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jueves, 1 de enero de 2009

ORDENAR O NO ORDENAR


JOAN BARRIL

Han bombardeado Gaza. Y hay tres centenares de muertos más. Si habláramos con algún ciudadano israelí, podríamos encontrarnos con gente que se avergüenza del bombardeo sobre el gran gueto de Gaza. Otros, en cambio, dirían que todavía recuerdan los muertos de los palestinos suicidas en un mercado de Jerusalén y que están en guerra.

Es curiosa esa tendencia a creer que la guerra es la imposibilidad de hablar y de ceder un poco. Porque es evidente que el bombardeo de Gaza no es la solución de absolutamente nada. Dentro de poco, el eficaz cuerpo diplomático israelí afilará sus herramientas para recordar que su pequeño país está sometido al terror de los temibles misiles de Hamás y del fanatismo de sus militantes suicidas. Pero en todo conflicto hay un equilibrio de fuerzas y una proporción de medios que en Oriente Próximo no se da. Los cohetes caseros y la desesperación suicida no tiene nada que ver con la orden dada a un F-18 para que descargue sus bombas sobre la prisión de Gaza.

En otras palabras. En la guerra, en el amor, en los negocios, en una partida de ajedrez, en todo aquello que exige al ser humano un mínimo cálculo, hay dos posibilidades: hacer o no hacer, ordenar o no ordenar. Probablemente, si tuviera la oportunidad de elegir entre ser palestino o ser israelí, sin duda sería israelí. Porque me harían la vida material muy cómoda y porque con mis impuestos pagaría unas fuerzas armadas realmente contundentes. Pero, mi supuesta condición de israelí, ¿me permitiría dormir con tranquilidad? ¿Mi conciencia estaría tranquila sabiendo que el pueblo elegido se dedica a hacer con los palestinos lo mismo que los nazis hicieron en Varsovia?
El dilema no tiene interlocutores. Porque el Ministerio de Defensa israelí ya hace tiempo que ha dejado de ejercer la defensa de su territorio para hacer la vida imposible, en el sentido más literal de la expresión vida imposible, a sus vecinos indeseables. ¿Y cómo se reciben esos muertos en Europa? ¿La lucha antiterrorista obliga a cargarse al niño yuntero de Rafah, a destrozar a la niña que jugaba en la playa, a volar al peligroso guardia de tráfico? En la franja de Gaza no todo son ángeles. La razón no siempre es fácil incluso para los que la tienen. Hamás se dedica con una insistencia suicida a lanzar sus misiles al territorio israelí. Pero ¿cómo es posible que uno de los servicios secretos mejores del mundo no pueda hacer nada contra unos dinamiteros y se haya de ir a la exaltación del bombardeo sobre civiles? También la guerra tiene su sintaxis. Y esta manera de entender la guerra ni perjudica a Hamás ni tampoco beneficia a Israel.

viernes, 26 de diciembre de 2008

ADOLESCENTES PERPETUOS



"Sienten pavor por tres cosas: la soledad, el aburrimiento y el silencio", expllica Javier Elzo, catedrático de sociología de la Universidad de Deusto



Hasta hace poco la juventud era para los jóvenes. Hoy ya no les pertenece en exclusiva. Les han salido nuevos competidores y están en casa: sus propios padres y los amigos de sus padres. "Adultos que les han robado su lugar queriendo parecer más jóvenes cuando les doblan la edad", explica la psicóloga Nora Rodríguez. Ha volcado sus últimos estudios al respecto en Hay un adolescente suelto en casa (Ed. CEAC) donde presenta testimonios que ayudan a entender ciertos comportamientos que a los padres les desconciertan.


Propone instrumentos para educar en el siglo XXI y descubre el desasosiego que produce en esos adolescentes tener que pronunciar frases como éstas: "no vuelvas tarde esta noche, mamá", "vigila, no bebas demasiado en la fiesta, papá", "no me expliques tus ligues, por favor" o "¿quieres que te pase a recoger con el coche cuando acabéis?". Los papeles se han invertido.
Ahora es el padre (o la madre) quien sale de fiesta hasta la madrugada, quien no llama para decir que vendrá tarde. El - o la-que se apropia de la ropa de su hijo, usa su maquillaje, su perfume y escucha su música. El que le chantajea. El que pide consejo al joven adolescente para frecuentar un local nocturno, escoger un restaurante o viajar a una ciudad de moda. Copia su jerga, usa el chat o roba los libros de su estantería. Hasta ahora quería imitarlo, ahora quiere competir.

El catedrático de sociología de la Universidad de Deusto, Javier Elzo, ha dado a conocer una reciente e interesante radiografía de la juventud española actual. Basado en un estudio realizado a 272 escolares entre 16 y 18 años, La voz de los adolescentes (Ed. PPC), nos dibuja un perfil de joven que invierte en valores como el pacifismo, la tolerancia o la ecología pero se despreocupa por la responsabilidad y el compromiso. La excusa más utilizada por esta franja de adolescentes es, según los expertos, que consideran "algunos temas" propios de otra generación. La religión, por ejemplo. Viven centrados en lo próximo y cercano. Temen retroceder y proyectar demasiado lejos en el tiempo.
Por eso la historia no les interesa más que anecdóticamente y el futuro les produce más temor en lo personal que en lo profesional. Sienten pavor por tres cosas: la soledad, el aburrimiento y el silencio. Consideran sus iconos, desde el móvil a las prendas de ropa, como elementos de identificación. Pero lamentan "que los mayores se hayan copiado esos símbolos que son nuestros".
Los adolescentes del siglo XXI están buscando un lugar que les ha sido arrebatado por adultos que quieren ser más jóvenes que ellos. Huérfanos de adultos y de referencias, no encuentran su propio lugar, cada vez más invadido por gentes que viven casi como ellos pero les doblan la edad. "Los jóvenes españoles han contextualizado el consumo del alcohol como un hábito adulto", explica Elzo. Algo que, como el fumar, se inicia por imitación al mayor. Por eso le desconcierta que sean ahora sus - hasta ahora-mayores,quienes se interesen por los valores juveniles, les invadan.Cuatro de las frases de jóvenes recogidas por Elzo en sus estudios cuestionan el papel de los padres en cuanto a educación: "Me agobian con tanta protección", "De sexo no hablamos", "Quisiera que escucharan más mis cosas" y "No quiero preocuparles ni defraudarlos".

Existe una tipología de padres en los que esas reflexiones funcionan en dirección contraria. A menudo se trata de adultos que se han separado y buscan su segunda, o tercera oportunidad. Reinician una vida nocturna que hacía años que habían abandonado. "Mi hija de diecisiete años, cuando vuelvo de fiesta, me pregunta demasiado. Se preocupa si no llamo antes, si no llevo preservativos en el bolso, si me pongo demasiado escotada", explica Andrea Vilà, 48 años, administrativa. "Yo sólo quiero una segunda oportunidad, encontrar alguien en mi vida, no creo que eso sea tan grave. He estado siempre pendiente de su educación. Ahora me toca a mí y creo que estoy en mi derecho". Andrea se siente fiscalizada por su propia hija. Y su hija siente desconcierto. "La chica se siente primero confundida, después no sabe cuál es su lugar y, finalmente, hace cosas para llamar la atención - explica Rodríguez-lo cual, tarde o temprano, afecta a la construcción de su identidad". La adolescente pierde el concepto de "yo soy esto" y se define por lo que no es: "yo no soy como ella"."Esta oposición y rivalidad no está carente de rabia. A menudo puede aparecer disfrazada de sumisión.
Como nadie quiere sacar la rabia contra una madre, la disfraza de yo soy buena, los demás son malos". Un mecanismo complejo que está creciendo en muchas sociedades del llamado primer mundo. "Incluso se está trabajando con la hipótesis de que la rivalidad sea causa de adicciones", advierte Rodríguez. En una reciente entrevista, el psicólogo clínico Jordi Royo, especialista en el fenómeno adolescente, aquel grupo al que hemos denominado rebeldes del bienestar (gracias a la publicación de la editorial Alba) explicaba que la adolescencia terminaba oficialmente a los treinta años. Se trata del adojoven,añadía, joven que sigue siendo adolescente yno se ha esforzado en dejar de serlo.

