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lunes, 7 de febrero de 2011
Ella era una niña
domingo, 6 de febrero de 2011
TORMENTA DE ARENA
Siento el latir de las olas en mi alma,
el látigo feroz de la mareas,
el devenir de la espuma entre mis rocas
el zarpazo del mar en mis arenas,
el magma de ansiedad por mi garganta,
la caldera hirviéndome en el pecho,
la presión angustiosa de la espera
la niebla que me nubla los espejos
el huracán que me arrasa los sentidos
el terremoto que rasga mis entrañas
la furia de la soledad en celo
la tormenta de arena de la rabia.
Y vomito mi hiel en las cuartillas
y las mancho con sangre de mi pluma,
emborronan mis lágrimas la tinta
que mueren arrugadas y desnudas.
Quiero decir y pierdo las palabras
quiero gritar y me arde la garganta
solo me queda buscar una guarida
y esperar que amanezca la esperanza.
JUANMAROMO
MAYTE MARTIN , LA VOZ DEL ALMA
Ella es la voz del alma, capaz de sanar los dolores más profundos e íntimos. Posee unos de los timbres más dúctiles. Si la tierra fuera canto llovería para calmar la sed, y brillaría el sol donde las brumas inquietan. Mayte Martín (Barcelona, 1965) no es, ni quiere ser, cantaora flamenca en exclusiva, aunque reconozca que su origen es el flamenco, al que llegó escuchando los discos de su padre. De igual forma y al mismo tiempo se acercó a los boleros y se propone grabar otras músicas a lo largo de su carrera musical. Siempre le ha tenido ganas a la copla.Ya llevaba tiempo cantando en las peñas flamencas de Barcelona, cuando se dio a conocer al ganar en 1987 la Lámpara Minera en el Concurso Nacional de Cante de Las Minas (La Unión. Murcia). Como cantaora, guitarrista y compositora está más cerca del purismo, donde encuentra su referente y su inspiración, que de la fusión o del nuevo flamenco. Quizá lo más justo sea decir que busca el equilibrio entre renovación y tradición. Igualmente su estilo es sobrio y sencillo, pero repleto de intensidad y calidez. En su acercamiento a otras músicas, Mayte Martín ha grabado dos discos de boleros. Uno con el pianista de jazz Tete Montoliú ('Free Boleros', 1996) otro con el bolerista Moncho ('Quédate conmigo', 1999) y las pianistas clásicas francesas, las hermanas Labéque ('De fuego y agua', 2007). 'Querencia' (2000) fue considerado uno de los mejores discos de flamenco del año, de hecho, fue nominado al Grammy Latino 2001 en su categoría. No ganó, pero nadie duda de que Mayte es una de las voces mejor dotadas de la actualidad e interpreta con absoluta perfección lo mismo un bolero triste que unas bulerías o unos tangos. Su voz se eleva sobre las guitarras y un violín ocasional. Su estilo se mantiene en la más pura ortodoxia contemporánea. Un nuevo disco de Mayte Martín es un acontecimiento. En 'Al cantar a Manuel' (2009) ofrece una serie de canciones basadas en los poemas del poeta y periodista malagueño Manuel Alcántara (compañero columnista del grupo Vocento)."Yo recreo los cantes, hago una reconstrucción de algo que ya existe. Se trata de adaptar los cantes a mi forma de entenderlos", comenta esta catalana universal. En 2004, la pusieron a la portuguesa Dulce Pontes un vídeo en Canal Sur de Mayte Martín, con quien había cantado en La Fortaleza del Sol en Lorca. Se emocionó hasta el punto de que se le escaparon unas lágrimas y llegó a decir que para ella Mayte Martín era actualmente "la mejor cantante del mundo". Casi nada.
El orden de los vídeos es el siguiente: 1/ 'Vidalita' con las hermanas Labéque. 2/ 'El día que me quieras' con Tete Montoliú. 3/ Por 'Alegrías' con Pedro Sierra al toque.
MAXI DE LA PEÑA
sábado, 5 de febrero de 2011
LAS VENTANAS DEL OLVIDO
JUANMAROMO
viernes, 4 de febrero de 2011
LA LOCURA DEL CRECIMIENTO A ULTRANZA
Así, Nokia ha vendido en el último trimestre del año 28,3 millones de smartphones, frente a los 20,8 millones vendidos en el mismo período del año anterior. Esta cifra supone también un incremento con respecto a los datos del trimestre anterior de 2010, en el que se vendieron 26,5 millones de terminales. Decíamos, sin embargo, que el resto del mercado se mueve a mayor velocidad que Nokia, y así, el gigante de Espoo ha visto reducida su cuota de mercado smartphone hasta el 31%, una cifra que lleva en caída constante desde al menos los dos ejercicios anteriores.
