martes, 25 de septiembre de 2018

EL ARTE COMO FIN Y COMO MEDIO


El arte, cualquier tipo de arte, debería ser un revulsivo social, un despertador de conciencias, una ventolera para desempolvar las alfombras del alma. El artista debería ser el arquero que hace blanco en el pecho para despertar los corazones abotargados por el consumismo auto destructivo que nos corroe. No hace falta ser redundante, elitista o apocalíptico, con el ariete del humor, se pueden derribar fortalezas y descorrer cortinas para que nos ilumine la luz de la verdad. En un mundo invadido por la mezquindad, la mediocridad y la miseria intelectual, solo el arte en cualquiera de sus formas podrá sacarnos de este laberinto mediático en que nos tienen encerrados. El libro será el hilo de Ariadna que nos guiará hacia la luz y nos rescatará del minotauro audiovisual que nos tiene atenazados a una pantalla, tengamos siempre uno a nuestro alcance y dejemos que nos acoja entre sus hojas.

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