Hace diez años había en Cataluña un 14% de independentistas, tras el pucherazo del PP denunciando ante el constitucional un estatuto aprobado por el parlament de Cataluña, las cortes españolas y respaldado por un referéndum, el porcentaje se disparó a un 35%. La prohibición del plebiscito del 2.014 lo elevó a un 40 y la violencia del estado policial del 17 les hizo ganar la elecciones por un ajustado margen. Hace tres semanas, tras los acuerdos con el gobierno solo el 42% de los catalanes exigian la independencia y parecía que la solución estaba cercana, pero la disparatada demanda de la fiscalía contra los acusados ha vuelto a encender los ánimos. Si el estado no se hubiera opuesto con tal brutalidad al referéndum y hubiese dejado votar aunque el resultado no fuera vinculante, el independentismo no habría ganado las elecciones, pero mucha gente que no iba a votar o votaría NO, acabó uniéndose a los independentistas, Si Llarena condena a los acusados a una pena que no les permita salir en libertad tras año y medio de prisión sin juicio y el estado no les indulta, habremos cruzado el punto de "No return"y la situación se hará insostenible, no solo en Cataluña si no en todo el estado. La corona está en entredicho, la justicia pisoteada y los políticos cada vez más despreciados, o convocamos unas elecciones constitucionales donde podamos decidir el régimen y la forma del estado y abrimos la puerta a una república federal o entraremos en una fase de turbulencias que puede llevar la nación al desastre. No solo es Cataluña, cada vez mas extremeños, andaluces, vascos, navarros, valencianos y mallorquines están exigiendo un cambio radical o cambiamos el rumbo o la tragedia del Titanic será una anécdota comparado con lo que puede pasar en España, hoy aún estamos a tiempo, mañana puede ser demasiado tarde.
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