domingo, 23 de diciembre de 2018

LA PAZ DE LOS VENCIDOS



En estos días de júbilo prefabricado, de felicidades dentro de un orden y de regalos de obligado cumplimiento, hay una frase que se repite de boca en boca sin saber exactamente que es lo que estamos deseando...¡Paz!. 
Quizás estemos deseando la paz del descanso después de tantos almuerzos de empresa, comidas familiares, cenas de compromiso, quizás queramos descansar de tanto villancico machacón y tanta luminotecnia tragaperras al asalto de transeúntes incautos. Yo no quiero la paz de los vencidos, la paz resignada, la paz por real decreto, sólo los muertos alcanzan la paz, y entonces es desaseado tarde, prefiero la lucha, la lucha contra uno mismo, contra los elementos, contra el conformismo. La vida es un combate, solo deseo que la esgrima sea limpia, de igual a igual sin trampas ni atajos sucios, quiero lucha en el amor...¿que es un amor sin batallas cuerpo a cuerpo? ...pues un amor de invernadero, quiero un amor pasional, una vida pasional un amanecer en llamas. Prefiero el dolor a la indiferencia, el sufrimiento a la nada, la muerte a la inercia vital, quiero que la vida me salga por los poros, quiero iluminarme con la sonrisa de un niño, encenderme con la mirada de una mujer, emocionarme con un poema, llorar con una canción.
El dia que mi vida esté tan vacía que no tenga con qué llenarla, bajaré las persianas de mis ojos y levantaré el vuelo a buscar otras vidas, fuera de mi cuerpo, fuera de mi tiempo, fuera de mi.

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