lunes, 6 de junio de 2011

LOS OTROS EMIGRANTES

La crisis y el miedo a los extranjeros

  El auge del voto xenófobo en las municipales no es más que la antesala de lo que puede venir


David Murillo  
David Murillo
  Bertha y Ahmed son arquitectos. Ella, nacida en Alemania Oriental hace más de 30 años. Él, en Jerusalén Este hace casi 40. Llegaron a Catalunya hace 15, ella se sacó el nivel C de catalán a golpe de manual y voluntarismo. Se casaron y hace dos años tuvieron una hija que ha aprendido de golpe alemán, árabe, castellano y catalán. Ahmed se quedó sin trabajo hace dos años. La entrada de nuevos proyectos se detuvo en seco y lo despidieron. Ella sorteó el derrumbe del sector privado, pero a inicios de este año comprobó cómo concursos públicos aprobados quedaban frenados y facturas pendientes dejaban de cobrarse. Ayuntamientos y consejos sobreendeudados, a los que no renuevan las pólizas de crédito, terminaron llevándoselos por delante. La nómina de diciembre llegó recortada. La de enero y febrero ya no llegó. En marzo decidió que por el mismo precio se quedaría en casa.
A finales de aquel mismo mes, Ahmed y Bertha decidieron hacer lo que, según las encuestas, piensa hacer un 73% de los arquitectos: las maletas. Era una discusión que se arrastraba desde hacía meses y la decisión se precipitó. Tras meditarlo mucho, a regañadientes eligieron Israel. Una decisión nada fácil para un chico árabe, moreno y de ojos oscuros. El único de su familia que cuenta con pasaporte israelí y el único que pudo estudiar en la Universidad de Tel-Aviv. Ahmed me comenta lo que más teme: la humillación cotidiana que se vive en su ciudad natal. Quince años en Barcelona, dice, hacen muy difícil el regreso. Irse a Palestina implica ver de nuevo el muro que divide la propiedad del padre en dos, los controles de carretera... Ahmed me cuenta cómo, en el distrito donde vivirán, en Jerusalén Este, días atrás unos niños tiraron piedras a una furgoneta militar. El resultado fue una reunión de los militares con jefes de familia y comerciantes: si el incidente se repetía, la comunidad recibiría las consecuencias. Esta es la tesitura del regreso. La adaptación no será nada fácil y Bertha, con la mirada, demuestra que no está segura. Su historia es apenas una de las muchas historias personales de la crisis. Para los dos, su historia de amor con Barcelona acaba con costes anímicos y económicos. Más de una década cotizando en la Seguridad Social, pagando impuestos y haciendo de falsos autónomos por cuenta ajena no les servirá de gran cosa para su futuro.
En el reciente estudio de Joan Elias Immigració i mercat laboral: abans i després de la recessió se hacía el retrato estadístico de esos inmigrantes que han cobrado notoriedad después de las pasadas elecciones. Un retrato, por cierto, que también hablaba de los nuevos catalanes que, como Ahmed y Bertha, van camino ya de dejar de serlo. Entre los datos que se recogen: los inmigrantes, de media, cobran menos pensiones que los españoles; gastan en el sistema público de sanidad menos de lo que les correspondería por peso demográfico y sufren cerca del doble de paro que los locales (30% frente al 18%). Una diferencia récord de toda la UE, solo superada por Estonia. Según el informe, el 50% del superávit de las finanzas públicas de los últimos años se corresponde con impuestos y contribuciones a la Seguridad Social aportados por inmigrantes, mientras que menos del 1% de los perceptores de prestaciones van a extranjeros. Su salario medio se sitúa en la mitad (sí) del de un español. Un dato más: el 60% de las afiliaciones de inmigrantes a la Seguridad Social en el 2009 fueron en el apartado de trabajadoras del hogar, un hecho que hay que vincular al incremento de la tasa de empleo de las mujeres de aquí. La presentación del estudio de Elias se acompañaba de una frase rotunda: «Los inmigrantes asentados en el territorio español aportan más al Estado del bienestar que lo que reciben de él».
¿Detendrán estudios como el de Elias la oleada xenófoba que se introduce poco a poco en los ayuntamientos? Sin miedo a equivocarnos ya podemos avanzar que no. Los cantos de sirena de las soluciones simples a problemas complejos son la receta común de los tiempos de crisis. Son tiempos en los que toca alejarnos de los estudios científicos para entrar de lleno en el mundo de lo irracional. Un hecho que ya han podido comprobar en carne propia los alcaldes que han osado enfrentarse a la percepción social de la inmigración sin avivar el recurso al miedo y el enfrentamiento. Así, el voto xenófobo de los últimos resultados electorales, por escaso que aún sea, no es más que la antesala de lo que puede venir. Causa sorpresa pensar que algún ayuntamiento podrá combatir la diferencia demográfica que separa el Magreb, Asia y Latinoamérica de Europa, o el diferencial de esperanza que propulsa su población juvenil, con recetas que vayan mucho más allá del fuera de aquí.
Tzvetan Todorov, en uno de sus últimos ensayos, delimitaba la línea de demarcación que separa la civilización de la barbarie. Para el autor, la civilización no es más que una categoría moral que separa el mundo de la razón, la cultura y el respeto al otro del discurso basado en el agravio y la rabia. Ahmed y Bertha ya no estarán entre nosotros, pero al menos se ahorrarán tener que ver cómo, lentamente, vamos adentrándonos en la barbarie.
*Profesor de Ciencias Sociales de Esade

viernes, 3 de junio de 2011

"El hombre de hoy sigue siendo un esclavo"



BORJA VILASECA 15/02/2009
 
 
A sus 76 años, el psiquiatra chileno Claudio Naranjo es considerado como uno de los maestros contemporáneos en vida. Profesor de una docena de prestigiosas universidades de todo el mundo y doctor honoris causa por la italiana de Udine, es autor, entre otros ensayos, de Carácter y neurosis y Cambiar la educación para cambiar el mundo. También es el fundador del programa Searchers After Truth (SAT), orientado a promover el autoconocimiento y el desarrollo personal, integrando herramientas y disciplinas occidentales y orientales. Naranjo ha sido invitado recientemente por Esade para reflexionar sobre cómo impulsar una formación más humanista como respuesta a la deshumanización de las empresas y de la sociedad.

