miércoles, 10 de diciembre de 2008

EL LADO OSCURO DE LA HUMANIDAD


La película 'La ola', del alemán Dennis Gansel, recuerda la facilidad con que se puede recrear el nazismo entre colectivos frágiles

1. • Los factores psicológicos grupales en la crueldad colectiva son uno de los retos de la educación

JOSÉ LUIS Pérez Triviño*

El reciente estreno de la película La ola, del alemán Dennis Gansel, sirve para recordar que el lado oscuro de la humanidad no surge únicamente cuando los autores o ejecutores son individuos con una psicología trastornada o cruel. Tampoco se puede explicar exclusivamente sobre la base de factores sociales, políticos o económicos. La apelación a estas causas para explicar el surgimiento del nazismo o de cualquier otro movimiento genocida ha sido recurrente durante mucho tiempo. La explicación del éxito de un personaje como Hitler y de su ideología sobre la base de la crisis económica que aquejó a la República de Weimar en los años 20 del siglo XX es un ejemplo de este tipo de explicaciones.
Sin negar la relevancia de estos factores no puede olvidarse el papel que juegan, por un lado, nuestras propias tendencias grupales y agresivas y, por otro lado, y en estrecha conexión con ellas, la educación.

LA CRUELDADy la violencia aparecen, en parte, por ciertas características psicológicas propiamente humanas. Pero no necesariamente de individuos carentes de escrúpulos o de sentimiento de empatía hacia los demás. También surge de individuos como nosotros. Las tendencias grupales que pueden llevar a que individuos normales puedan convertirse en ejecutores de las más crueles políticas criminales o genocidas han sido expuestas a través de dos famosos experimentos psicológicos.
El primero sirvió para poner de manifiesto que el Holocausto no fue obra de una muchedumbre incontrolable y desmandada, sino de hombres de uniforme, obedientes y disciplinados que se ajustaban a las normas dictadas por la autoridad.
Stanley Milgram simuló un experimento en el que participaron sujetos normales y corrientes que, respaldados por la autoridad de un científico, debían apretar un dispositivo que provocaría descargas eléctricas en un individuo en el caso de que fallara una serie de preguntas.
Tal individuo era, en realidad, un actor que simulaba las descargas. Los sujetos que participaron en la prueba llegaron, en un porcentaje cercano al 70%, a apretar el último de los botones del dispositivo en el que se leía perfectamente que producirían un daño muy severo.
En el segundo experimento, realizado también por un psicólogo norteamericano, Philip Zimbardo, varios estudiantes universitarios fueron reclutados para simular una prueba en la que una parte de ellos asumiría el papel de carceleros y el resto de prisioneros. El experimento debería durar 12 días. A pesar de que había un estricto control por parte del profesor Zimbardo y de su equipo, el experimento tuvo que suspenderse a los pocos días debido a la aparición de actitudes crueles y de violencia entre los carceleros y de sumisión notable entre los prisioneros.
Ambos experimentos parecen explicar una tendencia de los individuos normales a la obediencia a la autoridad en contextos grupales, aun cuando esta dicte órdenes por las que se inflige daños muy graves a gente inocente. La cobertura en una autoridad o en un colectivo parece convertirse en una condición suficiente para que los individuos cambien sus patrones de conducta. Acciones violentas que difícilmente realizarían en situaciones donde solo ellos son los participantes, son perfectamente posibles en los contextos donde la responsabilidad se diluye en el colectivo o en la autoridad superior.
Otro factor que influye poderosamente en la ejecución de las más terribles prácticas violentas de carácter colectivo está relacionada con la educación. La ola se hace eco de uno hechos reales, en los que un profesor inicia un experimento con sus alumnos acerca del surgimiento del nazismo. Tras unas instrucciones acerca de cómo deben vestirse, el uso de símbolos y reglas de uso interno, el grupo adquiere una identidad propia que pronto se refleja en una cadena de actos violentos inesperados e irreversibles.
La idea no es novedosa. Un profesor de ideas pronazis influyó en sus alumnos de forma que la mayoría de ellos acabó creyendo profundamente en su tergiversada interpretación de la historia. Pero este profesor, Jim Keegstra, y sus alumnos no era alemanes ni vivían en una sociedad o contexto similar al que alumbró el nazismo. Keegstra enseñaba en un instituto de clase media canadiense en los años ochenta.

