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miércoles, 3 de junio de 2009

AZAR




Al caballero de la espada toledana…

Después de cinco intensos meses de encontrarse en el chat, ella le propone quedar en un restaurante del centro. Sabe que al otro lado de la calle hay un bar de barrio, discreto y oscuro, desde el que se ve perfectamente la entrada al lugar. En caso de no gustarle lo que ve, tiene una buena vía de escape.

Él acepta enseguida. Conoce el sitio y sabe que puede tener controlada la llegada de ella desde el bar de enfrente. Por si acaso, se dice.

Ella llega diez minutos antes de la cita y se sitúa en un extremo de la barra. Pide una copa de vino tinto y mira —concentrada— a todos aquellos que entran al restaurante de enfrente: cinco ejecutivos; una pareja; tres amigas; pero, ningún hombre solo.

Él pide una copa de vino blanco. Se sienta en una pequeña mesa, al lado de la ventana. Es justo la hora, pero no ve entrar a ninguna mujer sola al lugar de su primera cita. Cierto nerviosismo se apodera de él. Mira el reloj: las tres en punto. Apura el vaso de vino y se acerca a la barra a pedir otra copa. Parece calmar un poco su ansiedad.

Ella revisa su móvil: ni una llamada perdida, ni un mensaje y ya pasan diez minutos de la hora. Pide otra copa de vino. Se levanta para recoger el bolso que se le ha caído. Un hombre distraído tropieza con ella, le pide perdón.

Él vuelve a su sitio. El perfume de la mujer con la que ha tropezado se le ha quedado impregnado en el olfato: es un aroma muy agradable, seductor. Aparta la vista de su punto de mira y se fija en ella: le gusta lo que ve.

Sus miradas se encuentran.

Ella pide la cuenta. Es inútil esperar más, ya pasan más de cuarenta minutos de la hora acordada. Asume que le han dado el plante.

Él se acerca hasta ella y pide al camarero dos copas más: “un blanco y lo qué esté tomando la dama”.

Ella le mira y le sonríe, mientras piensa: “Bueno, tampoco tiene porque acabar mal la tarde…”

Él y Ella brindan por su fortuito encuentro: ¡Por el azar! … más no saben por qué, pero tienen la sensación de conocerse desde hace tiempo…


http://lacomunidad.elpais.com/grupis/2009/6/2/-p-class-msonormal-st

jueves, 28 de mayo de 2009

INGENIERIA FINANCIERA

En una pequeña ciudad todos tienen deudas y viven a base de créditos.

Un buen día llega a la ciudad un forastero y entra en un pequeño hotel con encanto. Pide una habitación, y la recepcionista le pide una T-Visa o 100 euros como garantía o fianza, y el forastero entrega un billete de 100 euros.

El jefe del hotel agarra el billete y sale corriendo a pagar sus deudas con el carnicero.

Este coge el billete y corre a pagar su deuda con el criador de cerdos.

El gorrinero a su vez se da prisa a pagar lo que le debe al proveedor de pienso para animales.

El proveedor coge el billete al vuelo y corre a liquidar su deuda con la prostituta a la que hace tiempo que le debe un servicio. (Cómo será la crisis, que hasta la prostituta ofrece servicios a crédito).

La prostituta coge el billete y sale para el pequeño hotel donde debía la habitación de los últimos trabajos a algunos de sus clientes.

En este momento baja el forastero, que dice que no le convence la habitación, recupera el billete y se va de la ciudad.

Nadie ha ganado un duro, pero ahora toda la ciudad vive sin deudas y mira el futuro con confianza.

lunes, 4 de mayo de 2009

LAS HUELLAS DEL DESTINO





Esta historia me la ha contado un amigo de la mili con el que hace años no tenia contacto. Casualmente hace unas semanas entró en el blog y me reconoció. Se puso en contacto conmigo y me propuso publicar su experiencia. Este relato lo hemos escrito mano a mano, aunque él me rogó que por razones obvias, matuviera su nombre en el anonimato.

Era la noche de fin de año, Silvia y yo habíamos salido a celebrar la entrada del año, un 600 trucado con el que me gustaba encandilar a mis ligues era nuestra montura. Cenamos en un rincón encantador de Sitges, una exquisita cocina y una mesa en un romántico reservado, al lado de "la llar de foc". Una botella de reserva, un cava exquisito para el postre y un par de whiskies de malta con hielo me sumieron en estado eufórico en el que últimamente me instalaba a menudo. Tras una velada inolvidable, decidimos pasar el resto de la noche en mi casa, ya que mis padres no regresarían hasta pasado año nuevo. Arranqué el coche haciendo rugir el motor casi a escape libre.

- Por favor, no corras, me dijo, has bebido mucho- y me acarició con una dulce mirada no exenta de temor.

Ataqué las cuestas de El Garraf en plan rally, tenía prisa por llegar a casa y hacer el amor a aquella preciosa niña con la que me acababa de prometer. En una de las curvas, algo falló, de repente me quedé totalmente a oscuras, antes de que pudiera reaccionar, el coche comenzó a dar vueltas y un golpe en la cabeza me dejó aturdido.

Abrí los ojos y me encontré a la entrada de un túnel luminoso. Una inmensa paz me embargaba, como si me hubiera desprendido del cuerpo. Busqué a Silvia con la mirada, y la encontré a punto e cruzar el dintel, me saludaba con la mano y pude captar una expresión de intensa felicidad en su rostro. Corrí para llegar a su lado, pero antes de que pudiera alcanzarla, el tunel se esfumó y yo me quedé envuelto entre la niebla. Me encontré solo vagando entre un mar de nubes cenicientas. De repente, toda mi vida paso por mi mente como una película a cámara rápida, mi nacimiento, mi niñez, los momentos más importante de mi existencia…

De repente comprendí que estaba muerto, recordé el accidente y ví dos cuerpos ensangrentados entre las rocas, mientras las sirenas sonaban enloquecidas en lo alto del acantilado. Ví como unos hombres bajaban hasta el acantilado e izaban los cuerpos. A mí me metieron en una ambulancia que arrancó a toda velocidad con la sirena aullando, mientras el cuerpo de Silvia, se quedo tapado con una manta al pie de la carretera. Perdí el sentido, cuando desperté, estaba en una habitación, intubado y aislado tras una ventana de cristal. No podía moverme pero oia a la gente hablar y a pesar de no poder abrir los ojos, veía la escena con toda exactitud.