La noticia en otros webs

"Adaptarse a esta sociedad enferma no es un síntoma de inteligencia"
"El líder que necesita la empresa es un hombre libre, consciente y sabio"
Pregunta. ¿Cómo es posible que se deshumanicen los seres humanos?
Respuesta. Cada ser humano cuenta con dos fuerzas antagónicas en su interior. Uno es el falso yo, más conocido como ego o personalidad, relacionado con la ignorancia, la inconsciencia, el egocentrismo, la insatisfacción y el miedo. El otro es el verdadero yo, nuestra verdadera esencia y que está conectado con la sabiduría, la consciencia, el bienestar y el amor incondicional. Cualquier persona que no esté en contacto con su esencia está en vías de deshumanizarse, pues poco a poco va olvidando y marginando sus verdaderos valores, lo que repercute en su forma de pensar, vivir y relacionarse con los demás.
P. ¿Cómo se sabe que una persona vive identificada con su ego?
R. Es fácil: en primer lugar, porque a pesar de hacer y tener de todo siente un vacío en su interior, como si le faltara algo esencial para vivir en paz. De tanto dolor acumulado, finalmente se desconecta de su verdadera humanidad. Desde el ego, las personas actúan movidas por el miedo y la necesidad de supervivencia física y emocional. Su objetivo es conseguir que la realidad se adapte a sus deseos, necesidades y expectativas egoístas, lo que les lleva a vivir una vida marcada por el sinsentido, el malestar y la necesidad constante de evasión y narcotización de sí mismos.
P. ¿Por qué prevalece la deshumanización de las empresas y de la sociedad?
R. Porque llevamos muchas décadas condicionando a los seres humanos con falsas creencias sobre quiénes son y cuál es su relación con el mundo. Debido a la ignorancia ha prevalecido el ego, desde el que se ha construido una sociedad competitiva, agresiva, avariciosa, superficial, insatisfecha, vacía y ambiciosa, que a su vez sigue condicionando a las nuevas generaciones para preservar el establishment.
P. ¿A qué se refiere?
R. El mundo se ha convertido en un negocio en manos de las grandes corporaciones. Debido al sistema monetario, todas las instituciones funcionan bajo un mismo principio creador: su propia supervivencia. Tanto los Gobiernos como las entidades financieras, las empresas y las instituciones religiosas, que tanta influencia tienen en la sociedad, están orientadas a optimizar sus recursos para tener el mayor lucro posible. El bienestar de la humanidad y del medio ambiente les trae sin cuidado porque no es rentable.
P. De ahí la dificultad de tener verdaderos líderes humanistas...
R. Exacto. A la maquinaria del sistema monetario sólo le interesa que las cosas sigan como están, incluyendo los 40 conflictos armados existentes hoy y que tanto dinero generan a la industria armamentística mundial. Por eso, líderes como los hermanos Kennedy, Gandhi, Luther King y tantos otros fueron asesinados. Los que tienen el poder tan sólo están interesados en continuar teniéndolo, y para eso necesitan seguir esclavizando a los pueblos por medio de la deuda y los intereses bancarios, que impiden que la humanidad salga de este círculo vicioso.
P. ¿Y cuál es su propuesta?
R. Un cambio radical en el proceso de formación humano. Ahora prevalece el condicionamiento egoico, que provoca que el hombre siga siendo un esclavo. En cambio, una educación basada en nuestra verdadera naturaleza potencia el desarrollo de nuestra conciencia, lo que nos libera de las falsas creencias acumuladas por el ego y que tanto limitan nuestra existencia. La crisis económica tan sólo pone de manifiesto nuestra crisis de conciencia. Es un indicador de que algo está funcionando muy mal.
P. Usted suele hablar de "la búsqueda de la verdad"...
R. Todos los grandes sabios de la humanidad, como Buda, Lao Tse, Jesucristo o Sócrates, han dicho lo mismo: el sentido de la vida es aprender a trascender nuestro egoísmo y egocentrismo para que podamos ver a los demás y al medio ambiente que nos rodea como parte de nosotros mismos. No existe la fragmentación, sólo la unidad: todos somos uno. Buscar la verdad implica cuestionar el condicionamiento sociocultural recibido para recuperar el contacto con nuestra verdadera naturaleza. No es ningún síntoma de inteligencia adaptarse a una sociedad como la actual, profundamente enferma. El líder que las empresas necesitan para mejorar la realidad debe ser, ante todo, un hombre consciente, libre y sabio. -

jueves, 2 de junio de 2011

OCTOBER PROJECT


 Fue allá por el 94 cuando escuchando el inolvidable programa de Ramón Trecet "Diálogos con la música", me sobresaltó una canción como nunca otra lo había hecho. Era una música "profunda y oscura", esotérica pero de una increíble belleza, la voz de la solista, de un dramatismo y una intensidad sobrecogedores, me envolvió como un agujero negro, arrastrándome a una dimensión sensorial de donde ya no podía escapar.
Esperé durante días, impaciente como un amante primerizo, volver a escuchar aquella voz que me había subyugado, hasta que de pronto, apareció al otro lado del dial, sugerente, perturbadora, mi corazón se detuvo durante unos segundos, y cuando apreté el "rec" ya era tarde ... el aquelarre sonoro ya había empezado y me había quedado fuera.
Intenté comprenderla, pero mi inglés, era muy inferior a mi deseo, y solo captaba palabras sueltas que iba encajando como un rompecabezas imposible, escuche la cinta cientos de veces, creía entender, creía tenerla entre mis labios, pero a la próxima cita, se desvanecía, y solo me quedaban palabras incoherentes e inquietantes... thousand words ... thousand lies ... thousand good byes
Empecé un vía crucis por las tiendas de discos con su voz enjaulada en la cinta... pero nadie supo dar razones de ella, recorrí los pubs irlandeses, pues el fuego celta parecía arder en sus entrañas, me arrastré por lo guethos mas oscuros en busca de algún eco que me devolviera su nombre, pero solo encontré el silencio por respuesta. Un día deambulando por El corte ingles, la escuché escondiéndose tras unos anuncios, la sangre se me heló en la venas, cuando corrí a su encuentro, se desvaneció entre el bullicio como una aparecida... desesperado, interrogué al discjockey, a las dependientas, a los clientes, pero nadie la había visto ... en mi cabeza repicaban aquellas frases como campanas fantasmas ... "forget me, forget me now", pero no, ya no podría olvidarla nunca ...
Tras una labor detectivesca, y gracias a google logre descubrir años mas tarde el nombre del grupo en cuestión, "OCTOBER PROJECT". Tras grabar dos discos, con Epic, la discográfica fue absorbida por Sony, cuya directiva considero al grupo poco interesante comercialmente, y le rescindió el contrato, inmediatamente el conjunto se disolvió dejando sus dos discos como testamento, en España, ni siquiera se editaron. Actualmente "October Project" es un grupo de culto, y está considerado por los especialistas como uno de los mejores de la historia. La solista, Mary Fahl, ha grabado dos discos en sellos independientes, que solo se han editado en círculos minoritarios. Cuando constatas la indigencia musical que reina en nuestros días, no puedes por menos que añorar a grupos y cantantes que como estos, fueron víctimas del espíritu mercantilista y la miopía musical de unos directivos que han llevado al sector al callejón sin salida en que se encuentra

JUANMAROMO

AGUAS CRISTALINAS



A veces el amor nos asalta como una catarata, una riada que nos arrastra cauce abajo golpeando el corazón contra las piedras y arañando el alma con las zarzas de la rivera. No debemos dejarnos llevar por la corriente, busquemos un remanso donde las aguas se decanten, y veamos a través del cristal de su trasparencia. Poco a poco se irá depositando  aquello que en la vorágine de la cascada nos pasaba inadvertido, una capa de arena gruesa con algunos cantos rodados, es la pasión que erosiona cuanto alcanza, pero que es la primera en separarse del todo.
Seguidamente veremos la arenisca, ese desasosiego que nos produce la ausencia del ser amado, una especie de síndrome de abstinencia que hace del amor algo agridulce, por suerte, también acaba desprendiéndose. Por último queda un manto de lodo y fango,  es la desconfianza y los celos que enturbian su pureza. Si nos acercamos, un aroma a menta y hierbabuena nos envuelve, es la ternura, algo que no se ve, pero que todo lo perfuma con su aliento. La transparencia es la sinceridad, gracias a ella, podemos mirar a su través y ver como el agua no se estanca, si no que fluye delicadamente conservando sus brillos cristalinos.
No dejemos que las aguas dormiten porque en ella anidarán sapos y culebras, pero tampoco  que nadie remueva su fondo, porque quizá ya nunca recupere su magia
El amor riega nuestras almas y hace que en ellas fructifique la bondad y la belleza, sin él, acaba secándose y cuarteándose hasta quedar yerma y estéril como una tierra baldía.

miércoles, 1 de junio de 2011

Y SIN EMBARGO, TE QUIERO.


