miércoles, 7 de mayo de 2008

LOS PLATOS ROTOS

Últimamente florecen a mi alrededor, desgraciadamente, los casos de amigos, que se separan con hijos pequeños.Las causas, por lo que observo, suelen ser muy diversas, al menos visto y escuchado desde fuera. Sin embargo creo firmemente que no suele haber tanta variedad en la motivación de fondo. La causa real sólo es conocida por dos y a menudo sólo por uno, lo que aboca al otro, según de la pasta con qué esté hecho, al sexo, a la bebida, al psiquiatra, todo a la vez o a pedir perdón al mundo por sus pecados y retirarse a un monasterio lo más arriba de la montaña posible. Llámese monasterio o "carrera profesional".
Dejemos la parte psico-afectiva y centrémonos en el tema económico. Desde el punto de vista masculino el tema de la separación con hijos menores trae una serie de consecuencias pecuniarias bastante notables.
Si no es el caso que la mujer se trate de una presidiaria, una drogadicta (y además tiene usted 80 denuncias de la guardia urbana que lo corrobora) o es incapaz de rellenar adecuadamente un test de 40 preguntas del tipo: "¿Piensa a menudo en suicidarse? Sí, No, a veces", lo habitual, digo, es que la sentencia le de a ella la guardia y custodia del hijo, fruto natural de la convivencia en común (no sé cómo no se les escapa la risa a los jueces y secretarios al redactar eso, ¿Y los CD's comprados juntos, qué?). Para que tenga un lugar donde residir el hijo común, claro, usted debe dejar su casa, buscarse la vida, y abonar una pensión mensual "por alimentos" hasta que el hijo sea independiente económicamente, o sea, los próximos 25 años. Si además su esposa no trabaja, agárrese, "pensión compensatoria" al canto.
Su casa pasa a ser virtual, la cual no puede usted habitar por estar ocupada por la ex con nuestros hijos (ella, en cambio, puede invitar a quien quiera a convivir, faltaría más), y de la cual aún estamos pagando hipoteca. Al banco se la refanfinfla que usted no viva en ella, si no se abonan las cuotas se embarga, empezando por lo más fácil, no el piso, si no la nómina y para más inri fiscalmente no es posible desgravar pues, evidentemente, no es su vivienda habitual. No podrá usted ser beneficiario de ninguna ayuda pública por necesidad, pues claro, es usted propietario de una vivienda, y cómo se va a subvencionar a un propietario de un inmueble por pobreza, sería un escándalo...
Es realmente difícil que su ex desoiga los cantos de sirena que le aconsejarán sacar ventaja de la mejor posición legal en la que se encuentra, que no se utilice el fruto natural para sacar más dinero, que no se use la relación afectiva que le une a usted, más con el hijo que con la madre, seguro aún.
Pacte, pacte, pacte, como sea y lo que sea, lo primero sacarse de encima el piso y su hipoteca. Venda por debajo de precio, pierda dinero, pero hágalo ya.
Yo no digo que no exista violencia de género y casi siempre es la mujer la que se lleva los golpes y desgraciadamente algunas veces, demasiadas siempre aunque fuera sólo una, incluso se les lleva la vida. No digo que no existan casos de necesidad, incluso extrema, y que las mujeres sean las más necesitadas. Lo que digo, afirmo, es que nosotros, hombres separados, sencillamente no existimos, no salimos en encuestas, no abrimos telediarios, no somos noticia, ergo, no se consiguen votos denunciando nuestro caso. Si separarse, siempre es cuando menos doloroso, para algunos empezar de nuevo lo es más. Se parte de menos cero.
Eso sí, algunos creemos tan firmemente en el amor como otras tienen la necesidad de casarse. Que se lo pregunten a unos cuantos/as que me sé.
OSCAR de PCdemano

1 comentario:

SUXA dijo...

MUY BUENO TU BLOG, ME HA GUSTADO LEERTE ... AUNQUE DICEN QUE CON LA CRISIS SE ESTAN SEPARANDO MUCHO MENOS JAJAJA .... EN FIN QUE DIOS OS COJA CONFESADOS....BESITOS BARIOS