Pero al mismo tiempo advertía: "A veces ¡sus propios padres son todavía adolescentes!". Y ante la competencia, aparece la huida. "Se van muy pronto y se van primero las mujeres", explica el sociólogo Andreu López. Una de ellas ironiza sobre la posibilidad de que acaben dejando la casa "para que se independicen nuestros padres".


viernes, 19 de diciembre de 2008

EL OLOR DE LA CARCEL

Para saber cuál es el olor del miedo, unos científicos de la Universidad de Stony Brook en Nueva York pusieron unos trapos absorbentes bajo las axilas de un grupo de paracaidistas novatos. La mezcla de excitación, nervios y pánico les provocó una intensa sudoración cargada de información interesante. Una vez destilada la esencia extraída de los trapos del grupo en cuestión, los científicos comprobaron que el cerebro humano es capaz de detectarla, y descubrieron, ade- más, que tiene un efecto contagioso. A lo mejor es que las emociones no solo se sienten, sino que también se huelen y por ello se contagian.


Estaba pensando en esta historia e iba aguzando la nariz cuando, hace unos días, tuve la oportunidad de visitar algunas cárceles catalanas. Es muy curioso, pero el olfato es el primer sentido que detecta que te encuentras dentro de una institución penitenciaria. Es una sensación peculiar. La poca ventilación aumenta la acumulación de olores corporales con los olores de comida y de los productos de limpieza... y no sé si el fracaso tendrá algún olor, pero, si lo tuviera también se encontraría mezclado con los demás. El fracaso se respira porque es lo que tienen en común la mayoría de las personas recluidas. Escuchando sus historias descubres que son vidas destrozadas por la droga, marcadas por la pobreza, frustradas por una mala idea, un mal pensamiento, un mal día o una mala hora. El destino las ha maldecido, y ahora solo les queda esperar el tiempo que les queda.

En el terreno colectivo, la libertad y la justicia son los valores fundamentales que han orientado nuestra vida desde el tiempo de los clásicos. En nombre de la libertad y la justicia se han hecho las guerras, las revoluciones y los movimientos que han configurado las sociedades modernas. En el plano individual, quien tiene una deuda con la justicia debe pagarlo con su libertad. En Catalunya, más de 10.000 personas viven en prisión. Las nuevas leyes, la mayor eficacia policial y el aumento demográfico han supuesto que la población penitenciaria se haya incrementado en los últimos años, y todo lleva a pensar que la crisis económica no ayudará precisamente a disminuir esta cifra. Es un panorama de futuro complicado para los responsables de las instituciones penitenciarias catalanas. Deberán buscar espacio en edificios antiguos donde, en algunos casos, se amontonan más de cuatro internos por celda, y tendrán que encontrar dinero para construir nuevos centros que les permitan clausurar algunas reliquias del pasado que todavía son útiles.

POR LO PRONTO,el president, José Montilla, anunció hace poco que las restricciones presupuestarias que se atisban para los próximos tiempos no afectarán a los planes que prevén la construcción de nuevos centros penitenciarios. Supongo que esta decisión política no despertará ninguna reacción eufórica en la opinión pública. La situación de las cárceles no suele ser un tema prioritario de preocupación para la ciudadanía. De las cárceles solo se suele hablar cuando hay conflictos. Eso sí, cuando son noticia es porque los problemas que generan son considerables, y entonces inundan las primeras páginas de los periódicos. En Francia, la catastrófica situación y la superpoblación de las cárceles ha puesto a la ministra Rachida Dati contra las cuerdas después de que en los últimos seis meses se hayan suicidado 92 internos. En Catalunya, con motivo del juicio contra los amotinados de la cárcel de Quatre Camins, todos hemos podido ver hace poco las impactantes imágenes del estallido de violencia y la escalofriante agresión al subdirector del centro.
Vivir en la cárcel no es agradable, ni tampoco lo es acercarse a su realidad cotidiana. Las mujeres y los hombres que allí se encuentran arrastran vidas truncadas por un delito. Pero ellos no son las víctimas, aunque puedan parecerlo, y, por tanto, no es fácil ponerse en su lugar, ni vivir sus problemas como si fuesen nuestros. Al contrario: si están encerrados es porque tenemos asumido que es la mejor forma de proteger a los ciudadanos de la amenaza que representan. Esta es la primera función social que debe cumplir la institución.

PERO SI LAScárceles solo estuviesen para eso, servirían de poco. Si hay que invertir esfuerzos y dinero es para lograr que la experiencia de reclusión sirva para la posterior reinserción de esas personas. La reinserción es posible y siempre será la mejor protección ciudadana. Para lograrla, hay que romper muchos tabús y muchos tópicos. Empezando por valorar de modo diferente a los profesionales que trabajan en las prisiones. Al visitar las cárceles catalanas me ha sorprendido ver cómo los funcionarios conviven con los internos, cómo se mezclan con ellos y cómo, sin llevar armas de ningún tipo, son capaces de mantener un orden y un equilibrio extremadamente frágiles. Como en todos los colectivos, hay gente de todo tipo, pero es injusto mantener los clichés de la época franquista, cuando los funcionarios eran uno de los máximos cuerpos represivos. Hacen un trabajo poco lucido. Esto explica la dificultad que tienen aún muchos educadores y funcionarios de cárceles para identificarse como tales cuando conocen a alguien. Habría que acabar con estos tabús y estigmas, porque si queremos mejorar la sociedad, no podemos olvidar las cárceles. Aunque pueda parecer utópico y ningún científico se haya entretenido en buscarla, estoy seguro de que la esperanza también tiene olor, y este es el mejor antídoto contra el miedo y el fracaso.

FRANCESC ESCRIBANO

"LA LEYENDA DEL INDOMABLE" Paul Newman




miércoles, 17 de diciembre de 2008

UN LOBO A MANO ALMADA





La SGAE cobrará por los derechos de autor de la música que se interpretó en 'La Marató' de TV3

La asociación se embolsará 45.000 euros por las actuaciones de los artistas que colaboraron de forma altruísta

Las personas afectadas de enfermedades mentales graves no serán las únicas que se beneficiarán del dinero recaudado durante La Marató de TV3. La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) se embolsará alrededor de 45.000 euros en concepto de derechos de autor a través de los discos editados por la cadena autonómica para recaudar fondos. Los artistas que han participado en el disco lo han hecho de forma altruista y han cedido sus derechos, pero la SGAE no piensa renunciar a esta "comisión" a costa de la solidaridad. Aparte del dinero de los discos - de los que se han editado 150.000 copias y que se venden a nueve euros-,la SGAE y otras entidades de gestión de derechos de autor también cobrarán por las actuaciones en directo de la gala del domingo. TV3 paga anualmente una cantidad a distintas entidades y ninguna descontará la parte correspondiente a la gala del día 14. "Esta cifra podría estar entre los 15.000 y los 20.000 euros", explica el abogado especializado en canon digital Josep Jover. Desde TV3 confirman el pago de la suma a la SGAE. "No tienen en cuenta que se trata de un acto benéfico y no ha habido trato de favor", dice un portavoz de la cadena. Tampoco piensan mover ficha por ello pese a que los artistas invitados hayan cedido sus derechos a la cadena - entre los participantes en el disco están Arianna Puello, La Carrau, Estopa, Manu Guix, Pastora o Tomeu Penya-.