Dicen los antropólogos que el hombre es polígamo por naturaleza, puede que sea cierto en el aspecto sexual, pero ¿lo es también en el plano emocional?



El hombre es el único animal que se enamora. El amor es un sentimiento que crea poderosos lazos afectivos entre dos personas sobre los que se basa la creación de la pareja y de la familia, esta necesidad de permanecer juntos y de relacionarse sexualmente es la base de la sociedad humana, si aceptamos que el hombre como macho, tiene tendencia a conocer nuevas hembras ¿debemos aceptar que es también polígamo emocional?.


Durante las relaciones sexuales, especialmente en el orgasmo, se generan gran cantidad de oxitocinas, una hormona que refuerza los vínculos emotivos en la pareja, si estos lazos se trenzan fuera del tálamo conyugal ¿no producirán una distorsión en el entorno afectivo y psíquico del hombre? y si es así, ¿Cómo afectarán a su vida cotidiana?


La respuesta depende mucho del carácter del macho transgresor, si lo único que le interesa en las relaciones externas es el puro sexo, le será muy fácil romper estos lazos suponiendo que le hayan afectado, pero si es un hombre con un mínimo de sensibilidad, puede caer en una trampa peligrosa. Esa primera experiencia habrá creado una impronta en su psique y en su sistema hormonal de tal manera, que se verá tentado a repetir la experiencia por mucho que él mismo sea consciente del riesgo. Por otra parte hemos de considerar la postura de la mujer extraconyugal, si esta tiene un entorno familiar y social estable, posiblemente se conformará con unas relaciones esporádicas que le aporten lo que le falta en su vida amorosa, pero si tiene serias carencias, puede aferrarse a él como a un salvavidas y terminar por hundirse irremediablemente.


Desde un punto de vista pragmático, una relación extraconyugal llevada con discreción puede ser beneficiosa para la pareja, ya que puede suponer un revulsivo que mejore el rendimiento sexual del hombre y que este trate de compensar emocionalmente a la mujer con más tenciones y cariño, pero ...  ¿Quién ha dicho que en las relaciones amorosas haya un hueco para la objetividad?

Juanmaromo

martes, 31 de mayo de 2011

LA ÚLTIMA MULETA



La vida es tremendamente absurda, o quizás seamos nosotros los absurdos por pedir auroras al ocaso. Cuarenta años de lucha, de remar contracorriente sorteando remolinos y escollos, de escalar descalzos y a golpes de uña los taludes del tiempo,  medio siglo persiguiendo un horizonte cada vez más lejano, para acabar flotando en un lago sin fondo y sin salida.
Buscamos muletas para no arrastrarnos, los estudios, el trabajo, la familia... a veces tenemos la suerte de acariciar las plumas de un amor que vuela entre nosotros caprichoso y esquivo, y arrancarle una prenda que guardamos con celo en los bolsillos del alma. Como en el juego de la oca saltamos de puente en puente siguiendo una corriente que nos lleva a ninguna parte pero de la que no podemos escapar.
Pero llega un momento que se quiebra la última muleta, los hijos se esfumaron en la noche de la vida, las plumas de amor van perdiendo textura, y el trabajo se convierte en condena. Los libros te pesan en las manos, las letras se agitan compulsivamente y encojen hasta desaparecer, hasta la música se torna un ruido incomprensible.
Ha llegado el momento de preparar la acampada, a partir de ahora ya no hay metas, ni corrientes ni cimas, llegó el tiempo de vivaquear, de pescar en el rio, de recoger flores, de encender una hoguera y disfrutar un cielo cuajado de estrellas.
Hay que aprovechar los días de bonanza, bañarse en las aguas transparentes, preparar un asado y degustar los tragos de buen vino que aún nos queda en la bota, porque cualquier mañana, una helada ventisca nos expulsará del refugio  y deberemos proseguir entre las brumas sin saber hacia adonde nos arrastra. No importa cuántos erais en el grupo de salida, el último trecho, siempre nos toca recorrerlo solos.

Juanmaromo

ABRIL EN LA SANGRE Y OTRAS COSAS

La primavera a veces es demasiado dura. Me trago la muerte a cucharadas. Es abril; y en este mes yo me hundo en un pozo de desesperación. Y no quiero sufrir. Debo tener cuidado. No quiero sufrir más.

Pero esta noche estoy extrañamente tranquilo. No se oye a los vecinos pelearse, ni suenan las cañerías en el baño. La gente se ha debido marchar a sufrir sus miserias en algún lugar de veraneo. Es curioso observar como nadie es feliz. Nadie parece ser feliz. Pasean su infelicidad por todas partes.

La felicidad es algo fugaz, va y viene, y nunca dura mucho. A mí se me está acabando el tiempo de la felicidad. La vejez nunca es feliz; la vejez es tristeza y derrota. Hay un momento en la vida en el que uno comprende que la felicidad es algo inalcanzable. Algo que quedó atrás para siempre. Y sin embargo aún no me he rendido, aún no estoy muerto. No pienso dejar de pelear.

Yo soy un hombre solo; no tengo a nadie y eso me convierte en un ser extraño. No me enfado, ni grito, ni tengo problemas de esos que tiene todo el mundo. Simplemente vivo al margen de todo y de todos: no tengo con quien enfadarme. Sin embargo pago un precio muy grande por esta soledad. La soledad es un paisaje helado.

Quisiera escribir, pero no puedo. Tranquilo -me digo a mí mismo-, la escritura regresará. De momento tú sigue escribiendo cualquier cosa. La escritura regresará cuando menos te lo esperes.

La vi en la librería; me dijo que ya había acabado su novela. Yo nunca acabaré una novela, ni ninguna otra cosa de mi vida. Yo soy lo único que está acabado.

Son las tres menos cuarto de la noche: empieza el baile del insomnio. Ahora debo tratar de dormir, aunque sea una hora.

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Ella me dijo que era feliz: era evidente que no tenía ni idea de lo que era la felicidad. Si lo hubiera sabido podía haber escrito un tratado de la infelicidad.

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Era el tiempo fugaz donde las estrellas se acostaban conmigo y todos los sentidos de mi mundo reposaban en ti. Yo quería quererte a toda costa, justo en ese momento en que el espacio y las cosas extendían sus cuerpos confiados, y todo era presente, y piel, y libertad, y no quedaban sombras del pasado, y el futuro llenaba el aire de esperanza y daba gusto respirar cada mañana.

Era el tiempo fugaz donde tú y yo nos quisimos. Yo me quedé a vivir allí. Tú te marchaste, y ya no quedó nada. No quisiste llevarte ni el recuerdo.