No se puede decir que Elop haya admitido tácitamente el mal resultado, pero puede leerse entre líneas un claro mensaje de que toca ponerse las pilas: "Nokia se enfrenta a importantes desafíos y la industria ha cambiado, con lo que nos toca cambiar más rápido".
La lágrima de Lucas
Lucas regresa a su cuarto arrastrando los pies y con la cabeza gacha. En una mano lleva la caja vacía de galletas. La arroja con rabia a la papelera. A escasos centímetros de ella, la mochila aún húmeda parece retarle. El insulto indeleble se burla de él. Y Lucas se come una lágrima.
jueves, 3 de febrero de 2011
AUSENCIA
El verdugo en casa
Te quiero. Te quiero tanto que no puedo vivir sin ti. No salgas. Hoy quédate conmigo. Aquí, los dos juntos. ¿Para qué necesitamos a nadie más? Te adoro. No soportaría perderte... ¿Cortarte el pelo? Ni se te ocurra. Así estás preciosa. Esa amiga tuya no tiene ni idea de lo que a ti te queda bien. De hecho, no la soporto. Siempre quiere sacarte de casa. No es culpa tuya que ella sea una desgraciada y no tenga a nadie que la quiera. Pero tú, sí. Tú me tienes a mí. Nadie te va a querer como yo... ¿Cansada? Porque tú quieres. En el trabajo te toman el pelo. ¿Que si deberías dejarlo? Por supuesto, por esa mierda de sueldo que cobras estás descuidando al niño...
"Sane sus propias heridas: sus hijos se lo agradecerán"
La terapeuta está especializada en el método de liberación de corazas, que recupera la posición natural del cuerpo y la energía perdida
¿Todos tenemos corazas?
A lo largo de nuestra vida, todos en menor o mayor grado hemos tenido experiencias que han provocado que nuestro cuerpo se haya cerrado y protegido para sobrevivir. Estas experiencias, en las que hemos podido pasar miedo, ira o tristeza, quedan impresas en nuestro cuerpo, y él no olvida.
¿La coraza como medio de protección?
Son encierros que continúan en nosotros de forma inconsciente y se manifiestan físicamente, en forma de dolor, enfermedad, o contracturas musculares crónicas, y psicológicamente: depresión, desgana de vivir, ansiedad…
¿Se pueden clasificar?
Las corazas de base son las más profundas. Se forman en edad temprana – pudiendo hacerlo en el útero materno, hasta los dos años - y físicamente se encuentran cerca de la columna vertebral, en la verticalidad de nuestro cuerpo. Las de identificación recubren las de base, envolviéndolas, como las capas de una cebolla.
¿Tantas capas como corazas?
Cada coraza envuelve a la siguiente. Podemos pensar en las muñecas rusas, las matrioskas, que al estar huecas por dentro, cada una alberga otra en su interior hasta llegar a la más pequeña. En nuestro caso, es la coraza fundamental. Cuanto más temprana sea la construcción de una coraza, más profunda estará localizada en nuestro cuerpo y en nuestra psique.
¿Y entonces?
El método de las corazas es un método de aproximación global al ser, que abarca todas sus dimensiones: física, psíquica, emocional y espiritual, entendiendo la espiritualidad como la unión profunda con uno mismo, con nuestra alma.
Una forma de conocerse a sí mismo…
La herramienta para experimentar esta aproximación es nuestro propio cuerpo, con quien establecemos un diálogo. Aprendemos a escucharle, a restablecer ese vínculo profundo que un día pudo haberse escindido. Cuando nos separamos de nuestro cuerpo, nos separamos de nuestros instintos, de nuestro lado salvaje, de nuestra animalidad.
¿De qué manera habla nuestro cuerpo?
Empieza con un pequeño dolor, una contractura leve, una bajada del sistema inmune que nos lleva a la cama con un resfriado. Pero la voz del cuerpo sube de tono, y llega un día en que de alguna manera nos hace parar, tras un accidente o una enfermedad grave.
Momento de plantearse cosas.
Hay que averiguar hacia dónde nos conducen los síntomas y luego plantear cambios en nuestra vida. A las personas que viven por y para los demás, un día el cuerpo puede decirles: párate y ocúpate de ti.
¿Cómo se manifiestan las corazas?