En la SGAE justifican este cobro diciendo: "Lo hemos hecho con todos los discos que ha sacado La Marató".La sociedad argumenta que ellos no son dueños de los derechos de autor de sus afiliados, sino que su función es meramente recaudatoria y que más tarde reparten este dinero entre todos los socios. Pero si los artistas han cedido sus derechos o no son socios de la SGAE, ¿a quién va a parar el dinero recaudado? "No podemos decidir de forma unilateral cobrar o no en función de si el concierto es benéfico o deja de serlo", explica un portavoz de la SGAE, que recomienda a los artistas que quieran solicitar que la parte que les corresponde de la recaudación por la gala se destine a la acción benéfica.

EL PERIÓDICO DE CATALUNYA

DIEZ RAZONES PARA NO TENER UN BLOG


Roberto de la Cámara García estuvo pensando en cuáles podrían ser los motivos para no escribir en un blog y publicó sus abstarcciones en la siguiente nota en Bottup:

Como ya sabéis, todo blog que se precie debe tener al menos una “lista de diez". Si es posible varias. Yo, como buen aprendiz de blogger, he estado pensando en ello esta tarde mientras hacia la compra en el super, y he llegado a la reveladora conclusión de que lo único que se me ocurre son diez buenos motivos para no escribir un blog, lo cual supongo quiere decir algo sobre lo cual tendré que reflexionar muy seriamente.

Primero: lleva mucho tiempo. Tiempo que podrías estar empleando en cosas como tener una vida.

Segundo: No es fácil. Todas las plataformas, incluyendo Wordpress son un petardo. Hay que hacer un master para instalarlas y otro master para configurarlas a tu gusto, buscar plugins, plantillas, leer foros, leer blogs... ¡joder!, me costó menos entender la Teoría de Campos.

Tercero: No vas a ganar dinero. Desengáñate, no va a suceder. Juega a la primitiva.

Cuarto: Tus amistades creen que te has vuelto un friki y que tu vida sexual deja mucho que desear, y seguramente tengan razón. Tu madre empieza a preocuparse seriamente por ti, tu chica te mira raro, cree que le eres infiel.

Quinto: Ni es periodismo ni se le parece. No te des aires de grandeza.

Sexto: La red está llena de hooligans. Tipos amargados amparados en el anonimato y con mucho tiempo libre se dedican a atacarte personalmente, no a tus opiniones, sino a ti.

Séptimo: Hay demasiadas reglas. Hay más protocolo que en una recepción en la Zarzuela. Reglas para ser un buen blogger, cómo no cabrear a otros bloggers, cómo conseguir que te lean, cómo conseguir tráfico, “cómo escribir listas de 10″. En fin, un sin vivir…

Octavo: La comunidad blogger es muy cerrada, autocontenida, incluso onanista diría yo.

Noveno: Los bloggers escriben para otros bloggers, sobre cosas que interesan a otros bloggers. Mi padre jamás leerán este blog, y el tuyo menos aún. Mi padre lee el Marca. Además tenemos los blogs de blogs, catálogos de blogs, catálogos de catálogos de blogs y sitios de refritos de contenidos, que no aportan nada y que curiosamente son los únicos que ganan dinero. Pareciera como si todo el paradigma del Web2.0 está basado en recalentar sobras y ponértelas en el plato como si fuera el menú degustación de El Bulli.

Décimo: Ya hay muchos blogs. Todo lo que se te ocurra a tí, ya se le habrá ocurrido a otro antes, y posiblemente lo haya explicado mejor que tu. Y si tienes algo original que decir, lo más probable es que no le interese a nadie.

lunes, 15 de diciembre de 2008

¿LLUEVE?..¡LA CULPA LA TIENE EL GOBIERNO!

En los años 50 y 60, cuando era pequeña, por razones familiares viajaba muy a menudo a Francia. Al cruzar la frontera, tenía la impresión de llegar no a otro país, sino a otra galaxia, tan enorme que era la diferencia. El nivel de vida de nuestros vecinos estaba a años luz del nuestro: su forma de vivir; los productos de sus tiendas; las ventajas que tenían como ciudadanos; su mentalidad más adelantada, fruto, claro, de un régimen democrático...
A finales de los años 90, las peripecias vitales me llevaron a vivir en Francia durante cinco años. Cuando me instalé, me di cuenta de que aquella tierra mítica había perdido esplendor, no tanto porque hubiera ido para atrás como porque mi país había logrado salvar décadas de retraso en solo 20 años. Lo justificaba ante los franceses por el esfuerzo brutal de algunas generaciones, que nos habíamos dejado la piel en ello.

Ahora que estamos en plena crisis, tengo que reconocer que mi análisis de los años 90 era excesivamente optimista: nuestro país había mejorado, sí, pero solo de manera bastante superficial. Como los nuevos ricos, habíamos puesto todo el énfasis en aquellas cuestiones más vistosas que nos permitían ir del brazo con los vecinos. Habíamos mejorado mucho lo que era aparente y poco lo que lo era menos, como las infraestructuras, y despreciado la cultura del esfuerzo porque todo parecía ya logrado. Nos habíamos apuntado a jugar al Monopoly y habíamos basado el crecimiento económico en la construcción. Incluso, en un momento de educación generalizada, dábamos contramodelos a los jóvenes, como si la instrucción fuera prescindible para alcanzar la meta. Y ahora que la crisis nos golpea, tengo la impresión de que volvemos a alejarnos de nuestros vecinos a pasos agigantados. Que parte de lo construido en 25 años se va a hacer gárgaras. Eso sí, la gran mayoría de gente cree que los ciudadanos no tienen ninguna responsabilidad, que la culpa es solo del Gobierno. Como los italianos, culpamos a los políticos de todos nuestros males. "Piove?", dicen ellos, "Porco Governo!" Y, sin embargo, quizá es nuestra gran oportunidad de reconstruir bien el país y de implicarnos en ello todos: políticos y sociedad civil.

Gemma Lienas

miércoles, 3 de diciembre de 2008

CAMINO DE LA ESTANDEFLACION

Hay que remontarse a 1930 para tener la referencia más reciente de deflación mundial, por eso muchos no la consideran una amenaza seria

1. • La combinación de estancamiento y deflación conduce a una crisis de la que es muy difícil salir

MARTA Condominas*

Es muy posible que un nuevo término entre a formar parte en poco tiempo del vocabulario de economistas, políticos, periodistas, enciclopedias y diccionarios: estandeflación, es decir, estancamiento de la economía junto con deflación, o sea, reducción de la producción y caída de los precios. Porque el problema que se avecina puede dejar de ser pronto el de la inflación para pasar a ser el de la deflación, una situación mucho más temida y peligrosa que la primera, aunque la mayoría de nosotros no tengamos más que referencias históricas de lo que esto significa a nivel mundial.