Mis padres lloraban en la sala de espera, mientras el cirujano les comunicaba que me encontraba en un coma profundo. De nuevo me desvanecí y volví a encontrarme frente a la puerta dorada. Intenté cruzarla pero no podía moverme y una negra desesperación me invadió. De repente una voz dulce vomo una caricia me susurró.

-No ha llegado tu hora, regresa con los tuyos, te están esperando, no les hagas sufrir más-

Pero- ¿Y Silvia?- ¿Dónde esta Silvia?, pregunté destrozado.

-No sufras por Silvia, ella encontró la paz eterna, cuando llegue el momento te estará esperando…

De repente abrí los ojos, me vi en la cama rodeado de mis padres y de mi hermano pequeño, todos lloraban y reían a la vez, por fin había regresado.

A las pocas semanas salí del hospital, pero mi vida era un infierno, las noches las pasaba soñando con Silvia, y los dia no paraba de recriminarme haberla matado, me fui sumiendo en un profunda depresión, dejé de comer y caí postrado en la cama.

Estaba dispuesto a morir de inanición para poder encontrar a Silvia y reunirme con ella para siempre. Una noche mas negra de lo habitual, cuando ya había perdido el norte y la esperanza, una luz intensa, se abrió ante mí, y de ella emergió cono una virgen la imagen de Silvia. Me miro con unos ojos de inmensa dulzura.

–No te culpes, amor mío, tu solo fuiste el instrumento del destino, yo debía morir aquella noche y en aquel momento, pero tú tienes muchos años de vida por delante. Donde yo me encuentro no existe el tiempo, vive tu vida con amor y al final del camino, yo te estaré esperando con los brazos abiertos, y entonces nada ni nadie podrá separarnos-.

Quede profundamente dormido. Al día siguiente me levanté como un hombre nuevo. Sabía que jamás estaría solo y que todo aquello que siempre me había preguntado era una maravillosa realidad.

Tengo 58 años, dos hijas y cuatro nietos, adoro a mi mujer que supo llenar el vacío de mi alma con la inmensidad de su cariño, le conté todo desde el principio. Ella sabe que siempre compartirá mi amor con Silvia, pero también sabe que mi amor es tan inmenso que en mi corazón siempre habrá un inmenso refugio para las dos.











lunes, 27 de abril de 2009

Y DIOS CREÓ A LA MUJER

Cuando Dios decidió crear a la mujer, encontró que había agotado todos los materiales sólidos en el hombre y no tenia más de que disponer. Ante este dilema y después de profunda meditación, hizo esto:
Tomó la redondez de la luna, las suaves curvas de la olas, la tierna adhesión de la enredadera, el trémulo movimiento de las hojas, la esbeltez de la palmera, el tinte delicado de las flores, la amorosa mirada del ciervo, la alegría del rayo del sol y las gotas del llanto de las nubes, la inconstancia del viento y la fidelidad del perro, la timidez de la tórtola y la vanidad del pavorreal, la suavidad de la pluma del cisne, y la dureza del diamante, la dulzura de la paloma y la crueldad del tigre, el ardor del fuego y la frialdad de la nieve.


Mezcló tan desiguales ingredientes, formó a la mujer y se la dio al hombre. Después de una semana vino el hombre y le dijo: Señor, la criatura que me distes me hace desdichado, quiere toda mi atención, nunca me deja solo, charla intensamente, llora sin motivo, se divierte en hacerme sufrir y vengo a devolvértela porque NO PUEDO VIVIR CON ELLA. Bien, contestó Dios y tomó a la mujer.


Pasó otra semana, volvió el hombre y le dijo: Señor, me encuentro muy solo desde que te devolví a la criatura que hiciste para mi, ella cantaba y jugaba a mi lado, me miraba con ternura y su mirada era una caricia, reía y su risa era música, era hermosa a la vista y suave al tacto. Devuélvemela, porque NO PUEDO VIVIR SIN ELLA.

martes, 31 de marzo de 2009

EL GÉNESIS BINARIO







Al principio Dios creó el bit y el byte, y de ellos creó el registro. Y hubo dos bytes en un registro, y nada más existía.

Y Dios separó el uno del cero, y vio que esto era bueno.

Y Dios dijo: Hágase el dato. Y así sucedió.

Y Dios dijo: Que los datos vayan a su correspondiente lugar. Y creó los disquetes, discos duros y los CDs.

Y dijo Dios: Háganse los ordenadores, así habrá lugar para poner los disquetes, discos duros y CDs. Así Dios creó los ordenadores y los llamó hardware.

Y no había software aún. Pero Dios creó programas, pequeños y grandes... Y les dijo: Vayan y multiplíquense por sí mismos y llenen toda la memoria.

Y dijo Dios: Crearé al programador. Y el programador hará nuevos programas y gobernará sobre los ordenadores, programas y datos.

Y Dios creó al programador y lo puso en el centro de datos.

Y Dios le mostró al programador el árbol de directorios y le dijo: Puedes usarlo todo, pero NO USES Windows...

Y Dios dijo: No es bueno para el programador estar solo. Tomó un hueso del cuerpo del programador y creó una criatura que buscaría al programador, lo admiraría y amaría las cosas que hiciera. Y Dios llamó a la criatura el usuario.

Y el programador y el usuario fueron dejados bajo el DOS desnudo. Y fue bueno.

Pero Bill fue más listo que todas las otras criaturas de Dios. Y Bill le dijo al usuario: ¿Realmente Dios te dijo que no ejecutaras ningún programa?

Y respondió el usuario: Dios nos dijo que podíamos usar cualquier programa y cualquier dato, pero nos dijo que no ejecutáramos Windows o moriríamos.