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Aquella primavera la soledad pesaba más que nunca, y varias veces, a lo largo del día, me asaltaba la idea de matarme. Sencillamente sentía que no podía más. Luego me inventaba argumentos para seguir un tiempo; “espera a que termine este verano, date otra oportunidad, tal vez suceda algo”, me decía a mí mismo, rumiando mi desdicha a cada paso. Temía el final del verano porque no me sentía con fuerzas para pasar un nuevo invierno solo, en esta casa.

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La tarde se pasó caminando entre sonrisas ajenas y gente que parecía sentir. Era la primavera. Las mujeres dormían en silencio sobre la hierba, los muchachos jugaban a vivir. Los muertos ya no parecían tan muertos. Me llamaba la vida a cada paso. ¿Qué hacer con todas esas ganas de vivir? Retrocedí en mi memoria a los tiempos en los que nada tenía un sentido y comprendí que algo había cambiado al fin. Yo era más viejo y padecía el dolor de otra manera, como si ya no pudiera ni sufrir. ¿Es que ya no podía sentir como sentía entonces? Tal vez había dejado de luchar, no sé, ¿era posible eso? Lo dudo. No cambiamos nunca, no se puede cambiar.

La tarde se pasó como se pasa cualquier otro fracaso. Un intento fallido de amar, dos docenas de golpes del tiempo, una comida insípida en cualquier parte y todo ese dolor sobre la arena mojada de la orilla. Encontré una medusa muerta entre las algas y recordé aquella imagen de un cuerpo que había regresado desde el lugar donde nacen todas las tormentas. Una muchacha me llamó para decirme que sentía unas ganas terribles de llorar, unas horas más tarde, un amigo me dijo que no quería vivir, y yo, que ya sabía todo de esas cosas, seguía las huellas de un perro que pasó dios sabe cuando por la playa de aquel maravilloso mar desconocido. Mi mundo estaba muerto como yo.

Llegó la noche y aún no había escrito nada. Lisboa era una ciudad dormida y aquella habitación de hotel era el lugar más triste y más hermoso de todo el universo. Salí al balcón y contemplé la luna brillando sobre el mar. Bajo el balcón, las olas rompían entre las rocas. Sentí que no había un comienzo ni un final, que todo era un dolor interminable. Respiré hondo y embriagué mis sentidos con el olor a mar. Traté de no pensar. Miré el reloj que ella me había regalado y me llené de soledad. Vivir dolía aún demasiado. Mañana todo será mejor, le dije a las estrellas, espera un poco más. Algo sucederá, date un poco de tiempo, pero sentí que ya no me quedaba tiempo... Quizás había vivido muy deprisa.

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Días de abril donde hierve la sangre y todo duele de un modo más intenso. El corazón y la vida, el insomnio y la muerte, la enfermedad y los años.

Cada cosa debía haber encontrado su lugar y sin embargo hoy ya no queda nada -los derrotados desfilan por las calles-, mientras yo miro al cielo con los ojos vacíos. Y yo estoy muerto, y soy uno más entre un millón de muertos. No lo he conseguido. Lo siento, de verdad, lo siento, pero esta noche no puedo más. He sufrido mucho por nada. Soy un perfecto perdedor -no es fácil ser tan bueno perdiendo-, y ahora escondo mi cabeza bajo la almohada porque ya no quiero luchar ni una sola batalla más. Llevo escribiendo así desde el noventa y cuatro y en este parpadeo han pasado ya diecisiete años.

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La encontré en una noche de lluvia. Salvaje, acurrucada, encendida en la hoguera donde arden todos los fuegos. Tenía trescientos malos recuerdos grabados en sus ojos y una lanza de hierro que aún le atravesaba el corazón. Pero no se había rendido. Y la quise por eso.

La invité a una cerveza y me contó sus desdichas. Los cielos desplomados de algún atardecer donde perdió la infancia en una habitación extraña. “Los pájaros no viven mucho”, decía a todas horas, mientras miraba al cielo. Tenía el vuelo de una gaviota entre los dedos, un amor desdichado, y algunas buenas historias que contar.

La vi durante algún tiempo: cada noche bajaba hasta el bar, a la orilla de todos los puertos, y se hacía de alcohol y de algas marinas, de viento y de arena de mar, y me hablaba del mundo, de su tierra, del frío, de los bosques sagrados del Norte donde muere la paz.

Una noche le vi contemplando las viejas estrellas de entonces. Parecía que el tiempo ya no era su tiempo. Se miró desde fuera, se extrañó desde dentro. No quiso seguir. Se marchó de regreso a su tierra, como se marchan los pájaros cuando llega el invierno.

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Está siendo muy dura esta batalla, y en mi mar ya no crecen las algas. Hay una mano que me pide caricias que yo no puedo darle. Así funciona todo. Lo que no sirve, no sirve, da igual la intensidad que pongas en tu deseo. Uno debe entender que hay sueños que a veces no se cumplen. Que una pareja siempre es cosa de dos... Uno debe entender que hay cosas imposibles, cosas que nunca salen bien...

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...¡Pero basta! No quiero sentir todo este pesimismo. Cojo una pala y hago un agujero, entierro todo lo que he escrito en el pasado. Corto la hierba, doy de comer a un perro, me cago en todo lo que se menea -me he pillado un dedo con la puerta de hierro-, me bajo al pueblo y me como unas judías, regreso y bebo un trago de agua-las nubes han llenado todo el cielo-, Se ha levantado viento y el mundo de mis perros me reclama. Corro de campo en campo, hay flores amarillas. Me cuelgo de las ramas de un árbol -los lobos me muerden el trasero-. Llueve, me mojo, canto, camino y me lleno de barro. Bajo al río, me baño. Me pincho con las zarzas. Me quito garrapatas de las patas. Y en medio de un concierto de aullidos, de pronto, mi tristeza se marcha.

Aún es primavera aquí en mi alma. 


Angel Pasos

http://lacomunidad.elpais.com/undos333/posts

lunes, 30 de mayo de 2011

CON LOS OJOS ABIERTOS


Ayer me sentí el hombre más afortunado del mundo, mientras yacíamos enroscados como dos serpientes haciendo el amor, nuestras almas se miraban a través de tus ojos y se fundían en un beso intangible pero ardiente. El beso es quizás la más íntima de las caricias, más aun que el coito, porque se une dos alientos, dos corazones, dos almas, cuando por primera vez nuestros labios comulgaron, supe que jamás podría desprenderme de tu abrazo.
Cronos detuvo su camino y se quedó mudo viendo nuestros lances, contemplando absorto dos cuerpos que se tejían el uno en el otro para formar un solo cuerpo, el cuerpo más hermoso y perfecto de la creación, un cuerpo completo formado por mujer y hombre unidos en su esencia por el cordón umbilical de un amor supremo.
Pero celoso de tu belleza al no poder poseerte, batió sus alas implacable y nos devolvió al destierro, el sueño acababa y había que regresar al mundo real...
Mi piel ha perdido su olor de siempre, todos mis poros rezuman tu aroma y esta noche me he despertado lamiendo mis manos que aun conservan el sabor de la tuyas.
Mientras mi lengua libaba tu magnolia hasta hacer estallar tu polen en el aire, me sentía Eros en brazos de Afrodita. He tenido sueños muy hermosos, pero ninguno tan bello como el que soñé ayer con los ojos abiertos. 
Sabía que te amaba, pero hasta ayer no podía sospechar cuanto...

