jueves, 17 de marzo de 2022

GRACIAS A LA VIDA

 



Ayer estaba escribiendo en mi estudio cuando escuché un fuerte golpe en el ventanal del jardín, me asomé, pero no vi nada sospechoso y seguí con mi trabajo, mas tarde, al salir a hacer la cervecita, me encontré una paloma agonizante en el césped, me acerqué con cuidado, vi que intentaba aletear y la deje que se recuperase. Al cabo de un rato, se había refugiado bajo la mesa, no podía caminar ni volar, pero lo intentaba con todas sus fuerzas, le puse unos granos de alpiste y la dejé que descansara.

Al anochecer estaba en el lado opuesto del jardín pero seguía sin poder valerse por si misma, antes de acostarnos le dejamos una ración de grano para que al menos no pasara hambre, por suerte no llovía a ni helaba, pusimos una tabla debajo de la puerta para que no entraran los gatos y la devoraran.
En cuanto me levanté esta mañana salí al jardín, pero la palomita ya no estaba, miré tras el sofá, la mesa y las sillas pero no apareció, a buen seguro se recuperó durante la noche y al amanecer levantó el vuelo, me sentí feliz y sentí que era una buena manera de comenzar el día.
Hace un rato, Gloria ha visto una mancha en la cristalera del jardín y ha deducido certeramente que la paloma chocó durante su vuelo contra el ventanal y cayó al suelo, donde también localizó una defecación.
Por suerte la historia ha terminado bien, pero ver aquel animalito indefenso, sufriendo y luchando con todas sus fuerzas ha sido una experiencia enriquecedora.
Os adjunto una foto de la pequeña con la tranquilidad de saber que ahora estará surcando de nuevo los cielos.
¡GRACIAS A LA VIDA!