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lunes, 22 de septiembre de 2008

DIÁLOGOS CON VENUS


http://www.antoineart.com/nudes/love/images/passion.jpg

El cuerpo y el alma diluyen sus fronteras en el deseo, no aprendí lo que sentíais las mujeres cuando besaba vuestros fresones hasta que una lengua de mujer besó los míos , me encantan ver la desnudez de una mujer, sus hombros, su espalda, sus pechos recién florecidos, su vientre fértil, su sexo palpitánte... el amor es un canto limpio. etéreo, frutal , acaso fue la manzana que Eva ofreció y Adán no pudo resistir... yo tampoco cambiaría el edén por tan adorable fruta ...


Me encanta abrazar a la mujer por la espalda, besar sus hombros mientras mis manos acarician sus pechos con plenitud, recorrer con mis manos sus nalgas, si vientre y profundizar con mis dedos en su dulces fuentes. Nunca he bebido nada más exquisito que el néctar de una mujer en pleno orgasmo, y te aseguro que mezclado con el de un hombre no tiene parangón, ¿has probado alguna vez unos dedos recién salidos de tu nidito regado por el geiser del amor?...yo se los paso a mi mujer y los saboreamos con deleite...sugiéreme nuevos matices, en los pies, en el cuello....donde tu puedas imaginar.

Todo esta por llegar, cuando crees que no puedes gozar mas, el volcán del deseo entra de nuevo en erupción, por tus senos, tu vientre tu lengua tus labios... ¿cuantas veces eres capaz de retorcerte entre los espasmos?.. ¿Cuantos crees que puedes soportar?

jueves, 18 de septiembre de 2008

EL NECTAR DE VENUS



Me gustan los relatos sexys escritos por mujeres porque me ayudan a darles lo que desean, pero yo estoy seguro que tu agradecerías más unos dulcísimos besos en la boca, unas caricias tiernas entre los muslos, unos besos húmedos y cálidos en tus pechos y una lengua amorosa en tus pétalos desparramados. Me encanta libar el néctar de una flor recién abierta, gozo despertando el pistilo ardoroso que se retuerce en mi lengua mientras mis dedos paladean los pezones enhiestos como cumbres a conquistar, yo gozo y hago gozar a una mujer con mis palabras, con mi mirada, con mi lengua con mis dedos .
Todo mi cuerpo y el suyo es un mapa a explorar , ojos, orejas labios lengua, hombros, pechos, axilas, pezones y por ultimo con mi mástil ardiente que se retuerce en tu estrecha y cálida gruta, en tu boca jugosa... Te han besado alguna vez entre las nalgas?...recorriendo tu columna desde la nuca hasta la flor negra con la lengua?...has sentido la lengua recorriéndote los rincones mas secretos e inasequibles, las cálidas grutas de tus manantiales hasta hacerlos manar a borbotones el néctar de Venus?
Solo quien ha paladeado la magica mezcla de magma y agua, de semen y sabia en su boca, puede decir que ha paladeado el amor, lo has hecho tu ? responde si te atreves.


JUANMAROMO

jueves, 28 de agosto de 2008

LA SIRENA DE LAS AGUAS VERDES

Hace unas semanas, me retiré a mi refugio de Cadaqués, una vieja casita de pescadores en el camino de Port Lligat, un catre, un hogar con abundante leña … y toda la bahía a mis pies, el lugar es inhabitable cuando sopla la Tramontana, pero en los meses veraniegos es un auténtico paraíso.
Uno de mis grandes placeres, consiste en bajar a la pequeña cala de madrugada, y desnuda entregarme a los brazos de Neptuno. En las negras noches sin luna, el mar y el cielo se confunden en una inmensa negritud donde apenas las estrellas sirven de referencia cuando el cielo está limpio. La quietas aguas te acarician el cuerpo como unas cálidas manos , mientras te dejas acunar dulcemente por las plácidas olas.
Una noche, mientras retozaba, sentí como si unas manos de algas me abrazaran por la cintura, y me arrastraran con ellas a las profundidades. Luché desesperadamente por desasirme, pero en unos segundos, me vi sumergida en el fondo, inexplicablemente no tenía miedo, una intensa paz se apoderó de mi alma, mientras perdía la noción del tiempo.
Desperté en el seno de una gruta marina, una luz difusa iluminaba las paredes con una claridad espectral, no podía creerlo, pero allí estaba yo, respirando bajo las aguas como si de una sirena se tratara.
De repente, un cálido y viscoso abrazo, me rodeó por completo. Cada poro de mi cuerpo era lamido por mil amorosas lenguas, mis pechos se irguieron y los pezones, florecieron como capullos de rosas. Sentí esa sensación arrebatadora, enredarse por entre mis nalgas y ascender por los muslos buscando mi cueva más secreta. Desde la planta de los pies hasta los cabellos millones de ventosas microscópicas me besaban, el placer se hacía insoportable por momentos. Cuando creí no resistirlo más, me sentí penetrada por ambas puertas a la vez, mis fuentes de goce hervían como geisers. Al punto de perder el sentido, descendía la marea y así una y otra vez hasta que el cráter de mi sexo estalló como un volcán arrasándolo todo.
Amanecí en mi cama empapada, las sabanas con perfume de algas, se arrastraban por los suelos mientras todo mi cuerpo temblaba de placer con tan solo el recuerdo.
Hace unos días me encontraba indispuesta, unos mareos y un sabor extraño en la boca, me hicieron acudir al médico, tengo los resultados en la mano, no hay ninguna duda, estoy embarazada, pero… ¿de qué, o de quien?.