EL PASADO 30 de octubre, el vicepresidente de economía Pedro Solbes calificó de "excelente dato" el retroceso de un punto de la inflación en octubre en España, su mayor caída en siete años. ¿Es realmente un dato excelente? Lo sería si esta caída de precios se registrase únicamente en España, pues ello nos permitiría recortar nuestro diferencial de inflación respecto a otros países y, por tanto, ser más competitivos. Pero la noticia publicada el 20 de noviembre de que la inflación en Estados Unidos también ha caído un punto en octubre (la mayor caída en 61 años) y el dato adelantado de inflación en España para noviembre, que refleja otra caída de 1,2 puntos, nos hace pensar que el fenómeno deflacionario puede ser un hecho generalizado. El proceso estandeflacionario ya fue pronosticado, a principios del presente año, por Nouriel Roubini (profesor de la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York).
Muchos se preguntarán: pero ¿el problema no era que los bancos centrales, especialmente el Banco Central Europeo, habían dedicado sus esfuerzos durante los últimos meses al control de la inflación? La respuesta es, efectivamente, sí, pero ahora el escenario ha cambiado radicalmente.
La falta de demanda provocada por la crisis económica y financiera está en el origen del problema. A partir de ahí, se inicia un proceso de retroalimentación, es decir, un círculo vicioso: en aquellos sectores en los que la oferta supera a la demanda (especialmente, el sector de la vivienda y el sector del automóvil), la tendencia tiene que ser forzosamente la de reducir los precios, aun cuando estos no alcancen más que a cubrir los costes fijos. Cuando esto ocurre de forma cada vez más generalizada --es decir, cuando la oferta agregada supera la demanda agregada--, la demanda tiende a disminuir todavía más, porque los consumidores piensan: ¿por qué comprar hoy, si mañana será más barato? La gente, entonces, retiene, si puede, el dinero a la espera de gastarlo más adelante. Naturalmente, caen el consumo privado y la inversión, y, con ello, la demanda todavía disminuye más. Con la disminución de los precios de sus productos, las empresas no tienen más remedio que reducir sus costes. El efecto siguiente es el aumento de las tasas de desempleo, y suma y sigue...
Si a todo este proceso le añadimos el importantísimo descenso que está experimentando el precio del petróleo, de ciertas materias primas y de los activos inmobiliarios y los financieros por falta de demanda, y el cierre del grifo crediticio, lo que nos espera es para echarse a llorar: la economía puede iniciar una senda de contracción de la actividad (estancamiento) de magnitud y duración impredecibles, que, junto al fantasma de la deflación, podrían situarnos en el peor de los escenarios posibles.

LOS ECONOMISTAS de todas las épocas han estudiando los ciclos económicos intentando encontrar sus causas, su dinámica y la forma de evitarlos o, cuando menos, suavizarlos. La actual situación de la economía mundial es altamente preocupante, porque la experiencia nos demuestra que las recesiones con deflación no son simplemente lo que denominamos "una recesión cíclica". Son crisis de una dureza y profundidad tal, sobre todo en términos de pérdidas de empleo y de contracción económica, que salir de ellas es sumamente difícil.
Sin embargo, no estamos acostumbrados a que los discursos políticos muestren preocupación por la deflación, sino todo lo contrario. Se nos repiten hasta la saciedad los efectos negativos que conlleva una inflación: dificultad de asignación eficiente de los recursos, dado que el sistema de precios no permite a los agentes económicos discernir con claridad sus decisiones de consumo e inversión y, en definitiva, genera incertidumbre. Tan solo Japón, en la década de los noventa, ha experimentado deflación, y sus efectos perduran aún hoy en día.

DEBEMOS remontarnos a los años treinta del pasado siglo para tener la referencia más reciente de deflación a nivel mundial, de ahí que muchos no la consideren una amenaza seria. En estos momentos de turbulencia económica, son necesarias más que nunca po- líticas coordinadas a nivel mundial. Precisamos que gobiernos y bancos centrales determinen con precisión las medidas a adoptar. Las expectativas empresariales y la incertidumbre en la que nos movemos ante tanto escándalo financiero hacen necesario un liderazgo político sin fisuras que impulse reformas estructurales, aunque tengan un elevado coste político, antes de que la necesidad nos fuerce indefectiblemente a ello.

*Profesora de Política Económica de la Universitat de Barcelona

lunes, 24 de noviembre de 2008

HIJOS DE LA REVOLUCIÓN Joan Barril


Se acabaron las revoluciones y las fiestas subsiguientes. Al menos en el primer mundo. Todo lo más, nos quedan esas alegrías tan semejantes a cuando tenemos la casa inundada por un escape y, finalmente, llaman a la puerta y es el fontanero. Eso es lo que sucedió en Brasil con Lula y lo que acaba de suceder en el mundo con Obama. Sus antecesores, con la connivencia de los poderosos, habían llevado a sus respectivos países hasta el colapso. Llegan unos candidatos con ganas de arremangarse y se hacen con el poder. Entonces, todo el mundo respira hasta que el escape se arregla y de nuevo los de siempre vuelven a conspirar para recuperar el poder y sacar tajada.
Pero también se acabaron las revoluciones porque los hijos de la revolución han demostrado ser unos perfectos chaqueteros. Hace años que eso lo estamos viendo en China, donde un partido único que todavía se llama comunista está llevando adelante un crecimiento económico sin ninguna veleidad de acabar con su esencia autoritaria. Ahí vemos también a Daniel Ortega, el monaguillo que secundó a Chávez en el famoso "¡¿Por qué no te callas?!".

Ninguno de los antiguos sandinistas que se jugaron la vida para derrocar a Somoza da ni un euro por la integridad personal y política de ese individuo, acusado de fraude electoral y de cosas peores que afectan a su vida privada. Y luego tenemos a los rusos, que ahora pretenden hacerse con los hidrocarburos de Repsol. A fuerza de repetirlo, más de uno acabó creyéndose lo del oro de Moscú robado al Gobierno de la República, campo abonado para creer que el grifo del petróleo va a estar en manos de Putin. ¿Qué les ha sucedido a aquellos hijos y nietos de la Revolución de octubre? Lo que últimamente estábamos viendo era un permanente goteo de delincuentes de aquel país instalados en España. La imagen de marca de los países cuesta poco de crear y mucho de limpiar. Rusia ha pasado en menos de un siglo del internacionalismo proletario al Gulag, y del Gulag a extrañas y excesivas fortunas capaces de comprar desde la Costa del Sol hasta un equipo de fútbol inglés. ¿Qué sucede con esos tipos, nacidos de las grandes palabras de la igualdad, para que hayan acabado convirtiéndose en los profesionales de la autocracia? Incluso gente como el socialdemócrata Schröder se encuentra entre los peones de esa nueva oligarquía que aprendió a sumar bajo la efigie de Lenin y que hoy ha aprendido a multiplicar explotando en provecho propio los bienes de producción públicos que les dejaron sus mayores.


Esos mutantes que han pasado de las grandes ideas colectivas a la idea única de un nacionalismo sin patria y del líder como paradigma de su propio beneficio son los que ahora reciben los parabienes de gobernantes pequeños. Esos gobernantes, todavía con escrúpulos, que hacen lo que pueden para mantener la ilusión de que contra el gran capital todavía hay una última frontera de reformas y de servicios públicos eficaces. La revolución no devoró a sus hijos. Son los hijos los que se comieron la placenta revolucionaria para renacer en los mejores salones de sus enemigos de clase. Hicieron bueno el aforismo que dice "si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él".

sábado, 15 de noviembre de 2008

MAL, DOLOR Y SIMPATIA


JOAN BARRIL

En todas las comedias cinematográficas, incluso en los dibujos animados, los personajes que encarnan el mal se caricaturizan a sí mismos. Se trata de personajes hoscos, huraños, incapacitados para la bondad o la ternura y con una tendencia al desprecio y a la humillación del adversario. Alguna de esas claves la hemos ido encontrando en el comportamiento de José María Aznar, quien, tras su retirada de la vida oficial, ha ido desarrollando un prodigioso virtuosismo del desdén hacia Zapatero.
Una de las primeras muestras de burla, befa y ridiculización del actual presidente del Gobierno la tuvimos tras la intervención de Zapatero en las Naciones Unidas para desgranar su proyecto de Alianza de las Civilizaciones. Los supuestos pensadores de la FAES se encargaron de devaluar el discurso tildándolo de "redacción escolar". En tiempos de iras magníficas y de soberbios malestares las buenas intenciones se convierten en una maldad más de los flojos. Ahora, continuando aquel hilo argumental, el propio Aznar ha venido a decir que la crisis a la que sus neoconservadores han llevado al mundo no se puede arreglar con el "socialismo simpático". ¿Es o no es una caricatura de sí mismo? Todo lo que suene a alianza, a superación de los odios o a simpatía es una debilidad de un sistema que, según Aznar, debería basarse en el ordeno y mando, en la supremacía de Occidente y en la mala leche permanente. Cada vez que asoma el gruñido aznariano recuerdo al Aznar preelectoral de 1996, en el campo de Mestalla, interpretando su mensaje a la manera kennedyana: "Yo sólo soy un hombre normal que quiere servir a su país". ¿Qué ha quedado de aquel hombre normal que, incapaz de la simpatía, ahora la denuesta?
Pero tal vez no todo está perdido. Tal vez Aznar todavía valora el buen humor y la francachela del derechismo simpático de Berlusconi, ese personaje --incomprensiblemente llamado il cavaliere-- que ha alcanzado el dudoso honor de ser el único político mundial que ha puesto sus zarpas en el color de la piel de Obama. Con talantes así seguro que se arregla el mundo y el capitalismo del descontrol, del odio y de la guerra acaba siendo un capitalismo de lo más simpático.