LA NOCHE QUE NOS CELA

He despertado con la boca en llamas
los labios sedientos, las manos crispadas
y he buscado tu fuente para saciarme,
tu piel para acariciar un sueño,
tu carne para aplacar mi hambre
pero solo he besado la sombra de tu ausencia.

Pensé por un momento que eras sueño
esa quimera que me muerde el recuerdo
desde que nos separó un verano,
pero he sentido tu aroma emanar de cuerpo
como sándalo en el altar de Venus
y se ha hecho la luz en mi recuerdo
mientras mi báculo se alzaba a recorrer caminos.

Y he maldecido la noche que nos cela,
el lecho huérfano de tu desnudez fragante,
las sabanas que ya no te cobijan
ni beben de tu esencia.
Y he cerrado los párpados del cuerpo
para abrir los ojos de mi alma,
para sentir el hambre de tus labios,
el imposible tacto de tus senos
y recordar el geiser de tu orgasmo
estallando en mi boca.
JUANMAROMO

"Cada órgano dañado responde a un sentimiento"

Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación biológica

Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet

  
     
Emociones

Las enfermedades son una tentativa de autocuración, una reacción biológica de supervivencia frente a un acontecimiento emocionalmente incontrolable, de manera que cualquier órgano dañado corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con las emociones y los pensamientos. Junto al doctor Philippe Levy, Flèche creó nuevos protocolos para organizar un método de diagnóstico original emocional y una nueva forma de terapia breve que busca en las emociones el origen y la solución a las enfermedades. Tiene publicados 17 libros sobre la descodificación biológica, cuatro de ellos traducidos al español. El cuerpo como herramienta de curación (Obelisco) ha vendido tres ediciones

El cuerpo es nuestra herramienta de curación?
 Yo era enfermero en un hospital de Normandía y observe que pacientes con la misma enfermedad, tratamiento y doctor evolucionaban de manera muy di#7;ferente.

Bueno, cada uno es cada cual...
 Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son una metáfora de las necesidades físicas y emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay una solución interior.

¿Eso es para usted la enfermedad?
 Sí, una solución de adaptación. Cada órgano del cuerpo quiere satisfacer su propia función, es decir, atrapar oxígeno, alimentos... Si el cuerpo quiere comer, pero en el exterior hay guerra y no lo consigue en un plazo razonable, se produce un shock.

¿Nace el conflicto?
 Sí, el inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: un síntoma, que es una solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria a ese shock vivido. En ese caso, el miedo a morir de inanición atacaría el hígado.

Póngame otro ejemplo.
 Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar un nódulo en el tiroides, que envía más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida.

Pero tener prisa es psicológico.
 Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, de los captadores neurovegetativos que vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, se traduce en realidad biológica.

¿Y provoca un síntoma?
 Si no hay una solución concreta y consciente, sí. De manera que si escuchamos algo muy desagradable que nos afecta podemos tener acidez de estómago. Y hay algo muy importante que tener en cuenta.

Dígame.
 El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la boca o la idea de un trozo de limón en la boca provocan la misma salivación. En función del sentimiento particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por el escáner, a un órgano y a una realidad energética.

¿Realidad energética?
 Somos una unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral, psíquica y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro niveles biológicos.

¿Y es irreversible?
 Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles sanan simultáneamente. Una paciente tenía dolor en el hombro. "¿Desde cuándo?", le pregunté. "La primera vez estabas sola con mis hijos" "Si estas con tus hijos, no estás sola, ¿quién falta?" "Mi marido que nunca está, yo necesito estar arropada". Cuando lo reconoció, el dolor desapareció.

A lo largo de un día no satisfacemos todas nuestras necesidades fundamentales.
Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se libera en el exterior bajo una forma artística, a través de la palabra, el baile o los sueños... todo va bien. Cuando el acontecimiento no está expresado, queda impreso y el cuerpo será el último teatro de ese evento.

¿Todo conflicto provoca enfermedad?
 No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.

¿Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo?
 Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio. Para las mujeres diestras, problemas en el seno y hombro izquierdos corresponden a problemas con los hijos y viceversa para las zurdas; los desajustes en el seno y hombro derechos corresponden para las diestras a problemas con la pareja y viceversa.

¿Estómago e intestino?
 No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene corresponde al duodeno y estómago. El colon corresponde a un conflicto asqueroso, podrido. En el recto están los problemas de identidad: "No me respetan y me dejan de lado". Los riñones es la pérdida de puntos de referencia. Los huesos: grave conflicto de desvalorización...

¿Lo adecuado para estar sano?
 Revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es decir: bailar más a menudo. La gente está mucho tiempo en lo emocional pero son emociones procuradas: fútbol, cine... Un malestar compartido disminuye a la mitad, continúa compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica por dos.

La ira y la violencia se expresan a sus anchas.
 Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose con su mujer. Cuando estamos en contacto con la emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos con la emoción de superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: "Lo que tengo es miedo", su miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno mismo.

viernes, 27 de mayo de 2011

BOCA A BOCA


Emma Riverola
¡Buenos días!, saluda con una sonrisa como cada mañana. De camino a su despacho responde un par de dudas, hace una broma y se prepara un café. Sobre su mesa, la prensa del día. Observa los titulares y se da cuenta de que hace meses que apenas lee nada. Le da exactamente igual quién ha ganado las elecciones. Su mundo se ha constreñido a las cuatro paredes de su empresa. Cada vez más frágiles, cada vez más agonizantes.

Todo lo que ha conseguido en dos décadas de esfuerzo se está esfumando en dos años infernales. Las reservas se agotan. Treinta y cinco familias dependen del momento en que él decida bajar la persiana. Treinta y cinco personas que pasarán a la cuenta de los cinco millones. Pasa las páginas del diario con gesto mecánico. Su mirada se detiene en las imágenes de las plazas y, de repente, se siente aún más agotado e inútil. Exhausto de dejarse el hígado para nada. Él solo quiso trabajar en lo que le gustaba. Y durante años lo consiguió. Ahora todo se desvanece. Para los acampados, él debe de ser un culpable más. Querría volver a los 20 años y estar en la plaza. Volver a soñar y a interesarse por algo más que la cuenta de resultados. Poder utilizar esas palabras que le hacen sentir bien. Tener las ideas claras. Y alguna convicción… Está perdiendo su tiempo y su dinero haciendo el boca a boca a un moribundo sin remedio. Y ya no sabe si habla de él, de su empresa o del sistema

jueves, 26 de mayo de 2011

ODIO FACIL

  
 Emma Riverola
 
Solo le quedan cuatro meses de paro. Hoy ha vuelto a pasar por la constructora. Nada. No les ha salido la obra y van a tener que despedir a tres más. Cuando salía se ha tropezado con un ecuatoriano. Él también pedía trabajo... Una gota. En la calle una mujer se lamenta. ¡Le han robado el monedero! Habrá sido alguna de esas rumanas, dice un hombre, me ha parecido verlas por aquí. Los vecinos se exclaman. Cuando llegue a casa, la mujer descubrirá el monedero en el fondo del bolso… Otra gota. En los servicios sociales hoy no pueden atenderle. Están desbordados. En la sala espera turno una veintena de personas. Cuenta cuatro mujeres magrebís… Más gotas. Llega el político en campaña electoral. ¡Los de casa, primero!, grita el candidato. ¡No hay espacio ni dinero para todos!, prosigue. ¡Fuera los que nos están robando el país! De repente, el rosario de gotas se enreda con su desesperación y su impotencia. Y el miedo a la miseria se transforma en rencor.