Y Bill dijo al usuario: ¿Cómo puedes hablar sobre algo que no has probado? En el momento en que ejecutes Windows serás como Dios. Podrás crear cualquier cosa que desees con un simple clic del ratón.

Y el usuario vio que los frutos del Windows eran buenos y fáciles de usar.

Así que el usuario instaló Windows en su ordenador y le dijo al programador que era bueno.

Y el programador empezó a buscar nuevos drivers. Y Dios le preguntó: ¿Qué buscas?
Y el Programador respondió: Busco nuevos drivers porque no puedo hallarlos en el DOS.
Y Dios dijo: ¿Quién te dijo que necesitabas drivers? ¿Ejecutaste Windows?
Y el programador dijo: ¡Fue Bill quien nos lo dijo!

Y Dios dijo a Bill: Por lo que hiciste serás odiado por todas las criaturas, y el usuario estará siempre descontento contigo.

Y Dios dijo al usuario: Por lo que hiciste Windows te decepcionará y se comerá todos tus recursos y siempre confiarás en la ayuda del programador.

Y Dios dijo al programador: Porque oíste al usuario nunca serás feliz. Todos tus programas tendrán errores y tendrás que arreglarlos hasta el fin de los tiempos.

Y Dios los echó del centro de datos y cerró la puerta y la aseguró con una clave.

jueves, 12 de marzo de 2009

MI ABUELA ES UN ROBOT



Mi abuela funciona a pilas. O con electricidad, depende.
Depende de la energía que necesite para lo que haya que
hacer.

Si la tarea es cuidarme cuando mis padres
salen de noche, la dejan enchufada. La sientan
sobre la mecedora que está al lado de mi
cama y le empalman un cable que llega hasta
el teléfono por cualquier emergencia.

Si en cambio va a prepararme una torta o
hacerme la leche cuando vuelvo del colegio,
le colocamos las pilas para que se mueva
con toda libertad.

Mi abuela es igual a las otras. En serio.
Sólo que está hecha con alta tecnología. Sin
ir más lejos, tiene doble casetera y eso es bárbaro porque se
le pueden pedir dos cosas al mismo tiempo. Y ella responde.

Mi abuela es mía.

Me la trajeron a casa apenas salió a la venta. Mis padres la
pagaron con tarjeta de crédito a la mañana, y a la tarde ya
estaba con nosotros.

Es que mi familia es muy moderna. Modernísima. A tal
punto mi mamá y mi papá están preocupados por andar a la
moda que no guardan ni el más mínimo recuerdo. De un día
para otro tiran lo que pasó a la basura.

A lo mejor es por eso, ahora que lo pienso, que tengo tan
mala memoria y no puedo acordarme entera ni siquiera la
tabla del dos.

Desde que la abuela está en casa, sin embargo, las cosas
en la escuela no me van tan mal.

Para empezar, ella tiene un dispositivo automático que
todas las tardes se pone en marcha a la hora de hacer los
deberes. Es así: se le prende una luz y se acciona una
palanca. Abandona automáticamente lo que está haciendo y
sus radares apuntan hacia donde estoy. Entonces me levanta
por la cintura y me sienta junto a ella frente al escritorio. Ahí
empezamos a resolver las cuentas y los problemas de regla
de tres. O a calcar un mapa con tinta china negra.

Aunque nadie se lo pida, mi abuela lleva un registro exacto
de mis útiles escolares. Por otro lado, le aprieto un botón de
la espalda y el agujero de su nariz se convierte en
sacapuntas. Le muevo un poco la oreja y las yemas de los
dedos se vuelven gomas de tinta y lápiz.

Tener una abuela como la mía me encanta. Sobre todo
cuando está enchufada, porque así puede gastar toda la
energía que se le dé la gana y no cuesta demasiado
mantenerla, como dice mi papá, que además de moderno es
un tacaño y sufre como un perro cada vez que a mi abuela hay
que cambiarle las pilas.

Casi todas las noches yo la enchufo un rato antes de irme
a dormir. Así me cuenta un cuento. O lo hace aparecer en su
pantalla para que yo lea mientras ella me acaricia la cabeza.

Sabe millones. Basta colocarle el disquete correspondiente
(porque también viene con disquetera) y en cuestión de
segundos empieza con alguna historia. Como es
completamente automática, se apaga sola cuando me
duermo.

Cuando mi abuela me cuenta un cuento o me canta
algunas canciones, yo me olvido de que es electrónica.

Más que nunca parece una persona común y silvestre. Y es
que además tiene una tecla de memoria que le permite
escucharme. Yo puedo contarle cosas y, oprimiendo esa tecla,
ella archiva toda la información: al final sabe de mí más que
ninguno.

Me gusta tener a mi abuela. Aunque salir a pasear con ella
me traiga algunos inconvenientes: los que no son tan modernos
como mi familia nos miran mucho en la calle. Y se ríen.

O quieren tocarla para ver de qué material es.

Ven algo raro en sus movimientos... o en su cara, no sé.

Creo que las luces que tiene en los ojos no son cosa fácil de
disimular.

A mí me encanta tener esta abuela.

Hace unos días, sin embargo, mi mamá dijo que quería
cambiarla por un modelo más nuevo. Dice que salieron unas
más chicas, menos aparatosas, con más funciones y a control
remoto.

La idea no me gusta para nada. Porque, aunque es cierto
que estoy bastante acostumbrado a los
cambios, con esta abuela me siento muy bien.

Las habrá mejor equipadas, ya sé. Pero yo
quiero a la abuela que tengo. Y es que,
aparte, cada vez me convenzo más de que
ella también está acostumbrada a mí.

A decir verdad, desde que en casa están
pensando en cambiar a la abuela, yo estoy
tramando un plan para retenerla.

Sí.

De a poquito la estoy entrenando
para que pueda vivir por sus propios
medios. Para que no deje que la compren y la
vendan como si fuera una cosa, un mueble usado.

Los otros días le desconecté la luz de los ojos y ahora le
estoy enseñando a ver. Vamos bien.