miércoles, 22 de octubre de 2008

LA VARITA MÁGICA


JOAN BARRIL

Cosas que se pueden hacer con el teléfono móvil cuando no hablamos por teléfono. Usarlo de pisapapeles. Colocarlo encima de la mesa junto a los cubiertos de pescado. Entretenerse en el silencio de un café tranquilo buscando el tono que más nos guste. Jugar a cualquier juego y perder. Escribir mensajes con el menor número de letras posibles hasta hacerlos ininteligibles. Olvidarlo en un taxi y conseguir que nos lo devuelvan. Reflexionar sobre quiénes somos y admitir que toda nuestra vida está metida en la memoria del teléfono. Reconocer que nuestro grado de soledad se mide por el número de veces que respondemos a la llamada de un "Número privado". Sentir una vibración en algún lugar de nuestro cuerpo y pensar que el móvil nos está matando poco a poco. Llevarlo en una funda colgada de un cinturón, como si la integridad del mundo dependiera de estar localizables. Hacer que nos llamen en el transcurso de una comida para dos solo para desconectarlo y dar la impresión a nuestro interlocutor de que nada nos importa tanto como él. Mandar fotografías de lugares insólitos solo para generar envidia y gasto. Cambiar de móvil cada pocos meses y así tener un motivo para cantar sus excelencias. Depositar nuestra vanidad en el móvil nuevo porque más vale que la vanidad esté en un objeto que en el sujeto. Preguntarle a la pantalla del móvil si somos los más guapos de la ciudad. Si en aquel momento aparece en la pantalla el número de la persona amada, es señal de que efectivamente somos los más guapos de la ciudad. Sostener el móvil con una mano extendida y preguntarse a la manera de Hamlet: "Llamar o no llamar. Esa es la cuestión". Cada semana pasar cuentas y comparar las llamadas perdidas con las respuestas ganadas. Dejar el teléfono solo con un bip de aviso y que alguien nos lo esconda por la casa. Llamarnos una y otra vez y buscar ese único bip en silencio como cazadores de suspiros. Desmontarlo con mucho cuidado hasta encontrar a los duendecillos que nos traducen las ondas en palabras conocidas. En el momento del despegue y del aterrizaje, simular que hablamos con alguien, cuando en realidad tenemos el móvil desconectado.

Abandonar el teléfono en el banco de una iglesia en plena boda. Cuando el oficiante pregunte si entre los asistentes hay alguna persona que tiene motivos para oponerse al matrimonio que se va a celebrar, hacer que un timbre agorero rompa el silencio de la liturgia.
Todo eso y mucho más puede hacerse con un teléfono sin necesidad de hablar por teléfono. Pero últimamente las cosas son mucho más simples. Se trata de esperarse toda la noche ante una tienda para poder comprar un teléfono que no llega a la hora. Se trata de lucir el prodigio tecnológico como una varita mágica. No se trata de hablar por teléfono. De lo que se trata es de que el teléfono hable de nosotros.
En los albores de la telefonía, la gente se preguntaba: "¿Cómo estás?". Después pasamos a preguntar: "¿Dónde estás?". De ahora en adelante ya no preguntaremos por el hablante, sino por la máquina. La voz humana será solo un pretexto y los argumentos, los cariños, las llamadas de amor o el timbre del odio quedarán matizadas por la herramienta universal que en unos pocos años ha juntado a pobres y a ricos. Por eso vale la pena por lo visto hacer horas de cola ante una tienda. Lo estaban esperando. Ahora que ya está al alcance, la industria se pone a pensar para crearnos nuevas y tramposas necesidades.

viernes, 17 de octubre de 2008

LA MANO EN LA BRAGUITA

No les gusta el cartel donde aparece la mano de una mujer metida en su braguita. Un cartel, todo hay que decirlo, sin tetas, sin pelos ni señales. Pero en Madrid no gusta a las autoridades. Tampoco gusta en medios como la Cope o Telemadrid. Por eso parece que van a censurarlo. Hay que ver qué cochinos. No los del cartel que anuncia la película Diario de una ninfómana, claro, sino aquellos a quienes la mano de una flaca entrando en su braguita -que ni siquiera es braga-, les perturba tanto que no pueden soportarlo.

Porque no creo que sufran por sus hijos. Recuerdo que la película Saw IV tuvo durante semanas colgado uno en el que se veía una cabeza cortada y sangrante puesta sobre una báscula, y no les oí rechistar. En otro cartel, creo que de Saw II, se mostraban dos deditos amputados y con las uñas rotas de arañar quién sabe qué celda. Ambos daban ganas de vomitar la magdalena. Y por supuesto daban mucho más miedo, puestos a pensar en los niños, los dedos amputados que los de la braguita, dispuestos al placer y no al dolor. Así que dando por hecho que no son sus menores lo que les preocupa, queda claro que lo preocupante son ellos mismos. Me cabe la duda de por qué les da miedo el cartel. ¿Porque tendrían que decirles a sus hijas que sí, que se toquen, que aprendan, que es una gozada? ¿O porque tendrían que admitirse ellos mismos que todavía se ponen, y quizás no se acordaban? Disfruten, señores y señoras, por el amor de su dios, acuérdense y déjense de ñoñerías, que el invierno se avecina duro.


CRISTINA FALLARAS (ADN)

jueves, 16 de octubre de 2008

CRISIS? WHAT CRISIS?

Sabido es que cuando la bolsa sube ganan sólo los tenedores de acciones, aunque cuando baja, lo acabamos pagando todo quisque. Bien ¿Dónde está escrito que la vida tiene que ser justa? ¿Le ha tocado la lotería alguna vez a alguien que conozca a pesar de ser buena persona y merecerlo sobradamente?

Pues eso, las medidas que se están adoptando estos días, y las que seguirán, acabarán saliendo de su bolsillo o peor, no entrando dinero en él porque estará los lunes al sol. El statu quo hace que el estado se convierta en un Robin Hood inverso, siempre "para evitar un mal mayor", claro, claro. No importa que el gobierno sea sociata, no se engañe, se la meterán igualmente y encima le dirán que se mueva acompasadamente sonriendo.

Los responsables de la situación actual, si es que queremos personalizarlo y no achacarlo a un sistema que como filosofía tiene que de la suma de los egoísmos individuales surge un bien común, lo cuál siempre me costó de comprender completamente, algunos de los responsables, decía, quizá se queden sin trabajo, aunque ya me daría con un canto en los dientes de tener sus activos, los más tontos puede que lo pierdan todo, incluso que cesen voluntariamente su vida, más por la bofetada a la vanidad que por el fastidio de volver a empezar. Encima algunas de las autoridades que tenían que controlar que esto no pasase, que para mí tienen más delito que los anteriores, el señor Paulson por ejemplo, observo con los pelos como escarpias que lideran el plan de salvamento americano ése. Y entre nosotros, no hay ninguna garantía que funcione y se habrán gastado unos recursos preciosos que podrían servir para acometer el verdadero salvamento que quizá se deba acometer luego. Bueno, bien pensado, el dinero es suyo de usted. No pasa nada, pues.

