viernes, 11 de marzo de 2011

REGALO KILÓMETROS

 
Emma Riverola Escritora
  Me parece bien reducir la velocidad un kilómetro por hora si eso beneficia el ahorro de todos y evita que sigamos hundiéndonos en la crisis. No me importa renunciar a otro kilómetro para frenar el derroche de un recurso energético que se agota. Apruebo desacelerar un kilómetro más si eso disminuye la contaminación de la zona por donde paso. También cedo otro kilómetro para frenar las emisiones de gases que contribuyen a cambiar el clima del planeta. Es más, aumento la ofrenda: otro kilómetro para evitar que el cambio climático siga ahondando en la brecha de la desigualdad entre el norte y el sur. Ya puestos, renuncio a uno, no, mejor, a dos kilómetros más si conseguimos romper con este sistema energético injusto que condena a la miseria a muchos países productores. Pongo otro para evitar que el petróleo que malgastamos devore los derechos humanos de tantos pueblos. Y otro contra la deforestación. Y uno más para invertir en energías limpias… ¡Diez!

Regalo, cedo, desacelero 10 kilómetros por hora si este es el primer paso -tímido y minúsculo- para hacer con la energía lo que no hemos hecho con la crisis económica: romper las reglas del juego a favor de un sistema más justo. Frenar para dejar de correr hacia el abismo. Desacelerar para ayudar a otros a adelantar. Diez razones. Diez pasos hacia la sostenibilidad... O 10 ingenuos anhelos víctimas de la arbitrariedad.

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