LOS FACTORES psicológicos grupales en la aparición de violencia y la crueldad colectiva no pueden dejar ser tomados en cuenta a la hora de enfrentarnos a los retos de la educación. Las condiciones económicas, sociales o políticas en las que vivimos son, efectivamente, muy distintas a las de la sociedad alemana en los años 30 o a la sociedad ruandesa de 1994, por poner dos ejemplos de comportamientos grupales genocidas. Pero los retazos de la psicología grupal siguen ahí. Basta pensar en el reclutamiento de terroristas entre adolescentes y como son adiestrados en la ideología de la violencia. Solo si estamos prevenidos y somos conscientes de este peligro, podremos evitar que se reproduzcan y alienten esos rasgos grupales que forman parte del lado oscuro de nuestra psicología.

* Profesor de la UPF. Autor de Las barbaries del siglo XX: un análisis filosófico, jurídico y moral.

martes, 9 de diciembre de 2008

HUMOR GRÁFICO


LO QUE NOS DEJARÁ "PAPA NOEL" ESTA FISTAS...

LA MUJER QUE YO QUIERO




Puede que cuando Dios nos rebanó en dos partes, se la escapara la espada de un lado, y dejara el lado de la mujer mas completo que el del hombre, lo cierto, es que las mujeres se valen mucho mas por si mismas que los hombres, y no me refiero a un mero plano funcional, me refiero de una manera global.


Un hombre sin una madre primero, y sin una mujer después, es como oveja sin cencerro, y yo no digo que nos guste estar bajo la tutela de una hembra, pero debo reconocer que no valemos para vivir solos. Todos los hombres que conozco que viven solos durante largo tiempo, se hacen alcohólicos, descuidados, envejecen rápidamente, y acaban encogiendose dentro de si mismos, hasta que desaparecen totalmente.

Se que es difícil convivir con una mujer, sobre todo del tipo que a mi me gustan, yo no soporto a una mujer florero ni quiero una modelo para lucir colgada del brazo, me gustan las mujeres con carácter, a las que se puede tratar de tu a tu, las que no necesitan pedirte que seas tierno con ellas, porque ellas son la ternura, y decir tierno, no quiere decir ser blando, el pan tierno cruje, es sabroso, y hasta puede que te hiera la boca, pero ¿quien prefiere el pan blando, apelmazado, y pastoso? .

Me gustan las mujeres que exigen lo mejor de uno mismo, te obligan a mantenerte en forma, a no bajar la guardia a mantener tu autoestima, a veces la convivencia se hace dificil, otras veces, sencillamente imposible, entonces vuelta a empezar, tardes inacabables, noches toledanas, búsquedas desesperadas, y un dia en al vuelta de la esquina, miras unos ojos que te atraviesan como cuchillos y sabes que estas perdido de nuevo, maravillosamente perdido en un maravilloso encuentro.

JUANMAROMO


ENYA Adeste fideles

Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Pan para los hambrientos, amor para los desesperados, ternura para los afligidos, y respeto, dignidad y fortaleza para todos nosotros. Que el amor, entendido como una maravillosa mezcla de cariño, ternura, respeto, amistad, fuerza y complicidad, nos alcance a todos y nos cure la heridas, nos borre las cicatrices, y nos encienda la sonrisa.



EL ESLABÓN PERDIDO

Tuve una infancia rodeada de gente, tíos, abuelos, primos. Mi casa siempre fue el centro de acogida de aquellos familiares que llegaban a Barcelona procedentes del pueblo.

Me encantaba escuchar sus historias, mis tías me contaban cuentos, mis tíos las aventuras de la mili, pero lo que más me gustaba era escuchar a mi padre. El poco tiempo que pasaba con nosotros, me hablaba de su infancia en el pueblo, de sus padres, de sus hermanos, de sus abuelos. Gracias a él conservo recuerdos imborrables que de otra forma se hubieran perdido en el olvido. Me enseñó a comprender la dura vida rural de los años treinta, la tragedia de la guerra civil, el poder del esfuerzo y la voluntad.

Mi abuela, en el pueblo nos contaba alrededor de la lumbre sus batallas por sobrevivir en un mundo hostil cuando la miseria y el racionamiento, asaltaban sus graneros y les llevaban lo poco que tenían. El abuelo era un ser entrañable, le respetábamos pero a la vez le queríamos, intuíamos que detrás del gesto severo, se escondía un gran corazón.