Además ¿No se dice académicamente que las crisis tienen la función de sanear la economía de los que están así así? ¿Qué clase de limpieza es ésta? ¿Socializando las pérdidas de unos pocos?

Produce hilaridad oír por TV a un conocido catedrático de aquí decir que la crisis de los mercados secundarios y financieros no tiene porqué repercutir en la economía real ¡Qué gran profesional! Cómo miente el tío sin pestañear, aderezado con una cara de convencimiento que ni 10 años de método Stanislavski, tú. Un monstruo. Qué tristeza constatar como nos siguen tratando como a niños siempre que se sube a un púlpito.

Mi consejo de economista descreído es que llene usted su despensa con leche condensada y carne en conserva para resistir lo menos un año. Tendrá doble valor, el de uso y el de cambio. Luego no me venga pidiendo que yo no fío, o si acaso, me presenta a su esposa, veremos qué me parece y cómo estoy de humor ¡Ah! Y me deberá además un favor, no lo olvide.

Òscar

http://www.pcdemano.com/

jueves, 9 de octubre de 2008

LA BANCA ESPAÑOLA ANTE LA CRISIS

1. • En España el hipotecado no solo responde con la casa, como en EEUU, sino con todos sus bienes

JOSÉ García Abad*

Quiere usted una vivienda?, ofrecía a cualquiera que pasara por allí el agente inmobiliario de Fannie Mae o de Fredie Mac, como familiarmente se designan a los bancos que intermedian la mitad de las hipotecas de los Estados Unidos. "Hombre, querer, querer...", contestaría el sin techo y el agente contratacaría formulario en mano: ¿Tiene usted trabajo?, "Pues, la verdad es que no", reconocería el sin techo; Ningún problema, tranquilizaba el bancario, "¿Perspectivas de conseguirlo?", seguía el agente con el formulario oficial, "Muy escasas, por no decir inexistentes", farfullaba el homless; "Ningún problema, ¿cómo andamos de salud?", persistía el bancario, implacable; "No muy bien, es que como soy alcohólico, ya sabe usted". Ningún problema, ¿algún seguro? "Lo siento pero no tengo nada seguro, así es la vida", Ningún problema, hombre, a cuidarse, aquí tiene las llaves de su piso, pongamos una amortización a 80 años con cinco de carencia.
Así se contrataron millones de hipotecas en Estados Unidos; el agente cobraba su comisión y el banco empaquetaba las hipotecas y emitía títulos que difuminaba por el planeta; que se pagaran o no los recibos no era ya su problema y de hecho dejaron de pagarse el 20% mientras la Reserva Federal miraba para otro lado o vigilaba a distancia y las agencias de rating, los controladores de la solvencia de las empresas, otorgaban certificados de buena conducta al mejor postor.

LOS NUEVOS alquimistas, como sus colegas medievales, no sacaban oro de sus alambiques pero, a diferencia de estos, lograron que se aceptara su basura como oro gracias a una piedra filosofal llamada titulización. Parece una broma pero ha sido así, nadie desconocía el proceso de difusión de la basura o como ahora se dice de productos tóxicos, como la leche china, pero como en las vísperas de todas las grandes crisis que en el mundo han sido, los beneficiarios de una situación insostenible confiaban en desplazar el muerto al vecino en la confianza de que si la cosa tomaba suficiente incremento, mejor podría decirse excremento, estarían a salvo de la quiebra ante el miedo de que quebrara el sistema. Lo sistémico es la nueva palabra mágica como el pragmatismo, en cuyo nombre se han cometido tantos crímenes como en el de la libertad, la desregulación y la autorregulación, los nuevos dioses de los seguidores de la iglesia fundada por Reagan y Thatcher que prescribía: Gobierno pequeño, pocos impuestos y mercado autorregulado.
Pero hete aquí que, de pronto, cuando los mercados en vez de autorregularse explotaban y se convertían en armas de destrucción masiva, los gurús que ayer cantaban las excelencias del capitalismo ilimitado y el odio al Estado han descubierto que este no solo no es pernicioso sino imprescindible. Los neocon de ayer se han apuntado a un nuevo paradigma al que denominan socialismo financiero que podría convertir a los Estados Unidos en Unión de Repúblicas Socialistas Financieras de América. Las nacionalizaciones que parecían del paleolítico están hoy a la orden del día y se suceden las intervenciones masivas del Séptimo de Caballería.
En España no hemos llegado a estos extremos pero también se incurrió en notables imprudencias: el banco o la caja financiaba el 125% en la compra de un piso a 40 años a sabiendas de que su valor podría reducirse a la mitad. Al promotor se le financiaba todo, nada menos que 800.000 viviendas cuando el año que más se vendían eran 350.000. Sin embargo, aquí el hipotecado no solo responde con la vivienda adquirida sino con todos los bienes de la familia y el Banco de España controla de forma menos flácida y lejana que la Reserva Federal, aunque no podía desconocer que se estaba hinchando la burbuja. Vivíamos en el país de las maravillas.
¿Esta seguro mi dinero en el banco o lo meto en el colchón?, se pregunta angustiada la gente y se comprende pues la vida está bancarizada: el pago del colegio de los niños, el recibo del agua, del gas, de la luz, del teléfono de la hipoteca y, por supuesto los ahorros, lo más importante, de los que, como se sabe, el Estado garantizará 100.000 euros por persona y entidad. Zapatero ha asegurado que los depósitos están seguros y hay que creerle. Cuando el presidente saca pecho afirmando que el sistema financiero español es el mejor del mundo, en realidad no está presumiendo fatuamente sino dando una orden que traducida al cristiano sería: No quiero ni oír hablar de un solo banco español en crisis, o sea, que está dispuesto a intervenir lo que haga falta.

LOS BANCOS españoles han sido contaminados por la titulización mundial de la basura pero menos que sus colegas y no es porque nuestros banqueros sean más listos sino por un hecho diferencial: en España la inversión, más del 30% del PIB, es muy superior al ahorro que solo alcanza al 20%, lo que obliga al endeudamiento; en consecuencia los bancos españoles son más emisores de títulos de deuda que compradores, una situación que ha podido conseguir hasta ahora sin problemas gracias al euro. Los bancos hispanos están mejor que la mayoría de sus competidores pero la economía española está entre las más perjudicadas y obviamente los bancos no pueden ir indefinidamente bien si la economía española entra en una crisis duradera.

Fuente: EL PERIODICO DE CATALUNYA

viernes, 3 de octubre de 2008

¡SE ACABÓ LO QUE SE DABA!



El catedrático de Estructura Económica de la Ramon Llull augura que la recesión durará diez años.

David Ruiz | Barcelona | 03/10/2008 | Actualizada a las 02:28h

Santiago Niño Becerra, nacido en Barcelona hace 57 años, es un hombre que habla claro. Catedrático de Estructura Económica, es profesor en la Facultad de Economía IQS de la Universitat Ramon Llull. Considera que la situación económica mundial va a ir "tendencialmente a peor" en los próximos tres años y que todas las medidas que se están aplicando no van a servir porque responden a un viejo manual que ha quedado obsoleto.

-¿Estamos ya en crisis?
-No, que va. Yo diría que estamos en "precrisis". La crisis empezará a mediados de 2010. Pero es que, además, lo que viene ahora y lo que vendrá no se parece en nada a lo que vivimos en 1993 o en el 2000. Esto es otra película, es una crisis sistémica. De parecerse a alguna cosa, se parecería al "crack del 29".

-¿Por qué es una crisis sistémica?
-Porque la manera como está funcionando el sistema se tiene que cambiar. En 1993 hubo un problema, se inyectó dinero en forma de crédito y se acabó. En 2000, lo mismo. Ahora no. Aplicamos un manual viejo que ya no funciona. Se han agotado las herramientas que se pusieron en marcha como el hiperconsumismo, el hipercrédito o la hiperdeuda y pasamos a otra película…

-¿Cuándo empezó esta "precrisis"?
-En septiembre de 2007 cuando se manifestó el problema de las subprime.

