Tu desnudez es la llama que ilumina mi alcoba,
tu cuerpo se cimbrea al soplo de mi aliento
y tus ojos como brasas hipnotizan las sombras.
Me acerco sigiloso y acaricio tu espalda
mientras mis manos amasan la brevas de tus senos.
Tu piel emana su perfume impío
que me impregna, me arroba, me emborracha,
mientras tu grupa se recrea azuzando mi estribo.
El péndulo se atora entre tus muslos
y el sol detiene su carrera
eclipsado por tus lunas de plata
mientras el magma bulle entre tus simas
y su lava desborda arrasando la selva.
Ciego a todo lo que no seas tú
me derramo en tu delta
uncido al yugo de tus labios,
al potro de tu vientre
al filo de tus pechos,
y nuestras sangres se mezclan
en la umbría caldera de tu entraña
como un místico efluvio
que gotea en mi boca su maná de vida.
Nuestra piel transparente nos hermana,
ya no somos tu y yo, somos nosotros
abrazados en un lecho de espumas
compartiendo el aliento y la palabra
fundiendo nuestras almas en un soplo
más allá de la vida.
JUANMAROMO