Nuestros hijos han sido el eslabón perdido, la tv sustituyó las sobremesas y las veladas en familia. A nadie le interesa escuchar las “batallitas” de los mayores , y los viejos van siendo relegados al olvido, al ostracismo o al asilo. Estamos perdiendo el dialogo, la comunicación intergeneracional. Les regalamos consolas, videojuegos, televisores panorámicos, mundos virtuales que les aíslan del mundo real, y les sumergen en sociedades sin ética y sin valores.

Todo vale para hacer dinero, el éxito es la meta y el camino, la tv nos machaca con programas basura que corrompen los valores del esfuerzo personal y pisotean la dignidad humana.

Si no sabemos apartar a tiempo a las jóvenes generaciones de tan nefasta influencia, lo pagaremos muy caro, las agresiones salvajes a profesores y compañeros, el fracaso escolar y le brecha familiar son los primeros síntomas de lo que puede suceder en un futuro inmediato si no lo reconducimos a tiempo, y me temo que no va a ser así..

lunes, 8 de diciembre de 2008

SUEÑO DE AMOR

Acababa de cumplir 17 años, trabajaba en Discolibro, una distribuidora similar al “Círculo de lectores”. Hacia una semana que nos habían prohibido encuestar por la calle, y ahora nos dedicábamos a la “puerta fría”. Estaba desaminado, aquel día, a mi grupo le había tocado la zona “Sarriá-San Gervasio”, un barrio residencial de clase alta, donde era muy difícil colocar suscripciones.

Fui vigilando porterías, hasta que encontré una en la que no estaba el conserje, me colé rápidamente y subí al ático, salí del ascensor, y llamé al timbre. Noté como alguien atisbaba por la mirilla, al cabo de unos segundos, la puerta se abrió, y apareció una mujer alta, rubia, de unos cuarenta y tantos años. Iba enfundada en un albornoz blanco y me recibió con una sonrisa. Yo estaba cortado, apenas acerté a balbucear. –Estamos haciendo una encuesta…

-Siento recibirte así, me dijo, el servicio tiene el día libre, y mi marido está de viaje. Acabo de tomar un baño, pasa a la cocina, ya te atenderé yo misma- . La seguí por el pasillo y desembocamos en una cocina enorme.

–Estaba desayunando, ¿has probado marrón glacé?- , me dijo mientras me partía un trozo con los dientes.. El albornoz se abrió por un momento, y dejó entrever un cuerpo maduro pero intenso, los pechos pugnaban por escapar de su dulce prisión.

-Mira, aprovecho que estás aquí para que me asesores sobre música, se nota que eres un expert- . Me cogió de la mano y me acompañó a un enorme salón dominado por un carísimo equipo de Alta fidelidad. Pinchó "El sueño de amor" de Liszt, y sin dejarme contestar, me llevó hacia el dormitorio.- Siéntate en la cama, se escucha mucho mejor-

En ese momento, su albornoz se deslizó hacia el suelo dejando al descubierto un cuerpo afrutado, maduro y fragante como una guayaba.

Me quedé mudo, no sabía por dónde escapar. -¿Es la primera vez verdad?, y sin decir nada, me fue desnudando poco a poco. Nunca había sentido nada así, creí estar soñando, cuando sus manos bajaron lentamente mis slips, creí morir. –No está nada mal, me dijo con una sonrisa, acariciando el mástil, que amenazaba con reventar.

Túmbate en la cama y cierra los ojos, no lo abras hasta que yo te diga. Me tendí en el lecho y cerré los ojos. De repente sentí sobre mi boca un aroma cálido y húmedo, y un suavísimo bello se me enredaba en los labios. Abrí los ojos y apenas pude ver sus poderosos muslos y su vientre dominando mi cara. – Solo tienes que libar de mi flor, nunca has comido nada igual. Deslice mi lengua entre sus pétalos y ella empezó a moverse de arriba abajo lentamente y a proferir unos suaves suspiros, noté que todo yo me venía abajo, y me despeñé como un torrente… la miré avergonzado. –No pasa nada cariño, a tu edad, eso tiene fácil remedio, y acarició mi niño de arriba abajo con su lengua. Cuando lo introdujo en su boca y lo lamió con dulzura, creí morir de placer. – Ahora aguantarás mucho más,- y poniéndose a horcadas sobre mí, comenzó a cabalgarme lentamente, sus pechos saltaban como blancas palomas a punto de levantar el vuelo, fue aumentando el ritmo poco a poco. No sé cuanto duró aquello, de repente lanzó un suspiro largo e intenso y me galopó con furia, yo sentí que mi cuerpo se fundía en una corriente de lava y perdí el conocimiento. Cuando desperté estaba solo, la busqué por toda la casa, pero no pude encontrarla, me lavé en el bidé como pude, me vestí en un instantes y salí escaleras abajo. No se lo conté a nadie, ni siquiera a mi mejor amigo.