También le estoy enseñando a ser cariñosa sin el disquete.

Ésa es la parte que me resulta más fácil; a lo mejor porque
me quiere, aunque ella todavía no lo sepa.

Pienso seguir trabajando.

Mi objetivo es que aprenda a llorar. A llorar como loca. Y lo
más pronto posible, así el día que se la quieran llevar como
parte de pago para traer una nueva, el escándalo lo armamos
juntos
...

miércoles, 11 de marzo de 2009

LOS CLAVOS





Esta es la historia de un muchachito que tenia muy mal carácter.
Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavo 37 clavos detrás de la puerta.
Las semanas que siguieron, a medida que él aprendía a controlar su genio, lavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.
Descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta. Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día. Después de informar a su padre, este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban mas clavos para retirar de la puerta...

Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta.
Le dijo: "has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca mas será la misma. Cada vez que tu pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves."
Tu puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastara, y la cicatriz perdurara para siempre.
Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física.
Los amigos son en verdad una joya rara. Ellos te hacen reír y te animan a que tengas éxito.
Ellos te prestan todo, comparten palabras de elogio y siempre quieren abrirnos sus corazones.
Por favor perdóname si alguna vez deje una cicatriz en tu puerta.

lunes, 9 de marzo de 2009

LA CATACUMBA





Jean-Claude Romand, un tranquilo funcionario cuarentón de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se levanta aquel 9 de enero de 1993 más temprano que de costumbre. En vez de inspeccionar el césped que rodea su casita en Gex, una pequeña localidad situada a 17 kilómetros de la frontera suiza y a muy pocos más de Ginebra, mata a su esposa Florence y a sus hijos Aritoine y Caroline, de tres y siete años. Luego va a la casa vecina, la de sus padres, y también acaba con ellos. El perro tampoco escapa a la exigencia asesina del funcionario, que hoy, por una vez, no marcha puntual hacia la oficina, sino que prende fuego a las casas después de ingerir todos los somníferos que quedaban en un tubo.

Años más tarde, el 1 de enero de 2000, Enmanuel Carrére publica L'Adversarie, un libro en el que se habla de todo lo que sabemos de Jean-Claude Romand. Carrére, que es un novelista muy estimable, asistió al proceso de Romand, en junio de 1996, y desde un libro cuenta la historia de Jean-Claude Romand, que mató a su familia para no revelar lo que no era, entonces intentaba escribir sobre un personaje que no comprende.

Cuando Romand salió del coma en que le habían sumido los somníferos se encontró con un grupo de policías estupefactos: habían descubierto que Romand no era ni había sido nunca funcionario de la OMS. que nunca había terminado los estudios de medicina, que nunca había podido, pues, ejercer como médico, que no tenía trabajo alguno conocido y que su esposa, familiares y amigos estaban convencidos de todo lo contrario.

Durante 18 años de matrimonio, Romand había salido de casa cada día a la misma hora. Iba a una oficina imaginaria, que sólo existía en una postal, una crucecita puesta en una fachada con decenas de ventanas idénticas. La realidad era otra. Romand se subía al coche y se iba hasta un aparcamiento gratuito. Allí dejaba pasar las horas, dejaba que transcurriese la jornada laboral.

A veces imaginaba congresos y viajes al extranjero y eso le permitía regresar más tarde, dos o tres días después, tras visitar de manera compulsiva los sex shops o casas de masaje ginebrinas. "Una mentira, normalmente, sirve para recubrir una verdad, algo que puede ser vergonzoso pero es real. La mentira de Romand no ocultaba nada. Tras el falso doctor Romand no hay un auténtico Jean-Claude Romand", dice Carrére. En efecto, Jean-Claude Romand se metió en la piel de su personaje desde el momento en que no se presentó al examen de segundo curso de medicina. No lo dijo a sus padres para no decepcionarles y esa mentira exigió otras, una ficción completa, crear un personaje que sólo era su función social.

Romand creó durante 18 años una arquitectura social sobre el vacío más absoluto. Cuando una amante le reclamó el dinero prestado (nuestro hombre vivía del dinero que le dejaban sus colegas médicos para que él lo colocase en Suiza al 18%) todo el entramado se vino abajo. Pero Romand no quiso ver el terremoto en los ojos de sus padres, esposa o hijos.
Ni tan sólo en los de su perro. Por eso les mató.

La justicia condenó a Romand a 22 años de cárcel sin derecho a reducción de pena. El proceso sirvió para encerrar el enigma Romand en una celda, pero no para resolverlo. Carrére pone al desnudo la extraña relación entre la personalidad social y lo que queda de nosotros una vez privados de títulos, funciones y uniformes. Por eso el enigma Romand interesa a tanta gente, porque es un poco nuestro propio enigma.

jueves, 5 de marzo de 2009

EL SÉPTIMO DIA





Hace miles de años, dios entrego al hombre un paraíso. Selvas inmensas, bosques ubérrimos, aguas cristalinas. Millones de especies poblaban la tierra llenándola de vida y colorido. Le dijo ¡Crecer y multiplicaos!, todo esto que os doy será vuestro, solo os pido que no mordáis la manzana de la locura, y lo conservéis tal y como yo os lo he entregado.
Pasaron los siglos, y el hombre fue talando los bosques, quemando las selvas y envenenando el agua . Miles de especies desparecieron. La entrañas de la tierra sirvieron para esconder vertederos radiactivos y los fértiles campos acabaron cubiertos de asfalto o dejados al oscuro barbecho. Millones de maquinas envenenaban el aire y edificios gigantescos pugnaban por llegar al cielo. 
Cuando la madre tierra enfermó de gravedad, su fiebre produjo incendios dantescos, sus temblores terremotos y tsunamis, y sus erupciones, volcanes que lo arrasaron todo. Entonces el hombre llamó a dios entre sollozos... ¡oh señor! perdona mi soberbia y mi codicia, dame otra oportunidad y jamás volveré a cometer los mismos errores, he matado a la madre tierra y ella me arrastra consigo a la tumba.
El señor contestó. – Lo siento, pero ni yo puedo recrear lo que tu destruiste, te di un paraíso y has hecho de él un infierno, hice para ti seis creaciones, y las seis las arrasaste. Hoy es el Séptimo día.