Normalmente las percibimos en forma de rigideces en nuestro cuerpo, dolores crónicos, o enfermedades graves. A nivel psicológico, como creencias limitativas y limitaciones internas, depresiones, angustia, y sintiendo una dificultad de vivir, permaneciendo en la supervivencia.
¿Qué factores influyen?
La manera en que hemos sido tratados de bebés, cómo hemos sido amados, el hecho de haber visto a nuestro padres amarse, la educación escolar…
¿Qué aconsejaría a los padres?
Los niños aprenden por osmosis, captando lo que ven en su entorno. Si los padres aprender a cuidar de sí mismos, ocupándose de su propio proceso vital, el niño suele tener menos problemas. Hay que dejar de trasmitir nuestras heridas a nuestros hijos. Animo a los padres y futuros padres a que se ocupen de sí mismos y sanen sus propias heridas. Sus hijos se lo agradecerán.
miércoles, 2 de febrero de 2011
PALABRAS CASQUIVANAS
LA POESÍA CONTEMPORÁNEA EMPIEZA EN MÍ
"LA POESIA CONTEMPORANES EMPIEZA EN MÍ"
La Nación, Santiago 28 de mayo de 1939
martes, 1 de febrero de 2011
EL VESUBIO DE TU VIENTRE
JUANMAROMO
LA NUEVA ESCLAVITUD
JUANMAROMO
LA CARCEL, MEJOR QUE LA CALLE
Carlos Carnicero Periodista
Este fin de semana he leído que en Japón se está produciendo un fenómeno inédito. Uno de cada cuatro ciudadanos que ingresan en la cárcel tiene más de 65 años. Y la razón no es otra que la generalización de un universo de indefensión de las personas mayores, que en realidad, con la expectativa de vida, no lo son tanto. Ocurre que estas personas ya jubiladas provocan su ingreso en prisión porque prefieren estar presas que en libertad: consideran que tienen mejor calidad de vida y menos soledad entre rejas que en la calle.
El procedimiento es sencillo: realizan hurtos y pequeños delitos no violentos que les garanticen una pena razonable para una estancia en la cárcel que consideran más confortable que el que hasta ahora era su hábitat natural. Los sociólogos japoneses han deducido que estas personas desarraigadas, solitarias y sin defensas en el mundo exterior, consideran que la prisión es el mejor hogar posible. En la cárcel trabajan seis horas al día, por lo que reciben una remuneración corta, pero real; hacen amistades que les permiten no estar solas y están fuera de un mundo de hiperconsumo inaccesible. Estamos hablando de la tercera potencia económica mundial. El tercer país más rico del mundo no puede ocuparse de las personas mayores, hasta el extremo de que estas consideran la cárcel la mejor residencia posible para sus últimos años de vida.
No pretendo establecer paralelismos demagógicos con el recorte de beneficios del Estado del bienestar en toda Europa y en España de una manera brutal y precipitada. Pero las doctrinas neoliberales que han contaminado a la izquierda con simplezas tan grandes como que «bajar impuestos es progresista» llevan a una incapacidad del Estado para satisfacer las necesidades de los más desprotegidos y redistribuir la riqueza disminuyendo las desigualdades. No sería ninguna tontería considerar que unos hechos geográficamente tan distantes empiezan a estar sociológicamente muy cercanos.
La rebelde ignorancia
La ignorancia se ha convertido en un valor para ciertos sectores de la población, no solo los jóvenes. Esa atracción se sustenta en múltiples causas. Desde las deprimentes expectativas laborales de miles de licenciados hasta la pérdida de autoridad de unos padres y de un profesorado cercado por las dificultades, sin olvidar el patético éxito mediático de esperpentos iletrados. En el bosque de motivos, quizá también haya un gesto de rebeldía. Un rechazo al pensamiento en la era del ocaso de las ideas. Lástima que, entre tanta ignorancia, se haya perdido también algo que sí sabían nuestros mayores, que solo en el conocimiento se encuentra la libertad.
lunes, 31 de enero de 2011
DEL AMOR AL ODIO
Discutimos, una vez más, una de tantas... Aquello que prometía ser la más apasionada de las veladas se quedó en intento. Me mordí la lengua, la misma con la que imaginé recorrer tu cuerpo y que ahora se rebelada contra mi cordura para evitar que mordaz, cruel y desenfadada evidenciara, a través de las palabras, todo el odio que intentaba contener dentro de mis puños cerrados.
Era uno de aquellos momentos en los que te odiaba tanto, uno de tantos...
