lunes, 22 de marzo de 2010

LA COMUNIDAD VALENCIANA. ESA PEQUEÑA VENEZUELA


Seguro que a la mayoría de ustedes se les cae la baba cada vez que escuchan noticias sobre Venezuela, y es que ¿a quién no le gustaría tener una democracia así? Lamentablemente, no todos los países podemos disfrutar de un presidente como Chávez dispuesto a liderar eso que llaman Socialismo del siglo XXI.
Pero no desesperen, porque en España ya hay regiones que están comenzando a aplicar ese tipo de socialismo. De momento -y aunque les suene contradictorio- la pionera es la Comunidad Valenciana.
Como ya sabrán, este socialismo del futuro se caracteriza porque quien gobierna suele controlar los medios de comunicación. Por eso Chávez dispone de un programa -Aló presidente- en el que puede aparecer por sorpresa para hablar de lo que quiera y cuando quiera; de hecho es tan importante lo que se dice como lo que no se deja decir.
El gobierno valenciano no sólo ha copiado este sistema, sino que ha ido un paso más allá y en lugar de apropiarse de un solo programa, lo ha hecho de un canal entero -bueno, de dos- que a fin de cuentas es más práctico. No hace falta que les recuerde que, por ejemplo, en Canal9 o Punt2 las noticias del Caso Gürtel pasaban más rápidas que la letra pequeña de los anuncios de Movistar.
Otra de las características de este nuevo socialismo es vetar a todo aquél que lo critique, pues de lo contrario, ¿de qué democracia estaríamos hablando? Chávez lo hizo en 2008 cuando vetó la actuación de Alejandro Sanz porque éste había “despotricado” contra el presidente.
Tomando ejemplo, el Ayuntamiento de Torrevieja ha vetado la actuación de Miguel Bosé. Y es que al cantante no se le ocurrió otra cosa que poner como ejemplo de “represión“, lo ocurrido con la decisión de la Diputación de Valencia de retirar fotos políticas de una exposición en el MUVIM.
De todas formas, a los impulsores de este socialismo del siglo XXI aún les queda mucho por aprender, pues cuando uno no domina estas nuevas formas de gobierno suele ocurrir que el tiro le salga por la culata. Tomemos como ejemplo a Alfonso Rus -presidente de la Diputación de Valencia- que al final ha sido nombrado en el Jueves -palabras literales- “Gilipollas de la semana” por ignorar que censurar algo en el siglo XXI es la manera más rápida de amplificarlo.
La corruptela política es algo que ya vemos como normal en cualquier gobierno, sea de izquierda, derecha o centro, pero lo de la censura ya es caer demasiado bajo. De todas formas no vayan a creer ahora que este tipo de política es exclusiva de los populares, pues usted puede poner PSOE donde pone PP y gobierno andaluz donde pone valenciano y seguramente tenga a los mismos parásitos con distinto bolsillo.
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P.D.: Si yo perteneciera a algún partido político -afortunadamente no es así- y viera cómo sus dirigentes pisotean la libertad de expresión, lo primero que haría sería denunciarlo a mis propios compañeros, sobre todo para limpiar la imagen del partido. Evidentemente al día siguiente me habrían echado del mismo, pero mantendría mi moral intacta.
Si usted está afiliado a un partido político y ve cómo violan los derechos fundamentales de los ciudadanos, puede hacer dos cosas: denunciarlo o seguir aplaudiendo al político de turno cuando pase por su lado. En caso de optar por lo segundo, mire la foto y elija el mono que quiere ser.
La foto la he tomado prestada del blog La Zona Mileurista.

Terceraopinion.net

1 comentario:

Isabel Huete dijo...

Estoy de acuerdo contigo en que hay corrupción en todos los lados; tan en todos los lados que la podemos encontrar también en una tienda de ultramarinos en la que te la dan con queso azul como si fuera roquefort francés o en una de informática en la que te venden un lápiz de memoria averiado y cualquiera les demuestra que ya venía así antes de usarlo.
Sin embargo sabemos que no en todos los comercios pasa eso y seguimos comprando...
Pienso que con los partidos y con los políticos pasa lo mismo: no todos son iguales aunque todos tengan corruptos en sus filas, ni todos los políticos por el hecho de serlo son corruptos.
Creo que tendemos a generalizar demasiado y hemos acabado todos medio paranoicos porque de igual manera que se ventea sin parar los casos de corrupción por parte de todos los medios, todos callan sobre los comportamientos honestos, los cuales parecen no merecer la más mínima atención, vamos, como si no existieran. Y existen.
La corrupción y la manipulación existen, son una realidad incuestionable, pero no nos quedemos parados viendo sólo el trazo grueso.
Besotes.