jueves, 26 de febrero de 2009

UNA HISTORIA REAL

Empezó de aprendiz en un taller de electricidad, tenía solo catorce años, un año
limpiando el lavabo, haciendo recados y aprendiendo el oficio en horas perdidas.
A los quince cobró su primer sueldo, ¡Que alegría poder entregar esos cuatro duros a
la madre!,… en aquel momento tuvo conciencia de ser un hombre.
Trabajó once horas diarias por un sueldo de miseria hasta cumplir el servicio militar,
entregaba en su casa el sobre completo, y sus padres le daban una pequeña
asignación para los gastos.
Cuando se licenció encontró un buen trabajo, era un operario especializado,
trabajadory muy eficiente, pronto fue ascendido a encargado y el salario empezó a
ser importante.

Estudiaba en la escuela nocturna, mientras sus amigos se iban de juerga, él se
quedaba preparando los exámenes, a los dos años obtuvo el título de maestría
industrial.
Un domingo, conoció a una chica. Menuda, tímida, con una mirada dulce que le
hechizó el corazón, se hicieron novios y pronto planearon crear un hogar.
Trabajaba doce horas diarias para ahorrar la entrada de un piso, apenas gastaban,
los fines de semana salían a pasear por el parque, y en verano tomaban el sol en la
playa, a los cuatro años se casaron.
Un amigo le propuso montar un negocio, a pesar del riesgo se decidió y crearon una
empresa de instalaciones, pronto necesitaron ayuda y contrataron a otro especialista
para cumplir con los clientes.
Las cosas le iban bien, llegaron a tener diez trabajadores, y el piso iba pagándose
poco a poco, su vida familiar era apacible, no tenían hijos, pero nunca se sintió
desdichado por ello. Con el tiempo compraron una casita en la playa para retirarse
cuando fueran mayores.
Un día, ella cayó enferma, todo fue muy rápido. En unas semanas la enterró en su
pueblo natal y se concentró en el negocio. Trabajaba de sol a sol, sin que nada ni
nadie le importara, la empresa se convirtió en toda su vida.
Hace un año, comenzó la crisis, sus dos clientes más importantes empezaron a
retrasarle pagos, había comprado nueva maquinaria y necesitaba hacer frente a las
letras, así que hipotecó el piso y la torre, con ese dinero pudo pagar a sus
proveedores y seguir adelante.
Pero hace seis meses, su principal cliente se declaró en quiebra, le dejó a deber seis
meses de trabajo y todos los materiales que él había adelantado.
Intentó renovar el crédito, pero todo fue inútil, el banco, ejecutó el embargo de la
torre, y lasdeudas con los trabajadores, hacienda y seguridad social acabaron con su
patrimonio, el pisofue subastado y el se vio de buenas a primeras en la calle.
¡Cuantas veces le habían aconsejado que transformara su empresa en S.L.!, pero él
no quería complicaciones, confiaba en si mismo y en sus clientes.
Ahora vive en un banco del parque, cada día se asea en la fuente y sale a recorrer el
vía crucis, tiene cincuenta y ocho años y sabe que es casi imposible encontrar un
trabajo, perono desiste, planifica diariamente sus visitas y mientras tomamos una
cerveza, redactacurriculums que luego le envío por internet.
Se niega a ir a los albergues porque no se considera un indigente, va sobreviviendo
con unos ahorrillos que tenía bajo de la cama, a veces hace alguna chapuza para
alguien conocido,lo que le ayuda a mantener su autoestima, le he ofrecido mi ayuda,
pero sé que nunca la aceptará.
Ayer, mientras una lagrima furtiva se deslizaba por su mejilla, me confesó -¡Suerte
que Ana, no ha tenido que pasar por esto!, ella no lo hubiera resistido… Ni yo
tampoco.
Se levantó de la mesa, y me dió un abrazo, una corriente me sacudió la columna…
Este mediodía he ido a buscarle a la plaza, y no le he encontrado. Escribo desde la
terraza donde nos encontramos desde hace años para tomar unas tapas, es la
primera vez que no aparece sin dejar aviso, hace tres horas que le espero y el frio y el
miedo me están empezando a helar el corazón.

sábado, 21 de febrero de 2009

EL VIEJO



Un hombre viejo, enjuto, arrugado y gastado, intenta medir una cajonera que está en lo alto de unos estantes, en un hipermercado. Viste de gris apagado, como su mirada. No alcanza. Gira la mirada hacia todos los lados. Las personas pasan ignorándolo. Me acerco. ¿Le ayudo? Yo se la alcanzo. Le digo. La mide mientras lo observo. Apunta los datos en una libreta ajada, como él. Termina. Es que estoy en una residencia..., me dice. Tiene ganas de hablar. Los ojos llorosos. No debe hablar mucho, ni con nadie. Tal vez solo. Mi mujer se murió hace un año, la pobre… La soledad, el abandono. Apestados viejos. Esquivados. Expulsados. Ocultados. Tengo noventa y seis años. No los aparenta, le respondo, yo le echaba unos ochenta. Se ríe. Será por la vida que he llevado. Dura, muy dura. Me cuenta la guerra, su guerra. Le escucho. Sonrío. La vida al final te da lo que mereces. Pone a cada uno en su sitio. Te voy a dejar, me sigue diciendo, porque tendrás que hacer tus cosas. Me sonríe con más amplitud. Los ojos acuosos. Cálidos. Me siento bien. Dos horas de pie. Dos horas hablando. Gracias muchacho, que Dios te lo pague, me dice. A usted, ha sido un placer. Le contesto. Le tiendo la mano. Me la estrecha con fuerza y se acerca como para abrazarme. Le aprieto contra mi cuerpo. Calor humano. Veo como se aleja. Despacio. Se vuelve. La sonrisa en el rostro y unas lágrimas que se le escurren por las mejillas. Levanta la mano. Se gira y sigue andando. Me duele el alma. Sonrío mientras lamento su lamento en mi interior. Hoy ha sido un buen día.