SHEMIRRAMIS

lunes, 11 de agosto de 2008




El Parte


Las últimas mil trescientas siete cenas que habían compartido juntos, siempre habían seguido el mismo guión: Marta en la cocina, Pedro poniendo la mesa. La televisión encendida, como música de fondo. Marta no recordaba ni una noche sin aquel sonido. De hecho, casi ni recordaba como era la voz de su marido, siempre tan callado. Nada hacia presagiar que aquello cambiaría. No tuvieron hijos que los sacaran de la rutina. No hubo madres ni padres mayores que atender, ambos llegaron al matrimonio huérfanos. Nunca, tampoco, habían cenado fuera de casa, si acaso salían a comer o, sí era cumpleaños de alguno, iban al merendero, pero a las nueve -como muy tarde- volvían a casa, puntuales a ver el parte. Salvo lo sábados, que al irse a la cama, se daban tres besos. Así pues, aquella noche de martes, era como otra cualquiera.

Pedro se sentó a esperar su plato. Entonces, Marta apareció delante de él, pero no traía las viandas en la mano, sino un alegre picardía rojo. El pelo suelto y una mirada de leona que cegó al miope de su marido. Con la punta de su delicado pie, Marta tocó la entrepierna de Pedro, quién, sorprendido, no acertaba ni a hablar, ni a moverse, ni a respirar. Ella se contoneaba, moviendo las caderas y rozando con su boca, la boca de él. Le cogió la mano y le chupó cada uno de sus dedos, erótica a más no poder. Los ojos de Pedro se abrieron enormes y ella aprovechó que también abrió la boca, para meter uno de sus pechos en espera de su lengua. Pedro se estremeció. Entonces, con decisión, fue a bajar la cremallera: su marido tenía listo lo que ella tanto necesitaba. Se montó en él. Cabalgó hasta el éxtasis. Él, inmóvil, la dejó hacer. Una vez terminaba la faena, Marta, desconcertada por la actitud de su marido, se despegó de él, que no se había movido ni un ápice.

Se fue a la habitación, se puso el vestido que tenía preparado para el domingo. Apagó la luz de la cocina. Apagó el televisor. Cerró la cremallera de su marido. Cerró los ojos de Pedro y llamó a urgencias. Marta se sentó a esperar, mientras se juró a si misma que, nunca más, cenaría con la televisión encendida.


