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Harry Angel, detective privado, es contratado por un bufete de abogados para realizar una investigación para uno de sus clientes, el señor Louis Cypher. Se trata de buscar a un famoso cantante de los años 30, Johnny Favourite, que desapareció durante la guerra de forma misteriosa. El detective comienza entonces a seguir un rastro salpicado de cadáveres asesinados en extrañas circunstancias…
Ficha Técnica
Director: Alan Parker / Productores: Elliot Kastner, Alan Marshall para Carolco/Union/Winkast / Guión: Alan Parker, según la novela de William Hjortsberg / Fotografía: Michael Seresin / Música: Trevor Jones / Montaje: Gerry Hambling / Efectos especiales: Robert Laden (efectos de maquillaje), Clive R. Kay (lentes de contacto) / Intérpretes: Mickey Rourke (Harry Angel), Robert De Niro (Louis Cyphre), Lisa Bonet (Epiphany Proudfoot), Charlotte Rampling (Margaret Krusemark/Madame Zorah), Brownie McGhee (Toots Sweet), Stocker Fonteleiu (Ethan Krusemark/Edward Kelly), Michael Higgins (Dr. Albert Fowler), Elizabeth Whitcraft, Eliott Keener, Charles Gordone, Dann Florek, George Buck / Nacionalidad y año: Canadá / RU / USA 1987 / Duración y datos técnicos: 113 min. color scope.
Comentario
"Los ojos asustados nunca mienten."
Alan Parker dirigió El corazón del ángel (Angel Heart) en 1987. Su carrera comenzó en 1974, aunque tuvo que esperar cuatro años para tener un gran éxito con la efectista El expreso de medianoche. Vinieron otras películas, como Fama, El muro de Pink Floyd, o el Birdy que daba una de sus primeras oportunidades a Nicolas Cage. Tras el estreno de El corazón… ha parido películas como Arde Mississippi, Los Commitments, Evita o Las cenizas de Ángela. También ha realizado labores de guionista en algunas de sus películas, incluida la que nos ocupa.
Una filmografía atípica, sin duda. Parece decantarse por películas con números musicales, pero distan mucho unas de otras. Su objetivo principal es delinear personajes con relación a un entorno específico, ya sea éste una escuela de música, el desencanto de la juventud dublinense, las cárceles turcas o el sureño racismo de los Estados Unidos.
Y así llegamos a El corazón del ángel. Una película estrenada en un mal momento, con mucho lenguaje metafórico, escenas de sexo duro, polémica y temas espinosos. Quizá padeció de la misma mala suerte que La escalera de Jacob, de Adrian Lyne, otro fantástico experimento. Ambas se habrían visto beneficiadas del filón actual de películas con final sorpresa, donde los personajes no saben lo que pasa hasta que un epílogo con la densidad del uranio pone a todos en su lugar. Las dos están a la altura o superan a El sexto sentido o Los otros. Menos en recaudaciones, claro.
La película de Alan Parker se beneficiaba del magnífico libro escrito por William Hjörstberg (Fallen Angel, de 1978), que había reinventado unos años antes el género de los cuentos de hadas de tintes mitológicos con el guión de Legend, llevada a la pantalla por Ridley Scott. Fallen Angel es una gran novela de género fantástico, esos libros que devoras en una tarde porque no puedes esperar. El viaje de destrucción en el que se embarca el investigador privado Harry Angel es hipnótico, al igual que los personajes que se encuentra en el camino.
Alan Parker debió ver al momento las posibilidades que tenía aquella historia. Como él mismo describió, un cruce entre Fausto y una historia de detectives de Raymond Chandler. Personajes oscuros y siniestros enfrentados con todo tipo de problemas morales y sobrenaturales. Y de escenario, el Harlem y Brooklyn neoyorkinos de después de los 50, Louisiana y Nueva Orleans.
La historia comienza cuando Harry Angel, detective privado, es contratado por un bufete de abogados para realizar una investigación para uno de sus clientes, el señor Louis Cypher. Se trata de buscar a un famoso cantante de los años 30, Johnny Favourite, que desapareció durante la guerra de forma misteriosa. El detective comienza entonces a seguir un rastro salpicado de cadáveres asesinados en extrañas circunstancias. En su camino se tropieza con adivinas de familias adineradas, furtivos ritos de vudús realizados en parques, muertes imposibles de tintes satánicos, y mucho, mucho más.