Toda la semana estuve esperando a que llegara el jueves para volver a visitarla, soñaba con ella, y varias noches manche mis sabanas con su recuerdo. Llegó el día, y me acerque con sigilo al portal, cuando estaba abriendo la puerta del ascensor, sentí una voz a mi espalda. -¿A dónde va, caballero?. –Al ático, respondí titubeando. -¿Al aticó? , pero si no vive nadie.

Si, respondí, una señora rubia …

-Esta Ud loco me interrumpió, la señora murió hace seis meses.

-¿Cómo dice?- pregunte incrédulo.

-Salió en todos los periódicos, se enamoró locamente de un hombre mucho más joven, cuando este la abandonó no pudo soportarlo y se arrojó por la terraza.

Salí corriendo sin contestar y durante una semana me encerré en casa, no hacía más que pensar en ella, todas las noches se me aparecía en sueños envuelta en su albornoz y hacíamos el amor con locura. Perdí el interés por todo, adelgacé cuatro kilos en unos días. Solo esperaba la llegada de la noche para tenerla entre mis brazos y amarla con una pasión deseperada. Una noche no volvió más, cuando desperté me encontré sobre la mesita de noche, un retazo de albornoz blanco, me lo llevé a los labios, y un perfume inolvidable me inundo el alma, sin lugar a dudas aquel aroma, era su aroma.

domingo, 7 de diciembre de 2008

CAT STEVENS

Siete años después de publicar Tea for the Tillerman (1970), Cat Stevens cambiaba su nombre por el de Yusuf Islam. En 1999 volvió a hacerlo y, desde entonces, se llama Abu Muhammead, que significa padre de Muhammead, nombre que ha puesto a su hijo (1). Llamativo periplo para uno de los cantantes que simbolizó en los setenta la lucha entre generaciones, el haz el amor, no la guerra que imperaba por aquel entonces.

Cuentan que bañándose en la playa de Malibú (California; EE.UU.) la marea le arrastró mar adentro y estando a punto de morir ahogado ofreció su carrera a Dios, si éste le salvaba; pocos minutos después estaba a salvo en la orilla. Sea cierta o no la anécdota, el autor de Father and son y Sad Lisa, hombre enfermizo y confuso, se convertía al Islam después de que el Corán cayera en sus manos un buen día, tal y como lo contó en una entrevista que publicó el diario La Tercera, de Chile: «Nunca supe, supongo, cuando estaba hablando metafóricamente acerca del Peace Train (Tren de la paz) y de este tipo de ideas como On The Road to Find Out (El viaje para descubrir) y Miles From Nowhere (A millas de ninguna parte): esos fueron los tiempos de los temas que describen mi búsqueda. El hecho es que finalmente llegó un día y de repente un libro cayó en mis manos, esa fue la primera exposición al Islam».

Cat Stevens, inglés de ascendencia griega, comenzó a sonar con fuerza en 1966 año en que publicó Matthew and son, su primer éxito mundial. La canción ya mostraba lo que sería el eje central de sus obras posteriores: el conflicto intergeneracional que colaboraría en el alumbramiento del mayo francés de 1968, la isla de Wight, la lucha contra la guerra del Viet-Nam y la aparición del pop. Como nadie, supo interpretar el lado melancólico, romántico (a veces casi empalagoso) y pacifista del movimiento hippie y, como nadie también, puede representar el confuso horizonte ideológico y social de los jóvenes que protagonizaron la revolución del amor y las flores.

Dicho esto, debo romper unas cuantas lanzas por este magnífico músico que aportó un estilo personal, imaginativo, distinto, a la canción popular. Cat Stevens era el autor de las canciones y el diseñador de sus discos, «descubrió» las canciones con personajes, puso «de moda» los estudios de grabación del Caribe (Jamaica) y llegó a cantar en latín consiguiendo que esta lengua muerta sonara a las mil maravillas.

