martes, 1 de octubre de 2013

ESPAÑA EN RUINAS

Cuando una familia tiene problemas financieros, lo primero que hace es reducir los gastos no imprescindibles, viajes, restaurantes, y costes de representación. Se controlan las compras y se busca la máxima rentabilidad a los ahorros intentando alcanzar la excelencia en la relación calidad precio. Se negocia con los proveedores bajadas de tarifas si ello es posible y se establecen unos baremos de supervivencia con el fin de sobrevivir a la crisis, pero a nadie se le ocurre sacar a los niños del colegio ni racionar la comida de los abuelos.
Hay partidas que son insobornables, como la enseñanza o la sanidad, nadie dejará de ir al médico o comprar medicinas a no ser que sea materialmente imposible, nadie dejará de mandar a sus hijos a la universidad por mantener un coche de lujo o costearse un crucero, pero eso es lo que está haciendo este gobierno.
Los presupuestos suntuarios no hacen más que aumentar, sueldos de los políticos, coches con chofer, facturas telefónicas millonarias y banquetes a cargo del presupuesto. Se dilapidan millones en publicidad institucional, que no deja de ser propaganda encubierta y se pagan proyectos ruinosos, aeropuertos vacíos y autopistas deficitarias que tienen que ser rescatadas de la quiebra con dinero público.
Para pagar todo este despilfarro se piden créditos que luego se financian saqueando los presupuestos de sanidad, enseñanza e investigación y reduciendo a la miseria a los mayores, sin embargo miles de millones se pierden en la catacumbas vaticanas cada año sin que nadie mueva un dedo para evitarlo.
Un país es una gran familia, pero este gobierno la dirige como si fuera un parque temático, un mundo de cartón piedra en el que todo se mantiene en equilibrio inestable, cada vez más inestable. 
Con una juventud sin futuro, una madurez en el paro y la gente mayor manteniendo a la familia con sus pensiones, esta familia va directa al desahucio y a la desintegración, porque en la ruina, ya estamos.
JUANMAROMO

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