miércoles, 8 de abril de 2009

TIEMPO DE SILENCIO



Llegó el momento de tomar un respiro. Tras un trimestre duro y deslucido, La Semana Santa nos sirve de excusa para hacer un paréntesis y escapar de la vorágine, amarrar en un puerto tranquilo donde reparar las cuadernas y remendar las velas desgarradas por el temporal.

Un balneario en pleno bosque, aguas termales y senderos de montaña son el remedio ideal para los males del alma, un lugar donde relajarse, y saborear el tiempo y la buena mesa, donde devolver al amor esa parcela de vida que cada día le vamos arrebatando.

Como siempre, me acompañará mi oficina móvil, os habéis hecho tan imprescindibles que no puedo dejaros en casa ni siquiera por unos días, y cada noche, antes de nuestra sesión de mimoterapia, pasaré a dejaros mis impresiones del día y algunas fotos para que os hagan compañía.

Supongo que la mayoría de vosotros aprovechareis la ocasión para levantar el vuelo hacia paisajes más cálidos. Os deseo un viaje agradable y una estancia enriquecedora para el cuepo y para el espíritu.

Hasta siempre, amigos.



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