http://lacomunidad.elpais.com/grupis/2008/8/11/cuento-chino-21#comment_form

martes, 24 de junio de 2008

FANTASIA





El repiqueteo de los tacos -que marcaban el ritmo de los pasos apurados y en contramarcha- se diluyó en el momento justo en el que el quejido de la madera me dejó adivinar que ya estabas sobre la cama. Después llegaron hasta mis oídos susurros que, a fuerza de contener la respiración, se transformaban en gemidos apagados. Podía escuchar los golpes de la cabecera tu cama al golpear contra la pared de mi cuarto. Comenzaban lentos y poco a poco se aceleraban hasta alcanzar un ritmo constante.
La sonoridad de tus noches de pasión me producían un extraño y, hasta el momento, desconocido placer. Y era tal la intensidad que, medianera de por medio, podía escuchar tu respiración acelerada y profunda. Había aguzado tanto el oído, en pos del infinito placer que me producía, que alcanzaba a escuchar el chasquido de tus labios al recorrer su cuerpo.
Cuando los golpes contra la pared se detenían me quedaba en silencio para escuchar el preciso instante en el que exhalabas con la intensidad de una tormenta tropical, vehemente y estrepitosa; y sin poder evitarlo, yo también me dejaba arrastrar por aquella corriente huracanada.
Y así fue como noche a noche aprendí a alimentar mi fantasía, a inventarte un rostro, a recorrer tu silueta que se me antojaba exageradamente voluptuosa y por demás curvilínea. Y tan perdido estaba en tu rítmica respiración acelerada, que olvide llamar a Virginia.
Los días interminables morían en noches húmedas de las que me apoderaba sin permiso. No sabía de tus párpados cerrados, de tu lengua asomándose entre tus labios humedeciéndolo todo, de tus caricias incesantes, de tu piel suave... Pero sabía que le suplicabas al oído que te hiciera suya, que podías suspirar y reír al mismo tiempo y que respirabas profundamente hasta ahogar los gemidos.
Caminaba por la calle mirando al piso intentando no vulnerar el anonimato de los casuales transeúntes que se cruzaban en mi camino. Prefería que siguieran siendo eternamente desconocidos. Como vos, la desconocida que cada noche alimentaba mi fantasía. Y al recordar tu voz entrecortada apuré el paso para llegar antes a mi casa. No sé en que momento deje de caminar rápidamente para correr a toda velocidad, pero recuerdo el momento en el que me vi obligado a detener la marcha. Fue un sollozo, un llanto contenido y profundo, un pedido de consuelo en silencio. Estabas sentada en el cordón de la vereda conteniendo las lágrimas. Me senté a tu lado, te sequé las lágrimas suavemente con las yemas de los dedos. Tus párpados se cerraron y no pude evitar besarte en los labios.
Me tomaste de la mano y me pediste que te acompañara hasta tu casa. Y por primera vez en mucho tiempo anochecía y yo no estaba encerrado en mi cuarto inmerso en el más absoluto silencio. Te besé en cada esquina, te acaricié en cada umbral en penumbras te dije cuanto te deseaba al oído.
Buscabas las llaves dentro de tu bolso y ambos nos sorprendimos cuando el que abrí la puerta fui yo. Subimos al ascensor, te pregunté en qué piso vivías y me estremecí con la respuesta. Tu puerta estaba junto a la mía. Eras la mujer que había imaginado cada noche desde hacía un año.
Me encerré en mi departamento, prendí la radio y subí el volumen. Mientras la música sonaba frenética comencé a hurgar dentro de los cajones de los muebles, en la pila de papeles sobre la mesa, entre las página de los libros a medio terminar. Y mientras rogaba que no fuera demasiado tarde,
intentaba recordar donde había guardado el número de teléfono de
Virginia.