Como ya he citado, Tea for the Tillerman catapultó definitivamente a la fama a Stevens. Father and son (Padre e hijo) se convirtió en el símbolo del alejamiento de los jóvenes (miles de ellos se marchaban en esos momentos de casa) de una sociedad paralítica, trasnochada, anclada en el «estado del bienestar» y, por lo tanto, desprovista del sentido de la aventura, de la búsqueda de lo nuevo. En esta canción, el padre intenta disuadir al hijo de que se aleje de él, aduciendo que el matrimonio (la vida) es complejo; el hijo, amable y comprensivo, le intenta convencer de que él tiene también derecho a buscar su destino; y todo ello con el trasfondo de una música de excelente factura, en la que destacaba la bien timbrada voz de Stevens haciendo los «papeles» del padre y del hijo: una verdadera delicia estética. El L.P. se vendió como churros y ha sido reeditado numerosas veces; incluso tuvo el «honor» de salir al mercado en una colección C.D. con baño de oro en 24 quilates (muy cara, por supuesto) y un extraordinario sonido que alcanza niveles de gran perfección en los violines de Sad Lisa, otro de los éxitos del álbum.
http://www.margencero.com/magazine/cat_stevens.htm
Después del Tea for the Tillerman, aparece Teaser and the Firecat (1971); Morning Has Broken y Peace Train (2), canción esta última que estuvo durante muchas semanas en el morro del jet de Ángel Álvarez (Vuelo 605), confirman la extraordinaria sensibilidad de Stevens para con el signo antibelicista de los tiempos. Cat Stevens no sonaba demasiado en las salas de baile, pero sus canciones las tarareaban masivamente los jóvenes haciendo suyas las ideas de amor y paz que transmitía el cantante que, poco a poco, se deslizaba hacia las religiones orientales, fundamentalmente de corte budista. Catch Bull at Four (1972), su siguiente vinilo, fue también un enorme éxito que resonó como un latigazo: Stevens no era Bob Dylan, pero consiguió que la juventud cantara en latín. La portada del disco, también dibujada por el cantante, trasluce de manera clara la evolución orientalista ya comentada.

Foreigner (1973), es el nuevo disco que deslumbra con una impecable suite en donde el cantante se recrea en excelentes solos de piano. Pero, poco después de su publicación, «Gato» Stevens enferma de tuberculosis y desaparece de la escena. Algunos piensan que es en estos momentos cuando el cantante comienza a entrar en contacto con el Islam, quien sabe… Lo cierto es que en 1974 lanza Buddah and the Chocolate Box, un álbum decorado con sus sempiternos e infantiles dibujos, y que ahora reflejan sin ninguna duda un momento religioso de clara inspiración budista. En una de sus canciones (Music) Stevens escribe: «Échale un vistazo al mundo / Piensa en cómo se acabará / No habría guerras en el mundo / Si todos se unieran al grupo / Piensa en la luz de tus ojos / Piensa en lo que debes saber / No habría guerras en el mundo / Si todos se unieran a esta canción».

Pero poco le quedaba ya a Cat Stevens de las ideas que habían inspirado a tantos miles de jóvenes en el mundo. En 1975 aparece Numbers, confuso e infumable disco de espectacular diseño que marca el comienzo de la
despedida del cantante con su «público». En 1978 publica Back to Earth, después el silencio hasta 1981, momento en que anuncia su conversión a la fe del Islam y vende todo lo que tiene para integrarse en dicha comunidad. Luego, el olvido y el desprecio de muchos de los que creyeron en él, cuando se informa que apoyó la condena a muerte de Salman Rushdie, por publicar los Versos Satánicos, libro que la comunidad musulmana considera herético; Cat Stevens lo niega varias veces, pero es expulsado de Israel sin que le dejen pisar este país.

MORNING HAS BROKEN






WILD WORLD

EL POLLO

La aviación norteamericana desarrollo un dispositivo para probar la
resistencia del cristal del parabrisas de los aviones. Consistía en un
tipo de cañón que disparaba un pollo muerto al cristal del avión. El
tiro era exacto y reproducía la velocidad con que una ave puede
impactar en un avión en pleno vuelo. Si el parabrisas resistía la
prueba del impacto del pollo, entonces soportaría la colisión con un
pájaro en vuelo real.

