martes, 27 de agosto de 2013

FASCISMO EN DEMOCRACIA


El fascismo, como la violencia, no tiene colores ni sexo. El fascismo es el desprecio de la condición humana, la prepotencia racial, cultural o económica, la opresión  de las minorías y la explotación de las clases trabajadoras bajo el yugo de banderas o ideologías.
Hubo fascismo en el nazismo, en el estalinismo y lo hay también en este gobierno al servicio del capital, todos los totalitarismos han tenido sus Gulags y sus Mauthaussen, sus Valles de los Caídos o sus cajeros saturados de indigentes, todos los fascismos han intentado uniformar religiones, idiomas y culturas para crear individuos masificados y manipulables.
Uno de los `pilares del fascismo es la propaganda y eso lo saben muy bien los caudillos, la televisión, la prensa y la radio se han convertido en la voz de su amo repitiendo consignas hasta la saciedad.  Cuando la policía ataca a manifestantes pacíficos, cuando el poder amenaza a un pueblo con el ejército, cuando la justicia es un instrumento en manos del capital, la democracia tan solo es un pellejo bajo el cual se incuba la serpiente del nazismo.

Es terrorífico ver a la juventudes del partido en el poder airear svasticas,  y cruces gamadas con el brazo en alto, pero lo es más aun verlos insultar a unos mayores que piden justicia, apalear a personas sin techo o torturar animales para su placer malsano, si estos alevines llegan al poder, me temo un regreso al futuro que puede llenar España de sangre, no hay elección posible, o ellos, o nosotros.

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