Diego Jurado Lara

http://diegojlara.blogspot.com/





sábado, 7 de febrero de 2009

EL SISTEMA

La extorsion
el insulto
la amenaza
el coscorron
la bofetada
la paliza
el azote
el cuarto oscuro
la ducha helada
el ayuno obligatorio
la comida obligatoria
la prohibicion de salir
la prohibicion de decir lo que se piensa
la prohibicion de hacer lo que se siente
y la humillacion publica
son algunos de los metodos de
penitencia y tortura tradicionales
en la vida de familia
para castigo de la desobediencia
y escarmiento de la libertad
la tradicion familiar perpetua
una cultura del terror que humilla
a la mujer, enseña a los hijos a mentir
y contagia la peste del miedo.
Los Derechos Humanos tendrian que empezar por casa.

Eduardo Galeano

lunes, 2 de febrero de 2009

LAS PRIMERA VACACIONES





Wow, gracias mi amor, nunca he tenido unas vacaciones reales, cuando salimos mis padres nos llevan a lugares donde hay cocina y debemos lavar los trastes después de cada comida, levantar las camas, lavar los baños, bueno, igual que si estuviéramos en casa. De verdad, gracias. ¿y cuántos días estaremos fuera?.

- Siete

- Qué lindo ¿y dónde iremos?

- Te llevaré a conocer una nueva playa en el caribe. He reservado la mejor habitación del mejor hotel

- ¿Y ese hotel tiene todos los servicios?

- Todos, cuentan con el mejor Spa de América, sistema intergaláctico de televisión. El Chef fue campeón en el torneo de "Alimente bien a su huésped y siempre será nuestro cliente". Pero lo mejor es el mar de tonalidades verde-azules igual que tus ojos, el clima es como tu pelo, la suavidad de la arena como tu piel. Te encantará, sobre todo que nunca has visto algo igual y las habitaciones cuentan con jacuzzi.

- ¿A los 20 años que se puede ver?

- Bueno, mis hijos conocen los mejores hoteles en los países más exóticos, pero ellos son hijos de papi rico y ya no saben darle valor a nada, están tan acostumbrados a esta clase de vacaciones que no aprecian, por eso quiero invitarte esta vez a ti, quiero que descubras de mi mano el caribe y el lujo, que te mereces.

- Gracias mi amor, ¿qué dijiste en tu casa?

- La verdad, que tengo un congreso en Cancún, y esta isla está muy cerca. La actividad sí se llevará a cabo pero nosotros aprovecharemos para ir a bucear, caminar de la mano por la playa bajo el resplandor de la luna, comer en los mejores restaurantes con vino traído desde los viñedos de Burdó.

- Ay mi amor, me haces tan feliz, estoy tan emocionada, en verdad, es la primera vez en mi corta vida que salgo de vacaciones y a un lugar así, es como un sueño, no conozco mas que la playa de Acapulco y en departamentos prestados, muy lejos de la costera y no por mas de 3 días, por supuesto que trabajando todo el tiempo en el aseo y atención de la familia.



El clima era el ideal para poder disfrutar del mar y la arena. Diez cascadas recorrían cinco kilómetros de piscina, la mejor comida realizada por el mejor chef del mundo, vinos chilenos y franceses. Los masajistas del Spa, especialistas entrenados en China.



- Entonces disfrutaste en grande tus vacaciones con la pequeña

- Imagínate, tan joven, tan bella, era su primer salida a este mundo cotidiano para nosotros pero inaccesible para ella.

- Lo habrá disfrutado enormidades

- Si como no, si nos ponemos a pensar que en su casa ella realiza el aseo, está por terminar la universidad y estudia hasta muy tarde, que tiene poco tiempo para divertirse y cero dinero para salir a ningún lado. Se la pasó tan bien con el sistema de televisión intergaláctica prendida de día y noche, pidiendo los alimentos a la habitación, que a mi me dio tiempo de estar en el área ejecutiva resolviendo todos la investigación en que estoy laborando. No miré un sólo día el color verde-azul del mar como sus ojos, ni sentí el templado clima como su pelo, ni me retocé en la suavidad de la arena de su piel, ni caminamos por la playa bajo aquella inmensa y hermosa Luna llena y por supuesto no utilicé ninguno de los quince condones que había comprado. Ella realizó su sueño, ver la televisión todo el día, acostada, sin tener nada qué hacer y yo descubrí el Genoma Humano.


Lina Zerón


CRÓNICA DE UNA OPERACIÓN ANUNCIADA

-“¿Porqué no me has escrito?”- Leí en mi correo un mensaje en tono de reproche.

- Deja decirte que apenas anoche llegué a casa, - escribí- me operaron, estoy bien, pero la cirugía se complicó mucho porque al abrir el vientre, rajada que tengo del ombligo a la pelvis, unos quince centímetros, el ginecólogo descubrió que los ovarios estaban a punto de reventar, negros como mi conciencia, supongo. Encontró una, y aquí van los términos médico-poéticos: “poliquistosis purulenta complicada con una quien sabe qué plastía, antesala del cáncer”, así que tuvieron que sacar matriz y ovarios y mientras me operaban, cosa que duró cerca de cuatro horas, comenzó a bajar mi ritmo cardiaco debido a la anemia profunda que padezco desde hace tanto tiempo, y las carreras para conseguir la sangre y luego el pinche tubo que tenía metido en la garganta para que pudiera respirar y no me asfixiara con mis "fluidos". No te imaginas la inflamación tan severa que traigo en el tracto respiratorio (ve con qué propiedad médica me expreso) y una rigidez maxilofacial ¿eh?... Total que cuando medio abrí los ojos en la sala de recuperación y escuché voces de médicos y alguien que pedía urgente me hicieran una BH, pues, no sabía qué me había pasado, supuse un accidente. El sueño volvió a atraparme. Al recobrar conciencia otros segundos, escuché que el doctor dijo, "ya la libramos", ahí confirmé que había chocado en el auto, pero luego, unos pasitos se acercaron a mi camilla, me tocaron el hombre y medio oí: "la vamos a llevar a su habitación". No sé cuánto tiempo habrá pasado. Yo seguía sumergida en un trance delirium-narcótico del carajo. Mi hermana me tomaba la mano diciendo: "tienes que incluir al dolor en tus días porque va a ser largo, visualiza la llama violeta" y todas esas cosas que utiliza en sus terapias. El dolor era de gritar en serio, de morderse un ovario, pero ya no tengo. Deliraba, pedía que colgaran el teléfono pero el ruido molesto provenía de la máquina que checaba mi corazón y controlaba las tres sondas que tenía repartidas en los brazos y vejiga. Hasta la noche al tratar de moverme y sentir una puñalada en las ex entrañas recordé que había llegado hasta ahí para ser operada de una histerectomía, que resultó completa.