Es fácil. Demasiado fácil y de infausto recuerdo. El verdadero culpable descansa impune en los ostentosos despachos de las plantas nobles. Mientras, sus cómplices inventan carnaza para los desesperados. A poder ser, un cebo tan débil o más que estos. Un enemigo al que puedan retar con la mirada y escupirle la rabia. Víctimas sobre víctimas. Asomados a la ventana de la décima planta, los que siempre ganan sonríen.

Rosetta Forner: "No tenemos una sexualidad sana, tenemos un putiferio"


Rosetta Forner es de esas mujeres que transmiten vitalidad y energía, y que acompaña muchos de los gestos que hace con una media sonrisa. En la vida, lo tiene claro, “prefiero vivir un día de pie que toda mi vida de rodillas”. Confieso que nunca antes había entrevistado a alguien que va con una varita mágica en su bolso. Es más, si en medio de la charla tiene que sacarla para rozarte con ella, lo hace. La coach, que se considera un Hada madrina, acaba de publicar ahora un libro con algunas de las ideas que lleva gestando desde hace tres años. En ‘Que no te la den con queso’, la autora habla de forma irónica y divertida sobre las apariencias y cómo defenderte de ellas, en definitiva, de cómo distinguir la realidad de la fantasía. El principal secreto, no cotizar a la baja en tu propia bolsa particular. Va una de quesos.


-Si lo que nos diferencia de los animales es que podemos razonar, ¿por qué nos las dan continuamente con queso?
-Buena pregunta. ¿Qué nos pasa?
-Sí, eso es lo que le pregunto…
-Ya lo decía mi abuela, el hombre es el único animal que tropieza tres, y varias veces en la misma piedra. ¿Tenemos la cabeza solo para llevar sombrero o la tenemos que usar para algo más? Quizás porque en parte no nos gusta la vida que llevamos, y como no nos gusta, tenemos dos grandes opciones, o analizar lo qué pasa, o no hacerlo. Lo normal sería la primera opción, modificar o añadir lo que hay que cambiar, pero es un proceso que implica un análisis interno y luego se tiene que plasmar en algo fuera. Como eso requiere de bastante esfuerzo y además no tenemos garantizado que el resultado nos vaya a satisfacer, optamos por una cosa que la humanidad lleva haciendo desde hace tiempo y que es contarse milongas a sí misma (Ríe). Se ha descubierto que contándonos milongas disfrazamos la realidad, y funciona. Si yo me autoengaño porque procedo así, cuando viene otro a contarme una milonga, pues me la voy a creer.


-¿La cultura del esfuerzo nos queda ya muy lejos?
-Claro, es que es algo que no viene de hoy, hemos ido progresivamente cambiando durante esto que llaman la sociedad del bienestar. Pero si esto es bienestar, que baje Dios y lo vea. Hemos pasado de largo una cultura donde se valoraba el esfuerzo, la profesionalidad, la constancia y la perseverancia. Ahora parece que nos hayamos convencido de que estos valores pertenecen a una época y a una generación que no hay que emular, porque es malo, y nos remite a épocas nefastas de la historia, no solo española, sino de la humanidad. Como nos queremos separar hacemos lo contrario, y poco a poco, y a través de varios canales, nos van introduciendo un modelo del no esfuerzo, del “porque yo lo valgo”. Lo más triste es que acaba siendo al revés, el que es profesional y se esfuerza, es el fracasado o el modelo a no seguir. Y ahí tienes a la Disney fabricando a cantantes que triunfan de la noche al día. Esto fomenta una autoestima muy endeble porque una persona que no sabe posponer el premio es una persona a la que fácilmente le puedes hacer morder los anzuelos y dársela con queso.


-¿Qué es para usted el triunfo?
-Estar bien, estar contenta, satisfecha. Pero siempre acorde con mis principios, que no sea a costa de mi dignidad. El triunfo es hacer lo que a uno le apetece hacer, teniendo en cuenta que también hay pros y contras. Si el triunfo es que los demás me aplaudan, voy lista.


-Para los orientales crisis es una palabra que significa oportunidad. ¿Cree que la crisis económica es una oportunidad para que nos la metan más con queso?
-No, pienso que no tenemos crisis económica, sino espiritual. Es el alma el que está en crisis, el ser humano que se ha desligado de si mismo. Le ha dado tanta importancia al plano material, que se ha olvidado de sus valores interiores, de su alma. Antes nos asustaban con el “que viene el lobo” y ahora es “estamos en crisis”. Y en nombre de la crisis tenemos que tragar de todo, aguantar que nos humillen, etc. Y no, hay que darle la vuelta y hacer de esto una oportunidad de volver a reconectarnos con el alma. Está bien tener dinero, porque no es nada agradable no tener para comer o para pagar una hipoteca, pero de ahí a que la gente hipoteque su vida malviviendo por adorar a no se sabe que Dios del club del redil, ya no. Nos la han dado con queso totalmente.


-¿Cuál recomienda que deber ser la actitud que hay que adoptar?
-La actitud es coger y decir, cuáles son mis principios, quién soy yo. Desde estos principios decir, ¿cómo quiero vivir mi vida aquí en la tierra? Esto no significa que no tenga que ir revisándolos cada poco, que yo no pueda cambiar de opinión. Pero no es el, si me dicen que tengo que tirarme por la ventana, hacerlo. Tengo que plantearme si puedo o si me da la gana hacerlo.


-Dice en su libro que el fracaso y el éxito no existen…
-Para mí no, porque es una percepción interior. ¿Qué es el éxito? ¿Que la gente te diga que eres buenísima en algo y que te den un trofeo? Y luego yo como me siento. Lo que nos llena de verdad es nuestro propio reconocimiento, el crear paz interior, el estar bien con nosotros mismos. A todo el mundo le gusta que le reconozcan sus cosas, a mi también. Pero lo que he procurado es lo mismo que con el dinero, no ser una esclava de eso. Tener autonomía y ser la primera en pensar que yo valgo. Que me lo reconocen, pues bien, que no, que le vamos a hacer. Procuro no supeditar mi bienestar a eso.


-Nos cuesta mucho estar agradecidos con nosotros mismos, quizás sea ese el problema…
-Claro, ¿pero qué es lo que nos inculcan? Siempre es hacia fuera, quiéreme, ámame, siempre es “me tienes que dar”. Porque sino en esta sociedad actual te dicen, qué egoísta eres al preocuparte de ti. Pero la pregunta debería ser, Si yo no me ocupo de mí, ¿quién lo va a hacer?


