viernes, 3 de mayo de 2013

EL REGRESO

Vienes a mí como un perro rastrero
meneando el rabito
babeando tequieros
con los ojos llorosos
y el tiñoso pellejo.

Vienes a mí como un niño ratero
a esconderte en mi falda
a abrigarte en mis pechos
a pedir que perdone
tus cornadas de fuego.

Vienes a mí como un viejo apestoso
con la piel putrefacta
los bolsillos vacíos
con las manos temblando
y el orgullo perdido.

¿Pero no eras tan macho?
¿pero no eras tan hombre?
¿donde está ese ganado
del que hacías alarde?
¿donde están esas hembras
que rendían sus carnes
al poder de tu sable
y tu lengua incansable?

Hay un sitio vacío
allí al lado del water
te echaré un par de mantas
y un jergón en el catre...
pero aféitate un poco,
pero dúchate antes,
no me apestes la alcoba
donde un día me amaste.

SHEMIRRAMIS

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