Parker hizo una excelente adaptación de la novela de Hjorstberg. Era una tarea complicada, por la crudeza de algunas escenas del libro y por la densidad de la historia. Sin embargo, logró sintetizarla en casi dos horas de metraje; además, consiguió trasladar el texto a unas imágenes sepias, cargadas de pesimismo, perfectas para la mediocridad de unos personajes sin futuro.
Supo también rodearse de un fantástico elenco de actores. Le dio a Mickey Rourke el magnífico papel de Harry Angel, un cínico desarraigado que espera poco de la vida, cuya vida se tambalea al enfrentarse a circunstancias que a cualquiera volverían loco. Quizá este sea el mejor papel de Rourke, un personaje de tránsito tras su aparición como una nueva encarnación de Brando. El descenso por la espiral de pesadilla del detective está adecuadamente retratada en uno de los personajes más exigentes que le tocó interpretar.
La película no sería lo mismo sin Robert de Niro como el Sr. Cypher. No es su mejor papel, siempre es fácil dar vida a un estereotipo, pero nadie podría haberlo hecho mejor. Los planos de sus espeluznantes manos jugando con el bastón, la fuerza de su mirada, o su inolvidable forma de descascarillar un huevo, lo convierten en el personaje principal de la cinta con apenas unos minutos de pantalla. Lamentablemente está a su cargo la peor escena de la película, la única concesión al cine satánico que tiene lugar en el atropellado desenlace. Un final más neutro hubiera ayudado a la película a ponerse a una altura similar a La Semilla del Diablo de Polanski, que tuvo el acierto de no enseñar más de lo que debía.
Lisa Bonet, recuperada hace un par de años por Stephen Frears en Alta Fidelidad, auguraba un futuro de lo más prometedor en éste, su debut en el cine. Sú unica experiencia previa era dando vida a la descafeinada hija televisiva del cómico comediante americano Bill Cosby. Nadie la hubiera imaginado como Epiphany, una sensual sacerdotisa de vudú que se dedica a cortarle el pescuezo a cualquier gallina que se le pone a tiro. Las fortísimas escenas de sexo violento, los desnudos, y las circunstancias sexualmente incorrectas que rodeaban su personaje, la obligaron a abandonar la serie de televisión famosa por su conservadurismo. Por último, la película nos regala la corta pero intensa aparición de Charlotte Rampling como Margaret Krushmark, cuyos ojos de gacela siempre son bienvenidos.
Un simbolismo que oscila entre lo sutil y lo grotesco planea durante todo el metraje. Referencias religiosas (novicias, imágenes, iglesias), iconografías satánicas y de vudú (como la estrella de cinco puntas invertida, los amuletos, los personajes negros sin rostro) y una acertadísima elección de los ventiladores y los ascensores como augurios del ángel exterminador y del descenso al abismo. Todo cuidadosamente tejido en un montaje que sabe pasar con mano firme de un estilo pausado del más clásico melodrama, con planos cortos que reflejan el interior de los personajes, a una frenética acumulación de planos que nos saturan de pistas acerca de la trama. No os perdáis los títulos de crédito. Hasta el final.
No sería justo dejar de mencionar en este análisis la soberbia aportación de los efectos de sonido y de la música inquietante de Trevor Jones, pero en particular, del omnipresente saxo del británico Courtney Pine, que interpreta la versión instrumental del más famosos éxito del desaparecido Johnny Favourite, la canción Girl Of My Dreams.
El Corazón del Ángel es una gran película. Como película de detectives por un lado, y como thriller por otro. Reúne todos los ingredientes para impresionar a los amantes del género, pero Parker cometió la osadía de no permitirse concesiones (hasta la equivocada escena final) para llegar a un público más amplio. Eso limitó enormemente su impacto, porque no es una película agradable de ver, más por lo que sugiere que por ninguna otra razón. Está muy alejada del gore, pero sus asesinatos son inolvidables por su crudeza. Es un cruce entre Se7en y la ya mencionada película de Polanski. Estrenada hoy como película independiente y minoritaria, se hubiera convertido en un icono del cine fantástico. Al igual que hizo Demme disfrazando a un león comercial con la piel de El silencio de los corderos.
"La carne es débil, Johnny. Sólo el alma es inmortal. Y la tuya me pertenece