El dispositivo funcionó perfectamente en todas las pruebas que se
efectuaron en EE.UU.

Estudiosos lumbreras del Gobierno español, que estaban desarrollando
una locomotora para el AVE, se interesaron por el cañón de los pollos
pensandoando aplicar la idea al parabrisas del nuevo tren.

Al primer tiro, el pollo reventó el cristal frontal del tren, rompió
el cuadro de instrumentos, perforó el asiento del ingeniero, hirió a
dos técnicos y voló hasta el fondo de la locomotora, estrellándose
contra la ared haciendo un agujero profundo en la chapa...

Los ingenieros de la Magdalena Álvarez quedaron completamente
asustados de aquel sorprendente y violento resultado. Documentaron la
escena con detalle, hicieron fotos digitales, grabaron declaraciones e
testimonios oculares, elaboraron documentos técnicos y enviaron toda
la información a los EUA, preguntando qué habían hecho mal.

Los técnicos americanos estudiaron con detalle la documentación
recibida y respondieron con un e-mail seco y directo:

' DESCONGELEN EL POLLO '

sábado, 6 de diciembre de 2008

HUMOR GRÁFICO

UNA NOCHE COMO ESTA



Fue una noche como esta, sonó el teléfono de madrugada, una llamada angustiosa, una carrera desesperada, demasiado tarde. Mi padre yacía en el lecho, inmóvil, ya vacio, el médico solo puedo certificar su muerte. Era un hombre joven, fuerte jovial y vitalista, acababa de jubilarse tras toda una vida de trabajo y la vida le compensaba jubilándole a él.

Desde entonces, la navidad no volvió a ser lo mismo. Siempre fue le centro de la mesa, siempre sonriente, comedor infatigable y buen bebedor, amigo de las sobremesas largas y de la partidas interminables de dominó. Dejó un vació tan grande que el tiempo no ha logrado llenarlo. Su humanidad, su grandeza de corazón, su amor por nosotros perdura en el recuerdo como algo insustituible, que nada ni nadie podrá llenar.

Cuando llegan estas fechas, y nos reunimos en casa de mi madre, siempre espero encontrarlo presidiendo la mesa con su amplia sonrisa, de alguna manera su espíritu sigue estando entre nosotros. Cada año que pasa me siento más cerca de él, es como si poco a poco se fuera reencarnado dentro de mí , o como si yo me fuera acercando a él por encima del espacio y del tiempo.

Cada día tengo más fresco su recuerdo, sentado en el suelo viendo como se afeitaba, escuchando sus relatos de cuando era niño, su infancia dura de pastor en mitad del invierno, sus recuerdos de la guerra, el exilio de su hermano en los campos de concentración de la Francia ocupada. Todo ello sin un tic de amargura ni odio. Me viene a la mente una frase que me dijo un día “Devolvemos en nuestros hijos, lo que nuestros padres hicieron por nosotros”…

Solo pido que un día mis hijas guarden de mí un recuerdo tan dulce como yo guardo de él.



viernes, 5 de diciembre de 2008

HUMOR GRÁFICO

Y

PROFESIÓN DE FE



Dios no es el mar, está en el mar, riela
como luna en el agua, o aparece
como una blanca vela;
en el mar se despierta o se adormece.
Creó la mar, y nace
de la mar cual la nube y la tormenta;
es el Criador y la criatura lo hace;
su aliento es alma, y por el alma alienta.
Yo he de hacerte, mi Dios, cual tú me hiciste,
y para darte el alma que me diste
en mí te he de crear. Que el puro río
de caridad que fluye eternamente,
fluya en mi corazón. ¡Seca, Dios mío,
de una fe sin amor la turbia fuente!

VI

El Dios que todos llevamos,
el Dios que todos hacemos,
el Dios que todos buscamos
y que nunca encontraremos.
Tres dioses o tres personas
del solo Dios verdadero.

VII

Dice la razón: Busquemos
la verdad.
Y el corazón: Vanidad.
La verdad ya la tenemos.
La razón: ¡Ay, quién alcanza
la verdad!
El corazón: Vanidad.
La verdad es la esperanza.
Dice la razón: Tú mientes.
Y contesta el corazón:
Quien miente eres tú, razón.
que dices lo que no sientes.
La razón: Jamás podremos
entendernos, corazón.
El corazón: Lo veremos.

A.MACHADO