Bueno, ya estoy aquí, el médico dice que la operación fue super a tiempo, que de no haberme intervenido ya, en un año estaría invadida de cáncer ¿cómo la ves? y todavía me preguntó ayer antes de darme de alta: -"¿vió sus ovarios y su matriz?"- no, le dije -"pues qué bueno porque estaban terribles. Me alegro haya tomado la opción de operarse tan a tiempo"-. Baboso, si no he hecho tanta presión para que fuera en "época navideña" fecha en que nadie quiere trabajar porque se van de vacaciones, la hubiera postergado dos meses, cruciales para que no me diera cáncer.

Me siento mejor, me quitaron todo por dentro (entiéndase aparato reproductor) y por fuera o sea las tres sondas distintas que tenía en los brazos y los chupones del pecho, hoy sé que voy a vivir más de dos años y tal vez bien, que debo tomar mucho hierro, hormonas para sustituir mis funciones normales, que soy otra, que he vuelto a nacer, que tengo una nueva oportunidad, tiempo para seguir soñando, para escribir y que Dios bendiga a los que viven conmigo por tener que aguantar mi prematura menopausia y rogar que las tres unidades de sangre que me pusieron no estén contaminadas.

Tres días después recibí la respuesta de mi amiga:

- “Querida amiga, ya ponte a trabajar que eso cura cualquier enfermedad. No debiste operarte en época navideña porque le has echado a perder las fiestas a toda tu familia. Qué egoísta eres.”

Después de leer semejante correo no tuve más que enviarle mis bendiciones para el año nuevo.

LINA ZERÓN

miércoles, 28 de enero de 2009

LA BOUTIQUE DEL AMOR


“¡Pase, pase a la Boutique del amor! Aquí encontrará todo lo que necesita” gritaba el merolico en pleno centro de la ciudad. “Aquí podrá comprar cartas de amor, ilusiones, juramentos”. Una mujer, atraída por los escaparates y la oferta entró a la tienda decorada en rosa, grandes y pequeños corazones, globos multicolores, besos pintados en los cristales, lencería atrevida, películas porno, tarjetas para toda ocasión y música romántica.

Recorriendo los pasillos se encontró con un joven apuesto, bigote y cejas pobladas, alto, nariz afilada y delgado. “¡Hola linda!...Lo que son las cosas. Creo que el destino quiso juntarnos hoy porque apenas te vi, mi cuerpo se estremeció todo”, lo miró como quien mira los números de un ascensor mientras se espera el piso deseado. El insistió: “Te juro que una fuerza sobrenatural ha impactado en mi esa enorme simpatía que desborda tu hermosa figura y creo, sin dudas, que estás hecha para mi”. “¿Quién es usted?” Preguntó con enfado, - “el vendedor estrella de esta Boutique del amor” - respondió. “Intente venderme algo que sane lo que me aqueja.”

“Le ofrezco este manualito para que conozca un poco más sobre usted y la persona que ama”. Comenzó a leer: “si la palma de su mano es ancha, quiere decir que usted es una persona favorable a la fecundidad”. Miró su mano, era delgada y angosta –por suerte- pensó. “¿se come usted las uñas?.. si lo hace, es seguro que también siente inclinación a morderse los dedos. Esto quiere decir que vive obsesionada con ideas fijas, o es carnívora, lo cual conspira contra su psiquis. Visite un psicólogo y se corregirá”. Sus manos estaban impecables, uñas largas, bien pintadas, sin tierrita y odiaba la carne tártara, suspiró.

-“No, no me sirve este manualito, ¿qué otra cosa tiene?”- inquirió la bella. -“puedo mostrarle este otro de consejos filosóficos que le ayudarán en el amor”-. Comenzó a leer: “Una mujer escoge novio del mismo modo que hace sus compras: el primer artículo que le muestran –lo deja visto- mientras busca otro mejor”. - creo que hay algo de razón en esto-, pero no creo que me sirva. El chico continuaba leyendo: “La mayoría de los enamorados pelean porque no saben discutir”. mmm, –cierto-, se dijo. “Uno de los principales problemas del momento es que diariamente nos enfrentamos a muchas tentaciones para caer en todas ellas” . Giró la cabeza para ver al vendedor estrella. Lo recorrió con desprecio, arqueando las cejas.

“En realidad busco algo especial, verá, para mi el camino del amor es mucho mas serio y complicado que venir a esta boutique que supuestamente te da todo sin errores y de manera eterna. Es saber que tienes corazón no sólo porque sientas los latidos. ¿No cree usted?”

Le mostraré algo que seguramente cambiará un poco esa manera de pensar tan femenina que tiene”, abrió el manual más antiguo que existía en la tienda. Lea, esto lo escribió una feminista como usted: “El amor es una comedia en un acto: El sexual”.

- Sigue usted sin comprender nada. Llegué hasta aquí por casualidad, el mal que padezco no tiene nada que ver con sus manuales a menos que cuente con algún vendaje, bandita, tratamiento, medicina para que una madre acepte el destino de un hijo con parálisis cerebral.” El hombre la siguió hasta la calle.

“¡Pasen, pasen a la Boutique del amor, aquí encontrará todo lo que busca!” gritaba el merolico en pleno centro de la ciudad.

