jueves, 15 de enero de 2015

CASINO ROYAL

En 1974, el barril de Brent se disparó tras el bloqueo de la OPEP causando una de las crisis más graves tras la segunda guerra mundial, la inflación se disparó, los precios crecían por horas y la carrera con los salarios se desbocó, aunque como siempre, los sueldos se quedaron en la cuneta. Desde hace unas semanas el precio del barril a descendido a menos de la mitad y sin embargo, la economía no se ha recuperado, el desempleo sigue incontrolado. los precios no caen en picado e incluso nos amenazan con un agravamiento de la crisis, ¿nos toman por tontos o es que realmente solos tontos?.
Los depredadores son expertos en pescar a río revuelto, con la excusa de la subida del crudo multiplicaron los precios, los combustibles subían a mayor velocidad que el petróleo, mientras gas y electricidad batían récords día a día. Todo se disparaba, el precio del transporte, de la alimentación, de los servicios, era una coartada ideal para enriquecerse a toda costa, en dos años los barrios residenciales y las urbanizaciones de lujo se multiplicaron por toda nuestra geografía, mientras la cola del paro y de los albergues se hacían interminables, los sueldos se desplomaron y los miles de familias perdieron su hogar ¿os suena?.
En el otro extremo del ciclo, el péndulo amenaza con golpear las mismas cabezas, ahora es la deflación la que nos asedia, los precios se estancan, el consumo no despega, la inversión se enquista y los salarios se limitan a vivaquear, pero mientras en los años 70 el abanico salarial se abría entre el uno y el cien, durante el 2.014, ha alcanzado el increíble ratio de 1/1000, en las grandes corporaciones y entidades financieras, hay ejecutivos cobrando mil veces más que un trabajador de base, nominas superiores a los diez millones de euros anuales ya no son una excepción, y todo ello sin contar las pensiones millonarias o las tarjetas opacas.
Lo que está claro es que nos estamos jugando la vida con tahúres que se guardan barajas enteras en la manga, cambian las reglas del juego a mitad de la partida mientras sus matones uniformados nos amenazan ante la más minima protesta con arrojarnos fuera del casino donde reina el llanto y crujir de dientes, no puedo por menos que recordar un juego con el que de niños, intentábamos engañar a nuestros amigos, era el juego del cara o cruz, "Si sale cara gano yo, y si sale cruz , pierdes tu"
JUANMAROMO

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