sábado, 18 de mayo de 2024

"LA LEGÍTIMA"

 


Eran una pareja trabajadora, tras cincuenta años de esfuerzo e ilusiones, habían criado a sus hijos dándoles la carrera que ellos deseaban, tenían unos buenos ahorros a base de prescindir de los superfluo y con mucha ilusión habían comprado una casa preciosa donde poder disfrutar de su retiro.

Al cabo de unos años, el marido falleció y se quedo ella sola con una pensión con la que apenas podía sufragar los gastos.

A pesar de los consejos del notario, los hijos no renunciaron a “La legítima”, con lo cual, ella no podía pagar una asistenta que le ayudara a mantener la casa en condiciones, aduciendo que si no podía valerse por sí sola ingresara en una residencia; a pesar de los ruegos y peticiones, no consiguió ningún tipo de ayuda para poder asegurarse una vida digna.

Pasaron los años y ella se las ingenió para mantener su casa como nueva y que no le faltara de nada, incluso se pudo permitir algunos viajes, también se ganó el cariño de sus nietos con sus mimos, cuidados y regalos.

Cuando la vida le concedió libertad absoluta, los herederos fueron a reclamar la herencia y se encontraron con la sorpresa de que la casa ya no estaba en el patrimonio familiar y que los nietos eran los herederos universales, la madre harta de sufrir privaciones y antes de ingresar en una residencia, contrató un “vitalicio” con el banco, este le pasaba de por vida una pensión mas que suficiente para vivir como se merecía a cambio de que a su muerte, la casa pasaría a ser propiedad del banco;                 de nuevo volverían a disfrutar de “la legitima”

A veces “la avaricia rompe el saco” negar a una madre la herencia de todo lo que se había ganado en su vida es un pecado que a veces exige una durísima penitencia.

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