Me miraste fijo y, como si se tratara de un código que habíamos creado con el paso del tiempo producto del desgaste de las palabras tantas veces repetidas, descifré el mensaje.
Me senté en la punta de la cama esperando escuchar el portazo. Y aunque no lo sabía con certeza, rogué que fuera definitivo.
Había pasado tiempo, demasiado tiempo... tanto que era difícil borrarlo todo con un arrebato de furia. Pero nunca habías logrado contener tus impulsos. De una forma casi enfermiza arrojabas cada objeto con el que habías intentado materializar tus sentimientos dentro de tu cartera.
Y así, arrasando con cuanto recuerdo se topaba en tu camino, creíste encontrar la forma de borrar recuerdos y sentimientos, aunque solo habías logrado despejar la mesa del living y unos cuantos estantes.
Siempre me habían gustado tus piernas, sobre todo cuando caminabas descalza. Me causaba gracia verte caminar de puntillas, haciendo equilibrio, intentando ganarle a la naturaleza aquellos centímetros que te había vedado. Sí, me gustaban tus piernas... unas piernas lo suficientemente fuertes y fibrosas para sostener aquella cadera curvilínea y prominente y los muslos firmes. Me gustaban tus piernas, y la forma en que girabas la cabeza para mirarme cuando te miraba cuando me dabas la espalda. Como si me hubieses descubierto en medio de una travesura, me sonreías y agitabas las pestañas. Entonces ya no podía contener mis deseos de llevarte a la cama.
La sensualidad de tus estudiados movimientos y de tus poses efectistas se diluía en ademanes torpes y en la indignación de tus palabras. No eran más que ofensas propias de una adolescente pero que el paso del tiempo las habían convertidos en armas letales contra mi virilidad. Entonces, ya no tuve más que ganas de dejarte partir.
Cerraste con dificultad el bolso cargado de momentos compartidos. Me pediste que te abriera la puerta porque ya no querías conservar las llaves del departamento. No hubo lágrimas, ni deseos de futuros prometedores, ni buenaventuras para los emprender nuestros respectivos caminos. Fue algo más bien rápido: te abrí la puerta, y evitando mirarnos a los ojos, atravesaste el umbral. No era necesario despedirnos porque estábamos seguros que la vida nos daría una nueva oportunidad.
Desde la ventana pude ver como sentada en el cordón de la vereda fumabas el último cigarrillo del paquete. Ahora que la furia te había abandonado para pasarle la posta al desarraigo, comenzaste a llorar. Eran lágrimas silenciosas que nacían fervientes, atravesaban lentamente tu rostro para morir, casi sin aliento, debajo de tu mentón. Alguna vez me había enamorado de esas lágrimas... aquella en la que te vi por primera vez, fumando y llorando en una esquina cualquiera por otro.
Muy a mi pesar comprendí que te amaba. Arrojaste la colilla del cigarrillo al medio de la calle, te secaste las lágrimas y te levantaste dispuesta a cruzar la calle. No podía dejarte ir y salí a la calle dispuesto a arrebatarle a la vida esa segunda oportunidad que me daría.
Un hombre aterrorizado, junto a un auto abollado y con el para-golpes delantero ensangrentado, intentaba darle explicaciones a un policía, mientras que unos cuantos vecinos intentaban reanimar aquel cuerpo tendido sobre el asfalto.
Te había dejado ir, y esta vez, la vida no tenía reservada para nosotros una segunda oportunidad.
http://cintia-enprimerapersona.blogspot.com/
BORRA A TU HIJO
Arráncate sus explicaciones eternas, sus confesiones, sus bromas, sus travesuras. Nunca ha jugado a esconderse bajo las sábanas, ni a darte un susto detrás de la puerta, no ha arrancado todos los capullos de aquella orquídea que tanto te gustaba, ni ha pintado de verde el sillón, no ha derramado el yogur en la alfombra ni te ha escupido en la cara la odiosa papilla de frutas. No ha reclamado el desayuno a las siete de la mañana de un domingo. Nunca te ha despertado a medianoche, entre llantos, porque un oso malo le perseguía. Tampoco se ha quedado dormido en tus brazos. Ni le has hecho cosquillas, ni te lo has comido a besos. Ni le has querido tanto que hubieras dado tu vida por él. Bórralo. Olvídalo. Arráncalo de tu mente y de tu piel. No ha existido. Nunca… No para ti.
La comadrona te dijo que había muerto. No te dejaron ver su cuerpo. Y te robaron la vida.