que no se las engañe. No queremos inferir, ni nos da pistas, de cómo les habrá ido a ellas con sus respectivos pájaros anteriores, no, válganos Dios, eso está fuera del alcance y objetivos de este estudio.

Por tanto toca ser sincero. Y puestos a devanarnos los sesos ¿Qué busca un hombre en una mujer y cómo lo plasmamos en el perfil? ¿Ein? Bien, veamos como quedaron mis requerimientos, visible para todas las féminas:

¿Qué busco? Mujer de 25 a 50 años de la provincia de Barcelona. Condiciones: honrada, limpia, que le guste la casa, la cocina, planchar, callada y fiel. Es un plus: que sea joven, bonita, alta, rubia, simpática, inteligente, que no critique, que no gaste y que no de la vara con una segunda residencia. Si no cumples nada de lo anterior pero eres entretenida en la cama: ¡A la mierda todo lo demás! Contáctame de inmediato ¿A qué esperas? ¿QUE NO VES QUE ESTOY TRATANDO DE DECIRTE QUE TE QUIERO? Abstenerse quinceañeras en busca de primeras experiencias.

Y en “otros” de mi perfil: 56a, estudios superiores, español, separado, 1 hija, 1’75, en buena forma, no fumo ni bebo.

¿Querrá creer el amable lector que en 4 semanas no me contactó ninguna, lo que se dice ninguna? Aunque, curiosamente, leyeron mi perfil la tira de ellas, a las cuáles, desde aquí, les mando un afectuoso saludo si me leen. ¿No querían sinceridad? ¿Son poco sinceros mis requerimientos? ¿Qué no son los que firmaríamos cualquiera de por aquí o qué?

Pensando que quizá mi búsqueda era demasiado pasiva y por aquello que es mejor correr a por el autobús que esperar sentado en la parada al próximo, que no está muy limpia que digamos, decido pasar a una búsqueda más pro-activa, que dicen los psicólogos, y empiezo a enviar “Besos virtuales” a aquellas chicas que al menos se han interesado previamente en mi perfil.

Nuevamente, sorpresa descorazonadora, de 12 sólo me contesta una, que me dice:
“Disculpeme usted...........La cuota de imbeciles ya la tengo cubierta. Gracias.” ¿Acaso insulté yo a alguien? No me puedo contener, quizá no soy todo lo científico que requiere el caso, pero uno tiene sangre en las venas, y respondo afinando con lo que ella ha puesto en su propio perfil (que si alguien lo quiere se lo remito, el cuál no tiene desperdicio): “Pues yo el de romanticonas que no saben acentuar correctamente una línea, también. Remando.” ¡Caray ya! Uno intenta sacar algo en claro en beneficio de sus semejantes.
Primera conclusión de tesis: En realidad no quieren sinceridad, pese a ser lo que más demandan. Ya decía aquél que eran complicadas las mujeres, quieren una cosa pero en el fondo no la quieren. Segunda conclusión, esta noche.me voy a un bar de copas, acuchillo con la mirada a una moza prometedora, luego a otra, hasta que alguna me devuelva el brillo de sus ojos, en el peor de los casos siempre me queda el recurso de llamar al telefono de la esperanza....¿alguna de vosotras se decide?.

OSCAR

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