CINTIA LEPERE

viernes, 20 de junio de 2008

ETERNAMENTE VIRTUOSA




Me dejé llevar. Fue un momento debilidad. Comenzaste a besarme cariñosamente en los labios, luego apasionadamente en el cuello hasta que las caricias se convirtieron en un intercambio de deseo mutuo. Entonces dejé que de a poco tocaras mis muslos por debajo del vestido. Pero en medio del arrebato de pasión asomó la vergüenza, y entonces asustada tome tus manos y las apoyé sobre mi falda, donde pudiera verlas. Pero tus labios tenían un efecto poderoso que lograban hacerme perder el pudor. Descubriste mis senos y comenzaste a acariciarlos, con la misma técnica con la que me habías besado. Primero delicadamente, para segundos después darle rienda suelta a la pasión. Entonces los apretabas hasta donde sabías que el placer se convertía en dolor; y allí te detenías para volver a empezar. Te sacaste la camisa, y aunque me debatía entre mis deseos y los prejuicios, dejé que me quitaras la ropa simulando una estúpida resistencia que te animaba a convencerme para que te dejara desvestirme.
Y así, desnudos y desprejuiciados, despojados tanto de ropa como de vergüenza dejé que me recostaras sobre la cama de aquella húmeda habitación de ese hotel de mala muerte.
Tu lengua recorría cada rincón de mi cuerpo encendiéndolo, despertándolo... La habilidad con la que tus dedos fácilmente encontraban el lugar donde llegaba a estremecerme se contraponía con la torpeza de mis manos inexpertas, que dóciles esperaban que las guiaras con las tuyas a alguna parte desconocida de tu cuerpo...
Sabía que llegaría el momento en el que me tomarías, y con la autorización de un permiso casi implícito a causa de la desnudes y los besos de común acuerdo, me arrebatarías mi virginidad. Ya no podría reclamarte nada. En un segundo aquello que había guardado como un tesoro se lo daría como una ofrenda a aquel hombre, que con apasionada obstinación recorría mi cuerpo con su lengua y sus dedos.
Pero la duda llega en los peores momentos. Nunca con anticipación, con un tiempo prudencial para dejarnos pensar. Y la duda llegó, en el peor momento.
Me incorporé tan rápidamente que no te di tiempo a que me sujetaras para impedir que me levantara. Con la promesa de regresar pronto te abandoné allí tendido en la cama con una expresión mezcla de confusión y odio.
Me encerré en el baño. Tomé un toallón y cubrí mi cuerpo avergonzado y aún sacudido por tantas sensaciones desconocidas. Me lavé la cara con el agua turbia y helada que salía del lavamanos y comencé a pensar como escapar de aquel lugar resguardando aquello que era mío y que no estaba dispuesta a dar. Podría haber entrado nuevamente a la habitación para explicarte que no era el momento, que no estaba segura, que necesitaba tiempo; pero unas cuantas caricias tuyas me hubieran devuelto a la cama sin más.
Observé la ventanita entreabierta ubicada frente a la ducha y luego de un rato de cálculos a ojo me convencí que podía pasar por aquella abertura. Primero las piernas, luego me sentaría sobre el marco, apoyaría los pies y una vez afirmada deslizaría lentamente el resto del cuerpo. Después era cuestión de tomar el primer taxi que pasara y huir lejos y avergonzada, lo más rápido posible.
Golpeaste la puerta del baño. Ante la falta de respuesta de mi parte intentaste abrirla, pero yo había tenido la precaución de cerrarla con llave. Me preguntaste varias veces si me sentía bien, si me pasaba algo... Me mantuve en silencio acrecentando tu incertidumbre, entonces comenzaste a forcejear con la manija. Acorralada pasé rápidamente las piernas al otro lado de la ventanita. Me senté sobre el marco y me deslicé para hacer pie.
Un golpe seco y terminante se fundió con los gritos desesperados de los casuales transeúntes y el ladrido de los perros. Derribaste la puerta con una brutalidad masculina sensual en esencia, pero la prueba de tu virilidad llegó a destiempo. Mi cuerpo desnudo, aún virtuoso, se encontraba tendido e inmóvil sobre la acera.

Cintya Lepere

lunes, 16 de junio de 2008

SUEÑOS HÚMEDOS



Cada noche me acerco a tu verja, silencioso, callado, y atisbo entre las tupidas cortinas, por encontrar un hueco y saborear tu prohibida desnudez, empujo la ventana con miedo y lleno mi alma con tus aromas, cálidos, voluptuosos, húmedos.

A veces sorprendo tu mirada burlona que busca mis ojos con una mezcla de provocación y chanza, porque sabes que sufro y te gusta hacerme sufrir. Te sueltas el pelo mientras palpas ante el espejo tus senos maduros y altivos, después las manos se deslizan voluptuosamente resbalando por el monte encantado y se complacen acariciando tu fruta prohibida como invitándome a probar de su deliciosa pulpa.

Entonces me escondo y salgo corriendo como un niño mirón y me refugio en mi cuarto tejiendo sueños imposibles, esperando que llegue de nuevo la noche, para volver a soñarte con los ojos abiertos....

JUANMAROMO

sábado, 31 de mayo de 2008

AGUJERO NEGRO



El sol de medio día se filtra por entre las rendijas de la persiana, despierto lentamente apurando sorbo a sorbo la copa del recuerdo…

Habia sido una de nuestras noches de amor y fuego, empezamos con el último beso y sin darnos cuenta entramos en un torbellino de caricias que nos abduce como un agujero negro a una dimensión donde el tiempo y es espacio desaparecen, y solo quedamos nosotros atrapados en un cosmos de infinita ternura.

