
 
 Agua de lujo, un negocio en  auge 
 Beber agua se ha convertido en una moda para  algunos 
 El negocio del agua embotellada atraviesa un momento muy dulce en España,  donde cada vez son más los restaurantes, bares y tiendas de alimentación que  ofrecen a sus clientes botellines que encierran lluvia de Tasmania o líquido de  un manantial de Canadá, que pueden alcanzar los 70 euros en el mercado. 
 La gran variedad de aguas que se distribuyen en España, procedentes de los  cinco continentes, ha hecho que algunos establecimientos hosteleros y escuelas  de cocina organicen catas en las que expertos sumilleres enseñan a diferenciar  las propiedades de un líquido que, según aseguran, tiene cuerpo y sabor. 
 El envoltorio más caro que el producto  
 La "cultura del agua" cuenta cada vez con más adeptos en España, donde la  empresa catalana Wawali distribuye ya una docena de marcas exclusivas en  restaurantes, bares, hoteles, balnearios y "seasde todas las comunidades  autónomas. 
 El responsable de esta compañía, el inglés Steve Rowe, explicó a Efe que la  empresa, que lleva en funcionamiento año y medio, cuenta entre sus clientes con  restaurantes de la talla de El Bulli, aunque cada vez son más los  establecimientos que se apuntan a esta tendencia de ofrecer agua repleta de  "glamour" en envases de diseño. 
 En ocasiones, el envoltorio resulta más caro que el producto que lleva  dentro, reconoció este emprendedor, quien insistió en que se trata de dar una  "imagen exclusiva" en un país como España en el que las "ventas están creciendo  muchísimo", hay un "boom" de consumo de agua embotellada y existe un importante  potencial de mercado. 
 "No es que la gente sea más rica, sino que está más dispuesta a gastar en  productos de calidad, saludables y de diseño", agregó Rowe, quien opinó que la  introducción del carné por puntos también ha incidido en aumentar el interés por  un líquido que sacia la sed, puede beberse sin moderación y no tiene  contraindicaciones al volante. 
 Las más caras las más aceptadas 
 Explicó que las aguas "más caras y exóticas" son las que tienen mayor  aceptación en España, donde esta empresa organiza catas en ciudades como Madrid,  Barcelona o Bilbao para enseñar a distinguir entre marcas y a combinarlas  adecuadamente con los alimentos. 
 Un agua muy ligera procedente de Patagonia "puede ser perfecta para carne  blanca, pescado o ensalada", mientras que las que tienen alta mineralización  encajan perfectamente con las carnes rojas. 
 •Volver al agua del grifo 
 Rowe anunció que en España, concretamente en Valencia, podría abrir sus  puertas próximamente un bar de aguas, siguiendo el ejemplo de otras ciudades  europeas como París, en las que el culto a esta combinación de hidrógeno y  oxígeno llega a cotas insospechadas. 
 Miran pero no compran 
 La venta de estas botellas no se limita a los restaurantes ya que, por  ejemplo, un establecimiento de Gandía (Valencia), ya tiene entre sus baldas el  agua más exclusiva que se bebe en Berverly Hills. 
 Así lo asegura Jordi Andrés, uno de los propietarios de este comercio,  denominado Arsloca, en el que este agua que ingieren millonarios y estrellas del  celuloide se vende en una botella que "lleva cristales de Swarosky" y cuesta la  friolera de 70 euros. 
 "La gente la mira, pero no la compra. Nadie ha caído en la tentación",  comentó Andrés, en cuyo establecimiento se venden ya 17 tipos de agua, cuyo  mayor reclamo es, sin duda, su cuidado envase. 
 Andrés indicó que parece que "hay interés" por estos productos, aunque, a la  hora de la verdad, los compradores se decantan mayoritariamente por una buena  botella de vino. 
 A pesar de que este líquido tan beneficioso para la salud pierde aún la  competición frente a un buen Rioja, establecimientos como El Café de Mario de  San Sebastián, muy frecuentado por estudiantes universitarios, ha colocado sobre  sus mesas una nueva carta en la que se ofrecen cuatro tipos de agua a precios  asequibles que oscilan entre los 1,20 y los 2,25 euros. 
 Esta tendencia también ha llegado a los supermercados ya que, por ejemplo, el  Grupo Eroski indicó a Efe que el consumo  de agua embotellada registra "grandes crecimientos" en los últimos años en los  que este producto "se ha situado en una franja que abarca desde los refrescos  hasta los productos de salud". 
 Aguas aromatizadas o con sabor son algunas de las apuestas de los grandes  proveedores de este sector, que tiene sus mayores clientes en Baleares, Cataluña  o la Comunidad Valenciana, y que encuentra un duro competidor en el "agua de  grifo", especialmente demandada en Navarra, País Vasco y Madrid, donde se da un  mayor consumo por ser el agua corriente menos mineralizada debido a sus suelos  poco calcáreos.