-¿Y hasta cuándo durará?
-Se alargará hasta junio o julio del año 2010. La tendencia dentro de este periodo será a peor. Esto no significa que un día la bolsa suba o que otro baje. En 2010 empezará la crisis de verdad. Caída "a plomo" hasta mediados de 2012. Habrá un hundimiento a nivel económico, y será a nivel mundial.

-¿Qué pasará a partir de 2010?
-Durante el periodo 2010-2012 el nivel de la caída será brutal, terrible. Habrá economías que sufrirán muchísimo, por ejemplo la española, la alemana, la estadounidense o la china. Habrá un periodo de estancamiento hasta 2015 y, a partir de ahí, comenzará un periodo de recuperación muy lento hasta 2018-2020. Estamos hablando de una duración de 10 años, similar a la "Gran Depresión" norteamericana de la década de 1930.

-¿El capitalismo ha llegado a su fin?
-El colapso del sistema capitalista aún no se ha producido. Los sistemas tienen una vida de 250 años. El capitalismo empezó entre 1815 y 1820 y terminará más o menos en 2070. Lo que ahora vivimos es una crisis de ajuste, como ocurrió en 1929. Las características del capitalismo no cambiarán pero el ajuste que se hará será muy importante.

-¿Cuáles son las posibilidades que tenemos para capear el temporal?
-Nada. Esto ha de pasar. Es inevitable.

-¿Pero los ciudadanos no tienen ninguna opción para intentar salir menos afectados?
-Yo siempre recomiendo que si alguien tiene deudas, que no se endeude más. Quien no tenga, que no se endeude y si una persona tiene deudas y dinero ahorrado, que lo dedique a reducir deuda. Otra cosa es que, antes de comprar nada, la gente se pregunte si realmente lo necesita. Que calculen muy bien cuales son las expectativas de sus ingresos y adapten el gasto. Lo que no sea necesario, no es importante.

-¿Habrá muchas empresas que puedan aguantar esta situación?
-No, habrá cierres en cascada. La evolución será cada vez a peor y, a partir de 2010, se acelerará.

-¿La culpa es de los bancos y las inmobiliarias?
-La culpa no es de una persona o de un grupo de personas. Las medidas que se han tomado han llevado al desastre. Pero si estas medidas no se hubieran tomado, no se hubiera crecido como se ha crecido. Y todos hemos estado muy contentos de crecer así.

-¿Habrá bancos que quebrarán?
-Sí, pero aunque un banco haga fallida no pasa nada. El problema es que, dentro de un escenario como el actual, que un banco caiga supone un torpedo a la confianza. El sistema que hemos montado no está atado con cables de titanio, está unido con algo tan intangible como es la confianza que, cuando se rompe, ya no se puede reparar.

-¿Es una buena decisión que los Gobiernos usen dinero público para salvar a las empresas?
-No servirá de nada. Se tiene que hacer porque el modelo dice que es lo que debe hacerse. Esto sirve para tapar un agujero, pero se abrirá otro. Estamos hablando de cifras tan brutales que es imposible tener dinero suficiente para tapar todos los agujeros.

-¿Cómo sabremos que estamos saliendo de la crisis?
-La recuperación se percibirá en el ambiente. El primer síntoma de la recuperación vendrá hacia 2012 porque no iremos a peor. El segundo signo será que algunas personas empezarán a hacer cosas.

-¿El resultado de esta crisis será la aparición de una nueva potencia económica?
-Yo opino que la figura del Estado irá a menos y que las grandes corporaciones tendrán más fuerza. Creo que General Electric es la primera corporación del futuro, es un caso a estudiar. En el futuro habrá más eficiencia, orden, aprovechamiento,…

-¿Grandes corporaciones como las de la película "Rollerball", que planteaba un futuro en el que las grandes corporaciones controlaban el mundo?
-Sí, eso mismo.

http://www.lavanguardia.es/lv24h/20081003/53552573696.html

jueves, 2 de octubre de 2008

JAMON, JAMON

Ibérico, pero auténtico

Decir que el jamón ibérico español ya puede exportarse a Estados Unidos a partir de una fiesta celebrada el jueves en Washington es, a la vez, una exageración y un acierto. Exagerado, porque los increíbles trámites a superar para poder exportar a EEUU derivados del cerdo curados ya se completaron hace dos años. Lo que se ha hecho ahora es una presentación pública, con respaldo diplomático y la presencia de uno de los cocineros mediáticos populares en nuestro país --otro ex-Bulli-- que triunfa en la capital estadounidense con un restaurante que ofrece una meritoria versión de las clásicas tapas. El acierto está en haber conseguido que la exportación del mejor jamón quede a cargo de los elaboradores de mayor prestigio. El pionero ha sido, esta vez, una empresa tradicional de Salamanca.
Es ocasión, también, de recordar que para que un jamón merezca la confirmación de que ha sido alimentado solo de bellotas deberá superar el reglamento del Ministerio de Agricultura, aprobado hace unas semanas ante la alarmante aparición de sucedáneos. Que el jamón auténtico consiga entrar en las tiendas y restaurantes exquisitos de EEUU, como ya lo empieza a hacer en Japón y China, es un éxito que se puede estropear si se cae en el error de seguir la senda aceptada hace años para el aceite de oliva o los vinos: dejar que sean otros países productores --Italia o Francia-- los que fijen la calidad y origen del producto.
Por lo demás, el otro riesgo para el auténtico ibérico es que la demanda creciente del producto por parte de países con mayor capacidad adquisitiva acabe desabasteciendo el mercado español. Sería, también, morir de éxito.

lunes, 22 de septiembre de 2008

MAS VALE PREVENIR

No puedo dar nombres porque no tengo pruebas, pero estoy seguro de que varias “amigas” de la comunidad son en realidad hombres. ¿En qué me baso?, es algo difícil de explicar, llámale intuición, experiencia o instinto.

La cuestión es que tengo tres candidatas a travestismo virtual, su forma de expresarse, la manera de tratar determinados temas y el humor un tanto escatológico me hacen dudar de su muy cacareada feminidad. Claro que puedo equivocarme y pueden ser damiselas disfrazadas de casquivanas o señoritas de lengua viperina, pero mi larga experiencia en el trato con mujeres, han hecho sonar todas mis alarmas.

El caso no tendría mayor trascendencia si todo quedara en las bromas y chascarrillos, pero he podido comprobar, profundizando en mis indagaciones, que determinados caballeros, han picado el anzuelo, y las susodichas están jugando con ellos de una manera despiadada.