Allí está ella perfumando la estancia, apenas velada con una camisa blanca que realza aún más su belleza. Me encanta admirar su desnudez mientras duerme, sus hombros torneados, su cuello firme, sus pechos amasados una y mil veces por mis manos a mi imagen y semejanza. El vientre cóncavo y femenino me desliza hacia su monte, poblado por una selva de irrepetible textura. Me paseo por los muslos cálidos y poderosos, de una increíble suavidad, como columnas de un mármol orgánico que se abren al calor de mis besos.

Me acerco a besar su delta, y en ese momento comprendo que ya estoy perdido, el aroma enloquecedor de su polen penetra en mi cerebro mientras siento la llamada del deseo susurrarme desde las profundidades de su cáliz. Los pétalos me atrapan como una deliciosa dionaea para devorarme, y yo me deslizo hacia el fondo aún sabiendo que no podre liberarme jamás….

JUANMAROMO

viernes, 23 de mayo de 2008

EL BOSQUE DE CRISTAL



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El tiempo se ha ido ya, y la oscuridad se ha presentado mientras espero otra vez día tras día poder volverte a encontrar en este bosque de cristal.

Hoy estaba dispuesto a darte todo de mí, el cuerpo, mi sexo, mi placer, sentirte mía con tu mirada, tenerte prisionera en esta lejanía, sumergiéndote en mí.

Y solo me quedan los recuerdos.

Quería verte ahí en tu espacio de colores, en ese bosque encantado de cristal con todo su resplandor, mientras observas las cristalinas aguas en el río que transcurre sin prisas y que compone con sus sonidos música para los dos.

Cierro los ojos y aun sigo recordándote ahí desnuda sobre el manto de colores, con el reflejo del sol sobre ti, tumbada mientras te acaricias en tu desnudez al tiempo que observas en el agua mi figura desnuda, excitado por el placer que me produce tu imagen, intentando alcanzarme con tus manos pero sin poder traspasar la fina capa cristalina que nos separa. Me haces sentir prisionero en la distancia, ahogándome en mi placer.

No paro de recordar tus manos perdidas en tu cuerpo, tus piernas abiertas, tu sexo chorreando humedad como si fueras el afluente de mi río, y yo observándote a través del cristal de agua, viendo tu figura diáfana sin poder tocarte y sin poder salir a la superficie para exhalar tu aire.

Leo en tus labios el sabor del placer, mientras con tu mirada me das el éxtasis incontrolado y yo me ahogo en el.

Hoy, ayer y mañana deseo salir de aquí, compartir tu goce y sólo puedo alcanzarlo sumergiéndote en mi pensamiento.

LORD FEY

martes, 25 de marzo de 2008

EL BOSQUE DE CRISTAL


El tiempo se ha ido ya, y la oscuridad se ha presentado mientras espero otra vez día tras día poder volverte a encontrar en este bosque de cristal.
Hoy estaba dispuesto a darte todo de mí, el cuerpo, mi sexo, mi placer, sentirte mía con tu mirada, tenerte prisionera en esta lejanía, sumergiéndote en mí.
Y solo me quedan los recuerdos.
Quería verte ahí en tu espacio de colores, en ese bosque encantado de cristal con todo su resplandor, mientras observas las cristalinas aguas en el río que transcurre sin prisas y que compone con sus sonidos música para los dos.
Cierro los ojos y aun sigo recordándote ahí desnuda sobre el manto de colores, con el reflejo del sol sobre ti, tumbada mientras te acaricias en tu desnudez al tiempo que observas en el agua mi figura desnuda, excitado por el placer que me produce tu imagen, intentando alcanzarme con tus manos pero sin poder traspasar la fina capa cristalina que nos separa. Me haces sentir prisionero en la distancia, ahogándome en mi placer.
No paro de recordar tus manos perdidas en tu cuerpo, tus piernas abiertas, tu sexo chorreando humedad como si fueras el afluente de mi río, y yo observándote a través del cristal de agua, viendo tu figura diáfana sin poder tocarte y sin poder salir a la superficie para exhalar tu aire.
Leo en tus labios el sabor del placer, mientras con tu mirada me das el éxtasis incontrolado y yo me ahogo en el.
Hoy, ayer y mañana deseo salir de aquí, compartir tu goce y sólo puedo alcanzarlo sumergiéndote en mi pensamiento.

