domingo, 7 de noviembre de 2010

"Hacer el camino de Santiago te limpia el cuerpo y el alma"

Alfonso Biescas, que ha sido dieciséis veces peregrino a Compostela


VÍCTOR-M. AMELA - 06/11/2010


No digo ni cuándo ni dónde nací: me gusta no ser de ningún lado... para ser ahora de Formentera. Soy pintor, diseñador de moda, escritor... Estoy soltero, sin hijos, sin compromisos... Soy liberal, tolerante. ¿Dios? Siento dudas hondas, y las vivo en mis caminos de Santiago...


Cuántas veces ha recorrido el camino de Santiago?


Dieciséis veces en los últimos diez años. Era una llamada íntima desde niño.


¿Por qué esperó tanto?


La agitación del día a día, el trabajo... Pero acompañar a mis padres en sus enfermedades, agonía y muerte me llevó al Camino.


¿Por qué?


Exhausto física y psíquicamente..., sentí un vacío existencial. Y ahí brotó la biofilia.


¿Biofilia?


Así denomino a la inclinación natural de los humanos por la naturaleza, por la vida natural: a mí me llevó al Camino, que fue volver a la vida, como vivir en la edad media.


¿En qué sentido?


Simplicidad. Hallas valores estéticos, artísticos, plásticos, gastronómicos, humanos...


¿Qué es lo mejor de todo?


Que tienes una única responsabilidad: levantarte por la mañana... y caminar. ¡Eso tonifica el cuerpo y limpia el alma! No tienes nada, te privas de todo, pero... ¡eres libre!


Momentáneamente.


Esta experiencia deja huella. Te relacionas con otras personas, ¡todas sin condicionantes! Y son personas especiales. Eso queda.


¿Por qué especiales?


Andan buscando algo, lo que sea, dentro de sí o fuera. Ahora recuerdo a un caminante, Jorge Sánchez, viajero extremo por todo el planeta, ¡que lo ha visto todo!, que estuvo a punto de entrar en la iglesia de Etiopía donde dicen custodiar el Arca de la Alianza...


¿Y por qué piensa en él?


¡Porque él afirma que ningún viaje es comparable al camino de Santiago! Sí: lo hacen personas de toda clase y condición, ateos y creyentes, abuelos y jóvenes, deportistas y buscadores del milagro..., ¡y a todos atrapa!


Pero hay varios caminos, trazados, tramos... ¿Cuál me aconseja?


El camino francés, que entra por Roncesvalles, ¡abadía mágica!: ahí he sentido una liberación física de las tensiones, ahí he llorado.


¿Algún otro pasaje estelar?


La llegada a Santiago: ¡qué colocón! Un lugar al que hace más de mil años llega tanta gente con tanta fe... ¡retiene mucha energía! El pórtico de la Gloria, el órgano... Me estremezco... Es un lugar al que se llega con el corazón. Y, si puedes, con los pies.


¿Qué consejo daría a quien quisiera emprender el camino de Santiago?


Que primero se documente, lea sus leyendas maravillosas, se entrene un poco..., y que se disponga a escuchar a su cuerpo y a su espíritu durante 20 o 25 kilómetros al día.


¿En qué época del año?


Yo, en enero. Es más fácil encontrarte contigo mismo; sobre todo por la planicie castellana: caminas horas sin notar que avanzas. Y ahí te enfrentas a todos tus demonios...


¿Qué actitud conviene adoptar?


Humildad. Para tragarte todo lo que surja.


¿Qué le ha enseñado el Camino?


Yo empecé el Camino llorando de tristeza y soledad... y llegué llorando de risa y gozo.


¿Sí?


¡Ni pastillas ni nada! Me levantaba cada mañana pensando: "¡Qué maravilla, voy a caminar!". Me enamoraba de cada detalle: recuerdo unas huellas de lagartija en la arena...


Cosas pequeñas.


¡Son las que tenemos! Aprendí a valorar lo que tengo en vez de pensar en lo que no tengo. Aprendí que no hay oscuridad para quien camina con luz. El Camino me reenamoró con la vida. ¿Se puede pedir más?


¿Y a qué dedica ahora su vida?


A vivirla cada día: aquí, en Formentera. Pinto cuadros, y los vendo aquí. Y escribo libros. No necesito mucho para vivir. Ya llevé antes una vida de trabajo enloquecido...


¿Qué vida?


A los 21 años fui pionero del surf en Zarautz, autodidacto, diseñé tablas, técnicas surfistas, ropa surfera... Yde ahí pasé a diseñar estampados para conocidas marcas de ropa: Mango, Zara, Miró, Custo...


¿Qué le llevó al surf?


No lo sé, fue una pasión: el surf es el éxtasis puro, cada ola está viva y es única, es una drogadicción. Y ves lugares tan bellos, unas puestas de sol sobre el agua tan fabulosas... Me entran ganas de llorar.


Me lo aconseja, vamos.


Sí. Ve poco a poco y disfrutando. Igual que en la vida. ¡Esto no debe ser un valle de lágrimas! Se trata de gozar y de ayudar a los demás a gozar. Así veo la vida.


La ropa que diseñaba era también para eso, para el gozo, ¿no?


Sí, pero me agoté. Ya no podía más, todo eso acabó por parecerme un mundo muy decadente... A quien más admiro es a los hermanos Custo y David Dalmau: no hay nadie tan valiente y tan agotadoramente trabajador como ellos, que yo haya visto.


¿Y se vino usted a Formentera?


La visité hace 28 años y me enamoré de la belleza de esta isla, de sus colores..., y empecé a pintar: ¡llevo vendidos 27.500 cuadros en el mercado artesanal! Esto sigue siendo un paraíso, pese al aluvión de turistas.


Formentera, camino de Santiago... ¡Elige usted bien sus lugares!


He aprendido que estar vivo es impresionante, que es un privilegio, ¡que lo amo! Por eso me apena que haya quien tenga muchas cosas... ¡y vaya quejándose de todo!


¿Qué tiene usted?


Tres cosas que no se puede ser en esta sociedad: soltero, autónomo y zurdo. ¡Y yo soy las tres, ja, ja! ¡No encajo! Pero me lanzo al camino de Santiago... ¡y todo se armoniza!

2 comentarios:

gundemunde dijo...

cuanta soberbia egocentrica salpi,emtada con toques de aparencia progre se lee en estas paginas del amigo Juanmaromo

Anónimo dijo...

De lo que no cabe duda es de que el Camino de Santiago es un foco de experiencias renovadoras y transformadoras en ocasiones. Si alguien se anima a vivirlo en primera persona, Turgalicia os ofrece información e, incluso, totalmente enfocado hacia el Camino de Santiago, el Bono Iacobus para realizar el Camino pernoctando en casas de turismo rural. Más información en nuestra web (www.turgalicia.es) o escribiéndonos a "cir.turgalicia@xunta.es"