Claro que también pudiera ser que tales caballeros, en realidad fueran señoras de armas tomar, con lo cual, las aguas volverían a su cauce, aunque quizás algo revueltas. Yo por si acaso, antes de acudir a una cita, a parte de los preservativos me llevaré un tapón, por aquello de….más vale prevenir.


jueves, 18 de septiembre de 2008

ZANGANOS O EXCLUIDOS



JOAN BARRIL

Según un estudio de UGT, ya son 100.000 los jóvenes entre 16 y 24 años que no hacen nada. Por supuesto, viven, piensan, aman, corren. Pero no se les conoce ninguna actividad que ocupe su presente o que prevea su futuro. Los expertos dicen que muchos de esos ciudadanos inactivos en edad activa son el resultado del fracaso escolar. Otros son simplemente chavales hijos de inmigrantes que han llegado aquí con la reagrupación familiar pero que no disponen de ninguna salida laboral. El aforismo clásico dice que "el ocio es la madre de todos los vicios". Pero no estamos en tiempos maniqueos. El inactivo pasa junto a nosotros y se mezcla con el parado, que no es lo mismo. El parado aspira a volver a trabajar, pero el inactivo no tiene todavía consciencia de lo que es el trabajo. Llegar a los 24 años sin oficio comporta una vida sin beneficio. Los gastos corrientes de un joven pueden sufragarse con una simple actividad temporal. Repartir unas pizzas conlleva unos euros que dan para algo pero no para montarse la vida.
Y sin embargo la vida del joven es absolutamente optimista. A los consejos sobre la prudencia en contraer el hábito de fumar ellos aducen que algún día surgirá una pastilla que les salvará del tabaquismo. A las advertencias sobre la dificultad de entrar en el mercado laboral sin ningún tipo de título, ellos recuerdan que se puede llegar a ser rico sin necesidad de estudiar. A las admoniciones sobre el día de mañana los jóvenes se rebelan cantando las excelencias del día de hoy. No se trata ya de reconocer que la llamada "cultura del esfuerzo" no ha calado en esos 100.000 zánganos. Se trata de la credulidad con la que los jóvenes de hoy esperan el milagro sobrenatural que les sacará de una infancia prolongada para meterles tardíamente en una vida adulta muy difícil.
Se podrá insistir en el desastre escolar o en la irresponsabilidad paterna o en la falta de estímulos con los que los gobiernos deberían sacar a ese colectivo de la vagancia. Pero la realidad es más dura que las buenas intenciones. Se exige a la escuela que mantenga sus baremos, se culpabiliza a padres despistados que tampoco saben qué hacer consigo mismos y que viven con la angustia de un expediente de regulación de empleo.
¿Y los gobiernos? ¿Qué pueden hacer los gobiernos cuando los empleadores solo contemplan la fuerza de trabajo juvenil para servirse de ella? En tres años los inactivos se han duplicado. Y nadie quiere ver que el mañana se hace hoy.

http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=544697&idseccio_PK=1006

miércoles, 17 de septiembre de 2008

PENSIONES Y PREVISIÓN

A pesar de que la jubilación oficial está fijada en 65 años, los españoles se retiran a una media de edad de 62. Y por sorprendente que parezca, estamos nada menos que cinco años por encima de la media europea, tres más que en Alemania y cuatro más que en Estados Unidos. A pesar de que la mayor parte de los ciudadanos españoles están convencidos de que los gobiernos, todos los europeos en general, terminarán tomando medidas --recortando o endureciendo-- para reducir el gasto del sistema público de pensiones, solo un 30% cuenta con un instrumento de previsión complementario del público.
Dado que la esperanza de vida en España está en 79,7 años --frente a los 78,3 de la media europea--, cada jubilado ha de vivir con la pensión pública casi 18 años. Pero mientras la demografía mantenga la tendencia actual, es decir, mientras la tasa de reposición de cotizantes, que son los que mantienen el sistema, continúe bajando, habrá que hacer algo. Los expertos insisten en animar a los políticos a que se pongan de acuerdo en una fórmula que garantice el futuro de las pensiones, aunque pase por la reducción de su cuantía.
Puede que sea excesivo imponer como obligatoria la suscripción de un plan complementario, ya sea público o privado, tal como hicieron el viernes pasado en Madrid los analistas de la Fundación de Estudios Financieros. Aunque también es cierto que, a la vista del número de españoles que son partícipes en planes privados, ya sean individuales o de empresa, no da la sensación de que entre los ciudadanos exista una conciencia clara de los problemas que pueden aparecer en un futuro no tan lejano.

Joan Barril

lunes, 15 de septiembre de 2008

¡CUIDADO CON LA CABEZA!


Curioso mundo este en el que la cabeza se convierte en un escaparate de oficios y de creencias. Una gorra de béisbol nos lleva al nuevo mundo y un impermeable amarillo nos convierte en pescadores de bacalao. Con un sombrero de papel podemos ser locos de la Inquisición o pintores de pared. En las bodas de raigambre, las mujeres se tocan con la peineta española, mientras los vascos no dudan en pasearse bajo la llovizna con la txapela elaborada en casa Elosegui. Una larga tradición de financieros se luce en la City con el bombín, mientras aquí se luce la barretina de los aplecs y el cachirulo del trabajo manual. La montera de los toreros se lanza al espectador preferido o se deja caer en el centro del redondel y los guardias civiles desfilan a paso militar bajo un tricornio que en realidad solo luce dos únicos cuernos, como ha de ser. Al otro lado de la calle, ertzainas y etarras no dudan en ponerse un pasamontañas para no reconocerse. Al rey se le llama "la corona", aunque no la lleve. Los mexicanos charros lucen un sombrero enorme y los israelís creyentes llevan una somera kipá ahí donde los cristianos antiguos mostraban su tonsura. Se reconoce a un bombero por el casco y a un tirolés por su pluma. Incluso el hijo de Guillermo Tell no dudó en colocarse una manzana sobre la cabeza, mientras los borrachos se cubren con hielo.
¡Cuántas cosas caben sobre una cabeza! Y, sin embargo, siempre hay algo que nos molesta. Por ejemplo, el pañuelo de Shaima, multicolor y alegre. Hace tres décadas las chicas iban de pasajeras en las vespas con un pañuelo en la cabeza que les protegiera del aire de la carretera. Era una manera de indicar la dirección del viento. Hoy existen otras religiones sin curas ni imanes, como indican los disfraces de los estudiantes de secundaria. Algunos padres no quieren ver el pañuelo de la tradición islámica, pero toleran --y tal vez hacen bien-- los piercings, los tatuajes, las tachuelas en los cueros, las botas Dr. Marteens y las camisetas con mensajes de violencia explícita.
La cabeza no es para llevar ni pañuelos ni otros tocados. La cabeza es para controlar los excesos de la pasión descontrolada y xenófoba.

JOAN BARRIL

miércoles, 10 de septiembre de 2008

JUECES Y DESIDIA


Se ha venido hablando en los últimos años de los llamados jueces estrella. Como toda definición periodística, intentaba destacar una excepción. A saber: que los jueces eran anónimos, pero que algunos jueces habían aceptado las pompas de la fama. Un juez estrella no brilla por sus sentencias, sino por su movimiento. Se da por supuesto que un juez estrella español ha de ser un profesional de la justicia que ni siquiera duerme. Así al menos quiso definirse el juez Garzón en una biografía autorizada de Pilar Urbano: El hombre que veía amanecer. Lo importante no eran sus actos, sino su acción. Lo cual, en el mundo judicial, es una excepción.
Ayer tuve ocasión de conocer a distancia a otro juez estrella. También él es el protagonista de una decisión excepcional. Se trata del magistrado argentino Gustavo Antoun, que ejerce en la audiencia estatal de la provincia de Chubut, en la Patagonia. El juez Antoun fue el encargado de instruir una reclamación de la madre de un menor que había sufrido una lesión mientras participaba en un acto organizado por el Estado. Tres años después, Gustavo Antoun advirtió en sus conclusiones que la instrucción no había sido la correcta. Lo excepcional es que el propio juez se ha condenado a sí mismo a la indemnización y a las costas que la reclamante habría obtenido de haberse hecho las cosas bien.
Hace unos días, en este mismo periódico, Félix de Azúa destacaba el mal funcionamiento de la educación y de la justicia. Dejemos la educación y vayamos a la justicia. A menudo hay motivos para pensar que hemos otorgado a los jueces un poder que no todos se merecen. A menudo nos da la sensación de que la siempre denostada policía invierte en la resolución de los conflictos mucho más esfuerzo y sacrificio que muchos jueces instalados en la desidia, cuando no en la negligencia. Los controles internos de la eficacia judicial no suelen ser muy visibles. El aroma de corporativismo impregna las audiencias y provoca en los ciudadanos una amarga sensación de incomprensión, cuando no de pura y simple indefensión. Hay jueces estrella y hay jueces realmente buenos. Pero la
imagen de la judicatura no está a la altura de tanto pleito.

Joan Barril