jueves, 12 de mayo de 2011

EL NIÑO Y EL MONSTRUO

 
Emma Riverola Escritora 

Hubo un día en que le conoció. Quizá en un bar, en un aula, en una fiesta… Ese día podía no haber tropezado con él, pero se coló en su vida y, otro día, decidió que sería el padre de sus hijos. A partir de entonces se sucedieron más días. Unos, aparentemente felices. Otros, tal vez no tanto. Hasta que un día -de nuevo un día- unos policías le mostraron las fotografías del horror. El hombre que la enamoró abusaba de sus pequeños.

Junto a cada hombre que abusa de sus hijos hay una mujer: la madre de esos niños. ¿Qué papel juega ella en ese espanto? Quizá es la inocente que nada ve ni nada siente. Quizá es la cobarde que se tapa los ojos. Quizá es la esposa sumisa que renuncia a su deber e instinto de madre. O, tal vez, la cómplice de la peor perversión.
Algunas estadísticas señalan que aproximadamente el 19% de la población ha sido víctima de abusos antes de cumplir los 17 años. La mayoría de los casos se producen en el seno de la familia. Detrás de esa cifra hay miles de niños obligados a vivir con un secreto que les atemoriza y que ni siquiera son capaces de interpretar correctamente. El abuso es un filtro de vergüenza y silencio que lo mancha todo. El presente y el futuro. La vida se torna un cuarto oscuro lleno de monstruos cuando el hombre que debe protegerte y amarte envenena tu alma y la mujer -la madre- no sabe, no puede o no quiere ayudarte… Queda la soledad.

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