J.Krane

viernes, 29 de febrero de 2008

DULCE VENGANZA


 
Se que no debía haber mirado a aquella rubia recalcitrante que se exhibía impúdicamente en la puerta de la disco, pero aquellos muslos largos y torneados que alcanzaban las puntillas de las braguitas me hipnotizaron sin remedio. 
Cerraste de un portazo y saliste corriendo después de lanzarme una mirada mortal de necesidad, sabía lo que me esperaba al volver a casa, así que me entretuve tomando unas copas.
Cuando me di cuenta eran las dos de la madrugada, abrí la puerta  con sigilo esperando encontrarte dormida, pero no, me estabas esperando velada por un camisón de seda negra que contrastaba con el rosado de tu piel, mostrando la suavidad de tus muslos y marcando las orgullosa belleza de tus senos. Sabía que estaba a punto de caer en tu trampa, que la venganza sería terrible, pero morir de amor es una dulce muerte, acerqué mis labios a los tuyos... tu aliento era cálido y voluptuoso. De repente tus dientes se clavaron salvajemente en mis mejillas bajando lentamente hasta mi boca. El combate fue intenso, mis colmillos acariciaban el lóbulo de tus orejas, tu cuello aprisionado por mi boca luchaba por zafarse, mientras mis manos te quitaban el camisón. Me quedé deslumbrado por tu belleza, momento que aprovechaste para contraatacar y masacrarme las orejas con tus dulces bocados, todo mi cuerpo temblaba de pasión y de rabia. Te besé los ojos, te mordí el cuello desde la barbilla hasta la nuca locamente , luchamos a muerte en una guerra de besos y suaves mordiscos mientras nuestras lenguas desbocadas hacían el amor dentro y fiera de la boca. Cuando tus dedos pellizcaron mis pezones  al borde del dolor, todo mi cuerpo se retorció en un divino espasmo , te así por detrás frotándome por tus nalgas mientras mis manos amasaban tus pechos sin piedad y mis dedos pellizcaban tus fresones, que se revelaban altivos.
Por un momento, mi barita acaricio tu caja negra.... tus jadeos me excitaba aun mas , te volteé y froté mi ariete entre tus pechos sintiendo la inmensa suavidad de su piel envolviéndolo todo, cuando mi mano se adentro, tu cáliz ya derramaba, toda la sábana estaba empapada de tus jugos. Te mordisquee los pechos con infinito cuidado, pero con una cierta dosis de sadismo, los sentía palpitar bajo mi lengua furiosa como conejitos mimosos, luego mi boca bajo hacia tu sexo húmedo y ardiente, mordí tu monte con furia mientras recorría tu guayaba una y otra vez. Monté sobre ti dejando mi juguete al alcance de tus labios , tus labios empezaron a enredar con él  volviéndole loco mientras yo mordía con furia tus petalos de fuego llenando mi boca de tus jugos salvajes, tus dedos masajeaban mi niño de arriba a bajo sabiamente arrancándome estertores  mientras yo acorralaba a tu pequeñito acariciándole ferozmente su punta endurecida. Cuando tu lengua alcanzó la cima, creí volverme loco, pero lo peor estaba por llegar, toda mi golosina fue engullida por un golpe de tu sabia lengua en el mas maravilloso de tus besos, mis dientes enloquecidos atacaron ferozmente tu pequeño osito que temblaba de miedo y lloraba de gusto ante mis embates, cuando el fin era inminente, me di la vuelta, y me introduje sin piedad en tu dulce morada, con locura furiosa, nuestros cuerpos jadeaban y chillaban de gusto salvaje mientras seguíamos destrozándos amorosamente... por un momento te encorvaste y tus dientes se clavaron en los míos, mientras un grito de placer escapaba de todo tu cuerpo, yo seguía penetrándote una y otra vez , de repente algo estallo en mi cuerpo y en mi mente, y un volcán inmenso surgió de mis entrañas inundándolo todo, sentí como me vertía dentro de tí mientras mis sentidos enloquecían de un placer desbocado y tu aullabas ante mis últimos embates, cuando caí destrozado entre tus brazos el mundo había desaparecido, solo estábamos tu y yo. Seguimos besándonos y mordiéndonos dulcemente durante horas hasta que Morfeo, celoso nos sumergió entre sus oníricas olas. 
Cuando desperté, me encontré la cama vacía, y una nota en la mesita de noche que decía: "No me esperes, esta noche la batalla será en otro campo y con otro contrincante"