-¿Pensar así hoy en día puede conllevarte problemas?
-Sí, claro, pero entonces esas personas no son de tu manada, o no están en ese momento suficientemente evolucionadas como para comprender eso, están en su derecho. Pero uno tiene que decidir si queda bien con él, o con los demás. Veo muchísima insatisfacción. Estoy preguntando en mi pandilla de amigos si saben cómo quieren que les amen y a la gente se les ponen los ojos como platos, nadie se había planteado eso.


-Ahora que saca el tema del amor. Asegura también que hemos perdido el sentido del amor, ¿me lo explica?
-¿Si no nos amamos a nosotros mismos, cómo vamos a amar a los demás? No hay una tolerancia con uno. Volvemos de nuevo a la sociedad del redil que nos ha inculcado que tenemos que ser pluscuamperfectos. No existe la edad cronológica, ni las arrugas, ni la celulitis, ni la enfermedad, ni la muerte. Y es mentira, claro que existe. Pero el club nos dice, eso no. Es como si tuviéramos que ser siempre maniquíes a los que no se les altera nunca ni un pelo. En ese egoísmo de la gente que no se ama a si misma, es ven, satisfáceme, todo “eme”. Si no lo haces, fuera. Es hacer que las personas sean de usar y tirar, y a la que dan el más mínimo problema, te tiro. Eso no es amor, es manipular a la gente.


-Llevarse bien con uno mismo es mucho más complicado que manipular a los demás…
-Claro, es así. Hablamos de saber tolerar la frustración, de no conseguir las cosas cuando uno quiere, y convivir con otros. Es muy, muy difícil. Ahora lo que la gente quiere es el “no me des problemas”. Es como el móvil, quiero otro móvil porque este se me ha pasado de moda. Pero una persona no es ningún cacharro.


-Cuando te la han dado muchas veces con queso acabas perdiendo la confianza en los demás. ¿Cómo se puede recuperar?
-Es que no tienen que confiar en los demás lo que tienen que hacer es aprender a confiar en si mismos. Evidentemente que hay gente que engaña, y engaña muy bien. Pero si atendiéramos a nuestros instintos, y cuando hay un pequeño ruido, prestásemos atención, veríamos que hay algo que no cuadra. Pero en lugar de atender a esas señales micro, o muchas veces enormes, no queremos ver ni oír. Tendríamos que empezar a rascar, preguntarnos cosas y, sobre todo, no tener la ansiedad de querer quedar bien con la sociedad. Hay personas que cuando se están conociendo en una relación amorosa, notan que hay cosas que no funcionan pero no las atienden porque prima más el hecho de tener pareja. Si en el accidente de Barajas en el que murió tanta gente se hubiera atendido a ese ruido que digo, se habrían perdido unas horas, pero no tantas vidas. Ese ruido nos lleva a perder y a que nos engañen, y en vez de asumir la responsabilidad le damos la culpa a los demás. Los demás me engañan. ¿Por qué no haces una reflexión y averiguas cómo ha sido que te has dejado engañar?


-¿Cree que la mujer se amedrenta más que el hombre?
-No necesariamente. Veo que los seres humanos deciden su grado de autoconfianza, sean hombres o mujeres. Cuando me dicen que ellos son más valientes, pienso, no sé, yo conozco a muchas damiselas de diadema floja (Ríe).


-¿Cuál cree que es el queso más grande que nos han vendido últimamente?
-No lo sé, no los he medido (Ríe). Hay tantas bolas. Creo que hay la bola de que el alma no existe, que no existe vida después de la vida, que por llevar un cuerpo de mujer tenemos instinto maternal, que nos hayan vendido que si uno no tiene pareja no puede ser feliz, ni sentirte bien. Y si eres mujer ya no te cuento. Otra bola, el refrán este de más malo conocido que bueno por conocer. Por favor, experimentemos, a todos los niveles. La bola de que uno no cura las enfermedades. Esa bola de que si tienes un carácter ya no puedes cambiar. Puedo evolucionar, afortunadamente…


-¿Cuál es el queso de la falsa liberación sexual?
-(Ríe). En una conferencia decía, en los años 80 que yo me tenía por una mujer tan liberal, y tan progre, y luego resulta que en vez de que el mundo esté evolucionando en esa dirección de ser unas mujeres que llevan las riendas de su vida, y que se ocupan de su dignidad e inteligencia, se han igualado a los hombres en lo que peor han criticado de ellos, que piensan con el pito, que solo les interesa una cosa. ¿Y a vosotras? Además que pienso que les han vendido una moto, no están liberadas, porque si lo estuvieran, no estarían como están. No tenemos una sexualidad sana, tenemos un putiferio. Una sexualidad sana no es tengo que estar casada contigo. Sería deseable que esas dos personas no se usaran mutuamente para tapar sus agujeros emocionales. Se chupan energías unos a otros y se manipulan, por eso luego se quedan tan vacíos y tan mal. Que enfermos estamos como sociedad que hemos pasado de una represión a otra, que es la otra cara de la misma moneda.


-Dice que descubrió que su misión vital era la de Hada madrina. ¿No me la estará dando usted con queso?
-¿Con la varita? (saca una varita mágica del bolso y me da con ella).


-¿Lleva una varita mágica en su bolso?
-Sí, siempre.


-¿Si es una Hada madrina no piensa en usted misma?
-No, no tiene nada que ver, yo a Rosetta no la tengo abandonada. No trabajo ni las 24 horas del día, ni todos los días del año. Tengo mis prioridades, mis preferencias, y hay un tiempo para todo. Me ocupo de mí, claro que sí, ¿si no quién lo haría?


-¿Cuándo descubrió que era una Hada madrina?
-Lo descubrí viniendo al universo, a través del aeropuerto humano que es mi madre. A los seis años ya siento las bases de lo que he venido a hacer aquí. Me hicieron un test de inteligencia y me preguntaron qué quería ser de mayor. Y contesté, hada con varita para enseñar a la gente a ser feliz. Además, siempre me recuerdo mirando las puestas de sol y diciendo “yo vengo de un hogar más allá del sol, donde no existen ni la muerte, ni el rencor, ni el odio, ni las enfermedades”.


-Entonces tiene que estar jodida…
-¡No! ¿Por qué?


-Porque si viene de un sitio así, al entrar en contacto con el mundo humano se deprime…
-Sí, pero he venido a vivir una vida humana con todo lo que hay, y he acertado, porque he ayudado a muchísima gente. Y eso es algo que no puedo explicar con palabras. Que a veces me enfado y no me gustan cosas de la vida humana, claro que sí. Me permito enfadarme, es muy sano. Cuando alguien a quien quiero se va de este mundo me jode un pimiento, no te voy a mentir. Tampoco me gusta ver que la gente pudiendo tener una vida feliz, se la complica.


-¿Se frustra cuando alguien no se deja ayudar?
-He aprendido a que cada cual haga lo que le de la gana.


