Segun ustedes, bautizar a los recién nacidos no es adoctrinar, educarlos en colegios religiosos no es adoctrinar, enseñarles una historia falsa, imperialista y filofascista, no es adoctrinar, llevarlos a los toros a las cacerías y al boxeo no es adoctrinar. Adoctrinar según su credo, es enseñar a tus hijos la lengua de su tierra aunque no sea la tuya propia, adoctrinar es enseñarles a defender sus derechos como ciudadanos libres y educarlos en la solidaridad en el respeto a los animales, el medio ambiente y a la naturaleza en general. Pues bien, yo confieso que adoctriné a mis hijas y que ellas a su vez, adoctrinan a los suyos. Me declaro culpable de haberles enseñado a distinguir "las voces de los ecos" y de haberles inculcado que la libertad no es hacer lo que uno quiere si no jamás rendirse ante la adversidad, la represión y la injusticia y sobre todo a defender su dignidad y sus principios sin pisotear los de los demás.
Señor Ribera, me declaro culpable de algo que usted y sus secuaces jamás entenderán, de educar a mis hijas en la libertad y el respeto a sí mismas, a su gente y a sus semejantes sean del color, el idioma o la cultura que profesen, si esto se considera un delito, me siento en el banquillo de su teatrillo judicial y estoy dispuesto a contestar todas las preguntas que ese tribunal de marionetas tengan a bien formularme, eso sí, siempre y cuando saquen a ese gropusculo de fascistas que han admitido en su pantomima.
Atentamente. Jose Luis Posa
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