lunes, 25 de febrero de 2008

FUEGO EN EL CUERPO

…….El LECHO ES CÁLIDO Y PERFUMADO, Y TUS NEGROS CABELLOS, CONTRASTAN CON EL INMACULADO BLANCO DE LAS SABANAS, UN LIGERO CAMISÓN, SUBRAYA TUS MÁGICOS PERFILES .... BESO CON DELEITE EL NACIMIENTO DE TU CUELLO, EL SUAVE NACIMIENTO DE TU PELO, TUS HOMBROS AMOROSOS, MIS LABIOS JUGUETEAN EN TUS COSTADOS, Y MI CÁLIDA LENGUA RECORRE LENTAMENTE TU ESPALDA, MIENTRAS TU TE REMUEVES Y LANZAS SUAVES RONRONEOS, MI BOCA SE APODERA DE TUS LABIOS ENTREABIERTOS Y LOS BESA CON INFINITA TERNURA,Y MI LENGUA, SE DESLIZA SUAVEMENTE EN BUSCA DE LA TUYA.
MIS MANOS YA BUSCAN ENTRE TU ESPESURA LA FUENTE DEL PLACER,Y TUS OREJITAS SON PRESA FACIL DE MI LENGUA, TU RESPIRACIÓN SE AJITA, MIENTRAS MIS MANOS SE SUMERGEN EN EL MAR DE TU DESEO QUE SE ENCRESPA EMBRAVECIDO, SIENTO TUS PEZONES CLAVARSE EN MI PECHO, Y TUS SENOS, DUROS Y ARDIENTES OFRECERSE LOCAMENTE A MIS LABIOS, QUE LOS RECORREN CON ARDOROSA FURIA, MI LENGUA LAME SUS ALMENAS CON INDESCRIPTIBLE PLACER, MIENTRAS TUS GEMIDOS ME ENARDECEN TODAVÍA MAS, TUS MUSLOS ARDEN DE DESEO, MIENTRAS MI BOCA BAJA A SU ENCUENTRO Y MI LENGUA LOS RECORRE DESDE EL ENVÉS DE LA RODILLA HASTA EL NACIMIENTO DE LAS NALGAS, UNA Y OTRA VEZ PROVOCANDO TUS TEMBLORES DE GUSTO, CUANDO MI LENGUA SE ZAMBULLE ENTRE TUS AGUAS Y BUCEA BUSCANDO EL CRÁTER DEL AMOR, TODA TU ERES UNA BRASA, TU CUELLO, TUS PECHOS, TU VIENTRE, AL ROJO VIVO DELATAN QUE EL PLACER TE EMBARGA, POCO A POCO ME PIERDO EN TUS HONDURAS, MIENTRAS MI DEDO, ACARICIA TU DULCE PUNTITO, ENTRO DESPACITO, SINTIENDO MILÍMETRO A MILÍMETRO EL BESO DE TU SEXO A MI TEMBLOROSO ARIETE QUE CREE MORI DE PLACER, EMPIEZO A MOVERME MUY DESPACIO, SINTIÉNDOTE DESDE LO MAS PROFUNDO HASTA ACARICIAR TUS PEQUEÑOS LABIOS CON SU CABECITA, BESO TUS PEZONES CON LOCO PLACER Y MI RITMOS E ACELERA PRÓXIMO YA A LA LOCURA TOTAL, NOTO COMO LA FIEBRE NOS INVADE, LOS BESOS LOS GEMIDOS LOS GRITOS DE AMBOS SE ENREDAN EN UNO SOLO, CUANDO EL VOLCÁN ESTALLA , YA SOMOS UN SOLO CUERPO, ABRAZADOS EN UN ABRAZO INFINITO ÚNICO TOTAL, MIENTRAS MI SANGRE SE MEZCLA CON LA TUYA EN LA MAS HERMOSA DE TODAS LAS CEREMONIAS SAGRADAS, LA CEREMONIA DEL AMOR.