-¿Cuánto hace que no se la dan con queso?
-No sé, a lo mejor me la he dado con queso recientemente (Ríe). Si me subconsciente no me traiciona, creo que hace bastante. También es cierto que a veces nos creemos demasiado listos, y tenemos tanta prisa que las cosas nos dan igual. Si nos preocupáramos por quedar bien con nosotros mismos, y no con el club del redil, las cosas mejorarían sustancialmente y no nos la darían tanto con queso. Y eso que hay gente que lo sabe hacer muy bien.

miércoles, 25 de mayo de 2011

"La cebra es el modelo de la eficacia energética"

GUNTER PAULI

Foto: Maite Cruz
Hay futuro
Viene de Alemania, va para Japón (los gobiernos de ambos países están estudiando con Pauli alternativas a la energía nuclear). Hace un alto en Barcelona para charlas con los estudiantes del Instituto de Arquitectura Avanzada de Catalunya. Y es un gusto escucharle en estos tiempos de crisis. Pauli ha dejado atrás la economía verde, inviable por costosa, y propone copiar a la naturaleza para alcanzar la eficacia. Los cien proyectos empresariales que ya están funcionando (recogidos en La economía azul, Tusquets) y que abarcan variados sectores de la economía demuestran que es posible un modelo empresarial sostenible y competitivo, con beneficios ambientales, financieros y sociales.
Monté mi primera empresa en Tokio en 1981 y le siguieron doce más, pero a los 37 años lo vendí todo para dedicarme al diseño de un nuevo modelo económico.


La economía azul.
Sí. La economía verde requiere que las empresas inviertan más y los consumidores paguen más para conseguir lo mismo a cambio de preservar el medio ambiente. La economía azul consiste en entender los desechos como recursos y busca soluciones inspiradas en el diseño de la naturaleza.


¿Cómo se gestó?
En 1994 fui invitado a Japón para diseñar un nuevo modelo económico sin emisiones ni basura tres años antes del protocolo de Kioto, porque yo acababa de realizar la primera fábrica ecológica del mundo en Bélgica, una fábrica de detergentes sin desechos.


¿Por qué lo vendió todo?
Visitando al proveedor en Indonesia de mi materia prima, ácidos grasos de la palma africana, vi que los agricultores estaba destruyendo la selva para plantar grandes extensiones de palma.


Destruían el hábitat del orangután para mantener limpios los ríos de Europa.
  Exacto, por eso he querido demostrar con éxito que hay maneras de aplicar la física, la química y la biología con materiales renovables y mediante prácticas sostenibles, tal como hacen los ecosistemas. La economía azul se basa en la regeneración.


¿Por ejemplo?
Soy responsable del primer hospital autosuficiente, en agua, alimentos y energía, en Colombia. Ideé la primera y mas grande fábrica ecológica del mundo con el techo de pasto para controlar la temperatura.


En la Exposición mundial de Hannover (2000) construyó un pabellón de bambú.
4.500 palos de bambú de nueve metros para tener una muestra de esa maravilla arquitectónica: el acero vegetal. Hay mil millones de personas que viven en casas de bambú, pero piensan que es símbolo de su pobreza. En realidad, es un material de excelente calidad, plenamente sostenible y resistente a los seísmos. Lo que quiero es provocar un cambio en la sociedad, y para eso se necesitan modelos.


Bien, pues déme modelos.
En lugar de construir tu casa puedes cultivarla. Con 100m2 puedes sembrar bambú y en tres años tendrás 65 varas para hacer una casa de dos pisos con balcón por 1.500 euros. En el sur, donde se necesita el mayor volumen de construcción, hay bambú en más de 100 países.


Mucho mejor que ladrillo y uralita.
En el 2005 creé las primeras oficinas inspiradas en la cebra: el juego del negro y blanco mejora la temperatura de los edificios, refresca en verano (baja la temperatura cinco grados) y conserva el calor en invierno. Es el símbolo de la eficiencia energética.


Increíble.
Como está hay cien ideas más aplicadas a muy distintos campos y puestas en práctica.


¿Y de dónde las ha sacado?
Pase tres años con 82 científicos. Así obtuve los diseños de sistemas integrados que me permitían no tener ni basura ni emisiones. A partir de ahí fundé en 1994 la Zero Emissions Research & Initiatives, red global de mentes creativas con más de 3.000 científicos. Yo me encargo del modelo de negocio.


¿Competitivo y ecológico?
A base de innovación hemos demostrado que lo mejor es a menudo lo más barato. No aguanto la lógica de que la comida basura sea la más económica y la que es saludable la más costosa. Todos mis proyectos son económicos, sostenibles y sociales.


Déme más ejemplos.
De las cápsulas de café ingerimos el 2%, el resto es desecho, toneladas, y el café es el segundo producto intercambiado en el mundo tras el petróleo. Hace 15 años iniciamos un programa de cultivo de hongos tropicales (que son muy saludables) de gran calidad en desechos de café a un precio supercompetitivo. Hoy tenemos a 15.000 personas cultivándolos. Además…


¿Hay más?
... El desecho de café es muy rico en aminoácidos esenciales, excelente para las gallinas y para piensos de gatos y perros. Mi filosofía es trabajar con lo que tenemos: ya tenemos el desecho de café (me pagan para que me lo quede) y cultivamos un hongo que en teoría es muy costoso mucho más barato y también más rápido gracias a la cafeína.


Más.
En las ciudades tenemos dos problemas: la necesidad de depurar las aguas, lo que cuesta dinero, y los vertederos de basura, que también cuestan dinero. Con la basura orgánica tratamos el agua y producimos biogás convirtiendo dos costos en un ingreso. Aprovechando una estructura que ya existe generamos agua potable, biogás y compost. En Seúl vamos a obtener 400 millones de metros cúbicos al año de biogás y también lo estamos poniendo en marcha en Suecia.


¿Podremos librarnos de las nucleares?
Eso pretendemos hacer en Alemania y Japón gracias a innovaciones que hacen mucho más efectiva la energía solar, los aerogeneradores y la depuración de agua, y que producen electricidad a menos de un céntimo de euro, mientras que las nucleares están vendiendo a 5,6 el kilovatio. Así obtendremos más energía de la que se está produciendo hoy en Alemania.

martes, 24 de mayo de 2011

HOY QUISIERA SER DIOS...



Hace un momento estaba escribiendo cuando el correo me ha avisado de una entrada: Era un curriculum solicitando trabajo, acababa diciendo "Para mí sería una gran oportunidad personal y profesional..."
Las lágrimas me han asaltado, ¿cuántas esperanzas e ilusiones hay detrás de esa joven que lanza mensajes en una botella desde su isla misteriosa?
Hay momentos que quisiera ser millonario, ¿qué mayor satisfacción te puede dar el dinero que compartirlo con los que los necesitan?  Poder decirle a esta chica que acepto su oferta y que mañana mismo puede empezar a trabajar, poder atender a esa madre que está recogiendo comida en el contenedor de un supermercado y llenarle el carro hasta los topes.
Hay momentos que quisiera ser Dios, y borrar el dolor de los ojos de tanta gente que viajan conmigo en el metro, soplar sobre sus rostros y hacer que renaciera la sonrisa, pero solo soy un pobre hombre que va por la vida con el corazón en la mano y que sufre con lo que ve y con lo que no ve, que se siente impotente e insolidario por no ser capaz de compartir lo poco que tiene con los que tienen todavía menos.
Cuando veo los sueldos multimillonarios, los patrimonios disparatados, la corrupción y la codicia de tanta gente, pienso que en el fondo son unos desgraciados, porque si fueran sensibles, si fueran capaces de sentir amor, compasión  y ternura, no hubieran atesorado semejantes fortunas. Puede que sus cajas fuertes revienten de dinero, pero sus corazones están en la más absoluta de las miserias.

JUANMAROMO