Lina Zerón.


sábado, 24 de enero de 2009

MI MADRE




Ayer fui a visitar a mi madre para darle su regalo de cumpleaños; primero la busqué en su habitación, luego en el cuarto de lavado, fui a la cocina pero no estaba. La señora del servicio me dijo había salido a caminar. Fui a la verdulería, a la mercería, carnicería, y por último la vine a sacar de la Iglesia donde rezaba.

La llevé a casa, senté en la mesa del comedor y le di su regalo mientras ella recordaba mis travesuras cuando pequeña, sobre una amiga que la trató mal, de la cita con la tinturista del cabello que día a día le encanece. Miré sus manos repletas de diminutos pecas, su rostro con surcos de arado profundo y su figura ahora redondita. Busqué las llaves que tenía perdidas, sus gafas y la página del libro que estaba leyendo.

Qué importa que mi madre no recuerde las edades o los nombres de todos los nietos, si sigue siendo ese hermoso árbol que nos da sombra a todos.

Lina Zerón

MI MADRE





Ayer fui a visitar a mi madre para darle su regalo de cumpleaños; primero la busqué en su habitación, luego en el cuarto de lavado, fui a la cocina pero no estaba. La señora del servicio me dijo había salido a caminar. Fui a la verdulería, a la mercería, carnicería, y por último la vine a sacar de la Iglesia donde rezaba.



La llevé a casa, senté en la mesa del comedor y le di su regalo mientras ella recordaba mis travesuras cuando pequeña, sobre una amiga que la trató mal, de la cita con la tinturista del cabello que día a día le encanece. Miré sus manos repletas de diminutos pecas, su rostro con surcos de arado profundo y su figura ahora redondita. Busqué las llaves que tenía perdidas, sus gafas y la página del libro que estaba leyendo.



Qué importa que mi madre no recuerde las edades o los nombres de todos los nietos, si sigue siendo ese hermoso árbol que nos da sombra a todos.

Lina Zerón

viernes, 23 de enero de 2009

RAICES DEL DOLOR



La ausencia se genera a partir de dos, el que está ausente en cuerpo y el que siempre lo ha estado en de corazón. Es difícil pensar que después de treinta años el municipio de Tlalnepantla cortará, arrancará de raíz los dos árboles con los que crecí, dos enormes Ficus que plantaron mis antiguos vecinos, los que fueron dueños de mi casa y los de la casa contigua.


Ayer hablé con Claudia, la que pidió al Municipio que los quitaran porque “están muy altos, frondosos, chuecos, las raíces se están metiendo en su drenaje, botaron el pavimento de su acera, interfieren con la señal de Cable, los del teléfono, cuando hace viento se estremecen tanto que pareciera que se van a caer sobre nuestras ventanas”, me decía sus razones siempre arrugando el ceño, esquivando mi mirada, casi con coraje. Ella tan dulce espetaba: "mira, mira cómo han roto la calle", "eso está así desde hace diez años Claudia, siempre han estado rotas nuestras banquetas y nunca te había importado", respondí. "Es que no sé qué hacer. Se tapó la cañería, tuvo que venir un plomero y dice que son las raíces del Ficus", casi gritaba. "En mi casa también sucedió lo mismo, vino el plomero y destapó pero nunca dijo que fuera por el árbol", argumentaba yo en tono conciliador. "Estoy completamente sola y no sé que hacer", sus ojos comenzaron a brillar, a lagunear, a derramarse. "¿a qué llamas completamente sola?" inquirí, "Me estoy divorciando, no ves que ya se llevó su auto, que el jardín no se ha podado, que no sé que hacer?" sentí su saliva en mi rostro. "Ah, y por eso hay que arrancar todo de raíz, incluso los árboles que tienen treinta años fuera de nuestras casas, son casi de tu edad ¿ya de diste cuenta? tú sembraste con tus padres y hermanos éste árbol cuando quitamos todos nuestras Jacarandas porque esas sí que rompían el drenaje" casi supliqué. Su cuello comenzaba a humedecerse también, su rostro seguía fruncido, toda su cara era una mueca de enojo y desconcierto. "que los corten, están en mi acera, ya los marcó el municipio, que los tiren, que los poden de raíz", lloraba. "Sí qué pena, ya vi, les pusieron una H, no sé que quiera decir pero parece una suástica de muerte. Ya lo decidiste, acabarás con ellos. Los mandaste matar, tal vez eso calme un poco tu dolor y coraje. Cuando vengan los del municipio diles que no dejen ni un trocito de raíz porque ellos son capaces de renacer, son muy nobles, luchadores, no se dejan vencer con tanta facilidad, mientras tengan por dónde brotar, no importará cómo. Estás en tu derecho, es tu árbol y tu hacer. Si necesitaras algo o tu hijita, cualquier cosa, la que sea, no dudes en buscarme, vivimos pegaditas".
La abracé. "No me comprendes, tú lo tienes todo, no sabes lo que es estar completamente sola", volteaba el rostro hacia el suelo. "Se de lo que me hablas Claudia, hay una persona en mi vida que está cortando las raíces de nuestra amistad con serruchos de silencio y hachas de indiferencia y no por eso arrancaré el Pino que está fuera de mi casa. Él y yo seguiremos luchando por mantenernos en pié y vivos mientras mi amigo se esfuerza por desaparecerme de su vida. Se lo que es el abandono porque tengo cuatro años sufriendo gotero de esa enfermedad, ya casi me acostumbro pero si permites que maten nuestros árboles, ellos nos recordarán siempre que hay fuerzas más grandes que la nobleza y el amor, que pueden destruirlo todo, sólo se necesita una H roja en sus troncos y trocitos de silencio e indiferencia".
El viernes muy temprano vinieron los del Municipio a podar el árbol, un mes después Claudia se reconcilió con su esposo y juntos plantaron un nuevo Ficus en el mismo lugar donde murió el otro. El árbol nuevo nació con una H en el tronco y con nada han podido desaparecerla.
Lina Zerón