miércoles, 20 de febrero de 2008

EL JUEGO DEL AMOR




El amor no pide permiso, es como un ladrón que se cuela por la puerta trasera y te encuentra durmiendo en tu cama, te ata de pies y manos sin que te despiertes, y te desnuda.
Primero goza de tu hermosura, huele tu aroma, descubre tus más recónditos secretos, luego, con una pluma de ganso, suave y perfumada, acaricia tus axilas, tu te remueves temblorosa pero aun dormida, luego la pluma, sube por tus pechos, y alcanzan la dulce cima de tus almenas, allí se recrea en cada repliegue, hasta que se vuelven claveles reventones y pasa sin piedad de uno a otro mientras te retuerces de placer sin saber que te está pasando.
Luego se desliza por tu vientre, se arremolina jugueteando con tu ombligo y se adentra en tu negra y tenebrosa selva en busca de tus labios mas secretos, allí juega con ellos haciéndoles cosquillas, hasta conseguir la mas tierna, dulce y cálida de las sonrisas, y entonces, solo entonces, se sumerge en busca de tu tierno botoncito, lo acaricia hasta que despierta de sus sueño y levanta su dulce cabecita, tu mientras tanto, estremeciéndote de placer, pero aun dormida, te retuerces entre las sabanas sin querer despertar.
Cuando el amor deja su pluma, y ase con sus labios a tu pequeño, una corriente de gusto te recorre el vientre, los pechos, los muslos y los sentidos hasta que tienes que abrir los ojos para no morir de placer.... ¿Ha sido todo un sueño? quizás, pero, ¡quien pudiera soñar asi cada noche, todas las noches!

lunes, 18 de febrero de 2008

¿TE APETECE UN MASAJE?

Y ahora, si me lo permites, te voy a hacer un masaje relajante, túmbate de espaldas en la alfombra, eso es, acércate un poco mas al fuego, no quiero que te enfríes, ponte cómoda y relájate, voy a calentar mis manos en la lumbre...Perfecto, pon los brazos pegados al cuerpo, respira hondo pero despacio, así, ahora mis manos van a acariciar tu cuello, por encima de los hombros, el dedo pulgar, te relajará los trapecios, y las palmas de mis manos ablandaran los músculos tensores.... estas algo tensa, tienes la espalda demasiado dura, voy a darte un masaje intenso en ambos lados de la columna, la braguita hasta aquí, eso es, que quede libre la zona sacra, comienzo a frotar suave pero enérgicamente de abajo a arriba, mis dedos, cuentan tus vertebras y las masajean para separar el musculo de hueso, ahora empiezas a relajarte, ya hemos llegado a las dorsales, ahora están mejor, tu respiración se hace mas pausada, pero tus cervicales, siguen tensas, voy a introducir mis manos, por entre tus axilas, voltéate con cuidado, perfecto, ahora vamos a continuar con el masaje frontal,
apoya los hombros en la alfombra, relájate,... eso es, mis manos van trabajar tus clavículas y tus pectorales, ... tienes unos pectorales perfectos, fuertes y tensos, vamos a estimularlos, levantas el pecho y alivian la carga de la espalda, ahora froto con suavidad tus pectorales, no no te preocupes si te escitas, es normal y forma parte de la terapia, entrégate y déjame hacer a mi, te voy a poner una crema, que dará mas tersura a la piel de tus pechos y fortalece el musculo, vas a sentir calor, pero no te preocupes, si quieres puedes suspirar, sobre todo no te cierres, respira en el pecho,,,, asi si, es normal que los pezones se ericen, pero no tengas miedo, no le voy a hacer daño, un simple masaje en la areolas con el pulgar, para relajar la tensión, ahora bajamos a vientre, ...esta perfecto, plano y duro, bastaran unas fricciones con esta crema para que parezca el vientre de quinceañera, bájate la braguita hasta la pelvis... mejor quítatela porque te incomoda, eso es, relájate, si notas que tienes sudoraciones, taquicardia, o que tienes ganas de gritar, hazlo, no te preocupes, esto está muy aislado y no te oirá nadie, ahora friccionamos el interior de los muslos con fuerza, subimos hacia la pelvis y hacemos un suave masaje en la zona interior, tranquila ya te he dicho que es normal que sientas mucho calor, eso quiere decir que el masaje hace su efecto, ahora vamos a trabajar el monte de Venus y la comisura de la pelvis, perfecto, abre un poco mas la piernas... eso es ahora mis dedos estimularán tus labios menores .. que si puedes gritar si quieres, pero aun no hemos acabado, ahora lo más fuerte, vamos a rebajar la tensión de la zona interior del abdomen, una rápida y suave fricción con ambos índice en el interior de la vagina.... mas fuerte, mas rápido. ¡BIen!
grita con toda tus fuerza, estremécete, no te cortes muerde si quiere mi mano, no me haces daño..... Estupendo, ¿a que ahora estas mucho mejor?, a ver tu espalda.... perfecta, ahora si que esta liberada y relajada, descansa un poco y puedes vestirte, mañana haremos otra sesión. ¡hasta mañana!

Juanmaromo